Entretenimiento
La soledad inspira a Chambao
El grupo viaja hasta un glaciar en Argentina y graba un disco muy especial
CIUDAD DE MÉXICO. La Mari y sus siete músicos de Chambao sintieron cómo el viento golpeaba fuertemente sus rostros y se dejaron llevar por la inmesidad del Glaciar Perito Moreno, ubicado en La Patagonia (Argentina) llamado El Calafate donde, en octubre del año pasado, cerraron su gira y grabaron el disco Chambao en el fin del mundo.
Los españoles se encontraban muy lejos de su casa, hasta abajo del globo terráqueo, rodeados de un paisaje que ha sido declarado como “La octava maravilla del mundo”.
La Mari, vocalista y líder de Chambao, hace historia, porque es la primera vez que un músico ofrece un concierto en ese lugar con estrictas normas establecidas, como el no tener público y tampoco sonido que pudiera afectar el glaciar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
El disco, que viene con un DVD, ofrece una selección de canciones de los cuatro álbumes de la agrupación, entre ellas Detalles, Papeles mojados, Camino interior, Lo bueno y lo malo, Duende del Sur, Caprichos de colores, Ahí estás tú, entre otras, durante un acústico en el interior de una gigantesca grieta en el hielo.
Aunque La Mari se niega a creer en el fin del mundo, se sintió muy lejos de la civiliazación, por lo que se rodeó de amigos como Mario Díaz, un cantante de Córdova, Andalucía, con el que interpretó la única canción inédita, Cómeme, el sencillo del grupo.
Después de este trabajo, la cantante comenzará a escribir canciones y reunir todas las ideas guardadas en su pasada gira para crear un nuevo material, que contempla presentar en 2011.
— ¿Cómo surgió la idea de cantar en un glaciar?
— Gracias a Carlos López, presidente de Sony en España, él nos lo propuso y la disquera se pusieron en contacto con turismo de Argentina y con El Calafate, para proponer un concierto sin público, teniendo de fondo al Perito Moreno, me pareció todo un regalo.
— ¿Disfrutar o sentir esa inmensidad, qué provocó en ti?
— Provocó muchas sensaciones, sobre todo porque estaba viviendo un momento único en mi vida. Estaba totalmente consciente de que, aunque vaya otra vez, que no lo sé, sería totalmente distinto el uno del otro, algo como un aliciente.
Para mí fue un momento bastante especial; el poder vivirlo con los integrantes del grupo es como un final de gira de regalo y se ha convertido en toda una aventura.
— ¿Qué opinas de “Chambao en el fin del mundo”?
— Se grabó todo a la vez, nunca se paró la grabación, porque queríamos que así lo recibiera el público, cuando lo viera en su casa; me pareció un momento bastante único, no tengo otras palabras para explicar aquella vivencia.
— Todo está reunido ahí, lo mejor de Chambao, una belleza natural, tu voz...
— Al principio se intentó elaborar un repertorio e hice un listado de 20 canciones, y entre la disquera y el grupo decidimos un concierto más corto, porque también tenía que ser muy rápido, pero dejando las canciones que quería cantar y tocar ahí. Fue en una sola toma y el audio de mi voz se tuvo que grabar después por el frío y por el viento, pero la sensación que uno percibe desde su sofá o de donde lo veas es exactamente lo que vivimos ahí.
— ¿Le tuvieron que bajar a los decibeles para no provocar un desastre?
— ¡Sí!, el equipo estaba reducido al mínimo, sonido no había afuera, como no había público ¿para que teníamos sonido?, el sonido estaba en una mesa grabándose. Luces no había, escenario tampoco, simplemente pusieron una tarima de un metro y medio para que nosotros no estuvieramos en lo alto de las piedras, porque te podías caer, pero todo lo que se puso se recogió con mucho mimo y se dejó todo aquello tal cual.
— ¿Qué planes tienes con Chambao?
— Un nuevo disco para este año, planearlo en casa y no salir de gira, hasta el próximo año; pero este concierto fue un momento que la vida te regala, que lo hace especial, no lo planeé ni me lo contaron, y si surge otra cosa igual, bienvenido sea.
Los españoles se encontraban muy lejos de su casa, hasta abajo del globo terráqueo, rodeados de un paisaje que ha sido declarado como “La octava maravilla del mundo”.
La Mari, vocalista y líder de Chambao, hace historia, porque es la primera vez que un músico ofrece un concierto en ese lugar con estrictas normas establecidas, como el no tener público y tampoco sonido que pudiera afectar el glaciar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
El disco, que viene con un DVD, ofrece una selección de canciones de los cuatro álbumes de la agrupación, entre ellas Detalles, Papeles mojados, Camino interior, Lo bueno y lo malo, Duende del Sur, Caprichos de colores, Ahí estás tú, entre otras, durante un acústico en el interior de una gigantesca grieta en el hielo.
Aunque La Mari se niega a creer en el fin del mundo, se sintió muy lejos de la civiliazación, por lo que se rodeó de amigos como Mario Díaz, un cantante de Córdova, Andalucía, con el que interpretó la única canción inédita, Cómeme, el sencillo del grupo.
Después de este trabajo, la cantante comenzará a escribir canciones y reunir todas las ideas guardadas en su pasada gira para crear un nuevo material, que contempla presentar en 2011.
— ¿Cómo surgió la idea de cantar en un glaciar?
— Gracias a Carlos López, presidente de Sony en España, él nos lo propuso y la disquera se pusieron en contacto con turismo de Argentina y con El Calafate, para proponer un concierto sin público, teniendo de fondo al Perito Moreno, me pareció todo un regalo.
— ¿Disfrutar o sentir esa inmensidad, qué provocó en ti?
— Provocó muchas sensaciones, sobre todo porque estaba viviendo un momento único en mi vida. Estaba totalmente consciente de que, aunque vaya otra vez, que no lo sé, sería totalmente distinto el uno del otro, algo como un aliciente.
Para mí fue un momento bastante especial; el poder vivirlo con los integrantes del grupo es como un final de gira de regalo y se ha convertido en toda una aventura.
— ¿Qué opinas de “Chambao en el fin del mundo”?
— Se grabó todo a la vez, nunca se paró la grabación, porque queríamos que así lo recibiera el público, cuando lo viera en su casa; me pareció un momento bastante único, no tengo otras palabras para explicar aquella vivencia.
— Todo está reunido ahí, lo mejor de Chambao, una belleza natural, tu voz...
— Al principio se intentó elaborar un repertorio e hice un listado de 20 canciones, y entre la disquera y el grupo decidimos un concierto más corto, porque también tenía que ser muy rápido, pero dejando las canciones que quería cantar y tocar ahí. Fue en una sola toma y el audio de mi voz se tuvo que grabar después por el frío y por el viento, pero la sensación que uno percibe desde su sofá o de donde lo veas es exactamente lo que vivimos ahí.
— ¿Le tuvieron que bajar a los decibeles para no provocar un desastre?
— ¡Sí!, el equipo estaba reducido al mínimo, sonido no había afuera, como no había público ¿para que teníamos sonido?, el sonido estaba en una mesa grabándose. Luces no había, escenario tampoco, simplemente pusieron una tarima de un metro y medio para que nosotros no estuvieramos en lo alto de las piedras, porque te podías caer, pero todo lo que se puso se recogió con mucho mimo y se dejó todo aquello tal cual.
— ¿Qué planes tienes con Chambao?
— Un nuevo disco para este año, planearlo en casa y no salir de gira, hasta el próximo año; pero este concierto fue un momento que la vida te regala, que lo hace especial, no lo planeé ni me lo contaron, y si surge otra cosa igual, bienvenido sea.