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“El Che” pone un pie en Europa

La cinta que cuenta la fase “madura” de la rebelión del guerrillero argentino en otros países no se ve favorecida por la crítica

REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Che, Guerrilla, la segunda parte del monumental proyecto que Steven Soderberh ha dedicado a la figura del revolucionario argentino, es un filme “casi intimista, árido y claustrofóbico que se pierde en sus propios pensamientos y en un confuso guión”, según afirman algunos críticos.

Soderbergh rodó una historia de cuatro horas y 28 minutos -que se dividió en dos películas para su comercialización, El Argentino y Guerrilla- con la que ha tratado de dar su visión de este icono del siglo XX, alejándose de los clichés hollywoodenses y mostrando partes menos conocidas de la vida de Ernesto Che Guevara.

En especial en la segunda parte, la que hoy llega a las pantallas españolas, que cuenta el declive del Che y su huida a Bolivia, donde trató de repetir, el modelo de revolución que había triunfado en Cuba bajo el liderazgo de Fidel Castro.

Y aunque esta parte de la historia es la que más interesaba a Soderbergh -el director dijo en su presentación en el Festival de Cannes que la primera parte es comercial, una concesión a Hollywood, y la segunda un filme de autor-, el resultado es mucho más débil.

La caída
Frente a una primera parte centrada en la revolución cubana, llena de fuerza y con una eficaz estructura narrativa que mezcla diferentes momentos de la historia, la segunda, que se desarrolla casi en exclusiva en Bolivia, se hace pesada, lenta y carente de interés, de acuerdo a críticos de diversas agencias de noticias en Europa.

Pese a que la interpretación de Benicio del Toro, como el Che, es igual de impresionante en ambos filmes, en el segundo se ve rodeado de decenas, por no decir centenas, de personajes apenas esbozados, que aparecen sólo unos minutos (algunos incluso segundos) en la pantalla y que logran confundir una historia ya de por sí confusa.

Desde el estadounidense Matt Damon al portugués Joaquim de Almeida, pasando por la alemana Franka Potente, el argentino Gaston Pauls o los españoles Jordi Mollá, Carlos Bardem, Eduard Fernández y Oscar Jaenada, la sucesión de personajes sin solución de continuidad impiden que la historia tenga una base más allá de la figura del Ernesto “Che” Guevara.

Ubicada supuestamente en la selva boliviana (el rodaje se realizó en parajes de la ciudad española de Huelva), se centra en el fracaso del Che como revolucionario pero principalmente en su decadencia personal, objetivo fílmico que sólo Del Toro parece querer lograr.

Por cierto
Se espera que la secuela del Che llegue a las pantallas de Latinoamérica a partir del mes de abril.

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