Economía
Octubre, mes de inestabilidad en los mercados
Incertidumbre por crecimiento asimétrico, baja inflación y demanda estancada: analistas
CIUDAD DE MÉXICO (16/OCT/2014).- Las cifras lo confirman, el índice Dow Jones acumuló una caída de 5.29 por ciento en la primera quincena, el S&P500 cayó 5.57 y el Nasdaq 6.60 por ciento, cifras sin precedente en cualquier lectura mensual para un mes de octubre antes de 2008.
Uno de los aspectos más negativos es que de acuerdo con las expectativas, la volatilidad no tiene señales de concluir, pues hay muchos factores que harán cambiar radicalmente de trayectoria a los mercados de un día para otro. Ayer, el índice de volatilidad de la bolsa de Nueva York creció 30 por ciento, de un día para el otro, mientras que el índice VIX, relacionado con México, se incrementó 12 por ciento.
Los mercados ya no están preocupados por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, sino por la economía global, lo que explica las sacudidas bursátiles; además, si octubre pudiera cambiar de nombre podría fácilmente ser sustituido por el de “volatilidad”, dijeron analistas a El Financiero. En su opinión, el mundo ha entrado a una etapa de incertidumbre económico-financiera, por factores como el crecimiento asimétrico, la baja inflación que demuestra el estancamiento de la demanda, la extrema fortaleza del dólar, el impacto sobre los precios de las materias básicas, especialmente del petróleo, que está a la baja. También hay factores geopolíticos como la crisis entre Rusia y Ucrania, no resuelta del todo y que tuvo una víctima colateral, Alemania, que se sumó a las sanciones contra Moscú siendo uno de sus principales socios comerciales. Por si fuera poco, el ébola es una amenaza latente, mientras que el fin de la compra de activos por parte de la Fed también abrirá un espacio de incertidumbre, o probablemente ya lo generó. A la reciente pérdida de impulso de la economía mundial podría sumarse un nuevo problema: Los incomodos niveles de baja inflación. Ese punto parecía ser sólo un problema de la zona euro, donde el fantasma de la deflación acecha desde hace meses, pero la caída de los precios en otros frentes hace pensar que refleja una caída del consumo.
La deflación ronda en China y EU; el consumo, inactivo, dice Liu Ligang
La Oficina Nacional de Estadísticas de China informó que el índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó en septiembre a su menor ritmo desde enero de 2010, a 1.6 por ciento anual, desde su lectura de 2.0 por ciento de agosto.
En lo que va del año, de enero a septiembre, el IPC se ubica en 2.1 por ciento, 14 décimas por debajo de la meta que el gobierno fijó para 2014, de 3.5 por ciento; en comparación mensual, el Índice subió 0.5 por ciento, después de un aumento de 0.2 por ciento en agosto. Para Liu Ligang, analista de ANZ Banking Group, las cifras sugieren que existe una demanda interna inactiva, que no sólo podría desencadenar una desaceleración mayor de la economía, sino también generar presiones deflacionarias. En Estados Unidos, cuyas cifras de inflación serán publicadas la próxima semana, el índice de precios se ubica en niveles inferiores a los presupuestados. Su IPC descendió en 0.2 por ciento en agosto, para llevar la lectura anual de los últimos 12 meses a 1.7 por ciento, desde el 2.0 por ciento de julio y por debajo de meta establecida por la Fed.
Uno de los aspectos más negativos es que de acuerdo con las expectativas, la volatilidad no tiene señales de concluir, pues hay muchos factores que harán cambiar radicalmente de trayectoria a los mercados de un día para otro. Ayer, el índice de volatilidad de la bolsa de Nueva York creció 30 por ciento, de un día para el otro, mientras que el índice VIX, relacionado con México, se incrementó 12 por ciento.
Los mercados ya no están preocupados por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, sino por la economía global, lo que explica las sacudidas bursátiles; además, si octubre pudiera cambiar de nombre podría fácilmente ser sustituido por el de “volatilidad”, dijeron analistas a El Financiero. En su opinión, el mundo ha entrado a una etapa de incertidumbre económico-financiera, por factores como el crecimiento asimétrico, la baja inflación que demuestra el estancamiento de la demanda, la extrema fortaleza del dólar, el impacto sobre los precios de las materias básicas, especialmente del petróleo, que está a la baja. También hay factores geopolíticos como la crisis entre Rusia y Ucrania, no resuelta del todo y que tuvo una víctima colateral, Alemania, que se sumó a las sanciones contra Moscú siendo uno de sus principales socios comerciales. Por si fuera poco, el ébola es una amenaza latente, mientras que el fin de la compra de activos por parte de la Fed también abrirá un espacio de incertidumbre, o probablemente ya lo generó. A la reciente pérdida de impulso de la economía mundial podría sumarse un nuevo problema: Los incomodos niveles de baja inflación. Ese punto parecía ser sólo un problema de la zona euro, donde el fantasma de la deflación acecha desde hace meses, pero la caída de los precios en otros frentes hace pensar que refleja una caída del consumo.
La deflación ronda en China y EU; el consumo, inactivo, dice Liu Ligang
La Oficina Nacional de Estadísticas de China informó que el índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó en septiembre a su menor ritmo desde enero de 2010, a 1.6 por ciento anual, desde su lectura de 2.0 por ciento de agosto.
En lo que va del año, de enero a septiembre, el IPC se ubica en 2.1 por ciento, 14 décimas por debajo de la meta que el gobierno fijó para 2014, de 3.5 por ciento; en comparación mensual, el Índice subió 0.5 por ciento, después de un aumento de 0.2 por ciento en agosto. Para Liu Ligang, analista de ANZ Banking Group, las cifras sugieren que existe una demanda interna inactiva, que no sólo podría desencadenar una desaceleración mayor de la economía, sino también generar presiones deflacionarias. En Estados Unidos, cuyas cifras de inflación serán publicadas la próxima semana, el índice de precios se ubica en niveles inferiores a los presupuestados. Su IPC descendió en 0.2 por ciento en agosto, para llevar la lectura anual de los últimos 12 meses a 1.7 por ciento, desde el 2.0 por ciento de julio y por debajo de meta establecida por la Fed.