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Ustari y su destino rojinegro

Hace 14 años, el arquero de los Zorros vestía una playera del Atlas por casualidad; hoy disfruta su etapa con el equipo de la Madriguera y sueña en grande

GUADALAJARA, JALISCO (08/FEB/2017).- Era diciembre de 2015 y Óscar Alfredo Ustari circulaba por las calles de Guadalajara. El portero argentino era trasladado a la sede del Atlas, donde firmaría contrato para ligarse al equipo rojinegro.

Un mensaje de WhatsApp que llegó de su país lo perturbó. Su hermano le envió una foto tomada 14 años antes.

La imagen no fue tomada cualquier día. Era de cuando Óscar fue convocado por vez primera a hacer la pretemporada con el plantel de la Primera División de Independiente de Avellaneda.

Ustari vestía una camiseta de un equipo de colores rojo y negro conocido en su país porque años antes le había dado pelea al River Plate en la Copa Libertadores.

El arquero, en ese día tan especial de su carrera, salió en la foto enfundado en la camiseta del Atlas y el argentino no cree que se trate de una simple casualidad. “Hace muchos años yo salgo en una foto con una camiseta del Atlas, tenía 16 años. Catorce años después aparezco jugando para este equipo”, recuerda mientras regresa la película en su mente cuando el Clásico Tapatío se asoma.

“Cuando venía a firmar el contrato mi hermano me manda la foto y sentí cosquillas en la panza, ‘a ti algo te va a pasar en Atlas porque esto es mucha casualidad. Es el destino, esta foto es de cuando estabas en tu primera temporada con Independiente’, me dijo mi hermano”.

Ustari regresaba del Mundial infantil y la camiseta se la trajo un compañero de las juveniles de Independiente que había jugado la Copa Chivas en Guadalajara. “El día de mañana, si me toca ser campeón, traeré debajo de mi suéter de portero esa camiseta de hace 14 años”.

— ¿Te has visto como campeón en Atlas?

— Todos los días lo pienso y todos los días entreno por eso; confieso que a mí es algo que no me deja dormir. Sería vivir algo único, yo me imagino grabando todo no sólo en mi cabeza, sino en video, sería un momento histórico para todos los que estamos aquí y entraríamos a los libros de este club.

— ¿Qué te parece el entorno del Atlas?

— Maravilloso. A todo mundo le sorprende tener 65 años sin ganar nada y que sigas teniendo una gran afición. Que los niños le vayan al Atlas a pesar de que sus padres nunca hayan visto al equipo ganar nada, por supuesto que es de llamar la atención.

— ¿Pesa cuando te dicen ‘vas al Atlas’ y te das cuenta que tiene 65 años sin ser campeón?

— Nosotros venimos a ser parte de esto, pero también a tratar de revertirlo. Somos conscientes de que si somos capaces de ganar algo en el club pasaremos a ser parte de la historia de este equipo; yo creo que a cualquier jugador le gusta afrontar este reto.

— ¿Es factible ser campeón en este futbol mexicano donde las diferencias entre los ricos y los pobres se acentúan cada vez más?

 — Es difícil porque las carteras son diferentes y eso al final termina por pesar. Nosotros no podemos quedarnos con eso, nosotros tenemos que pelear por entrar a la Liguilla y a partir de ahí es otro campeonato. Ojo, en el equipo actual algunos hemos tenido la oportunidad de ganar cosas importantes o de jugar en Europa, pero todo eso se demuestra los fines de semana.

El arquero vuelve a mirar la fotografía de hace 14 años donde aparece recién rapado por el plantel de Primera División en la típica novatada. César, su mejor amigo y hoy padrino de su hija, lo acompaña. Ustari no cree en las casualidades. Insiste: “No es sólo una foto, siento que esa imagen me está diciendo algo”.

Los tópicos de Ustari

Deseos de arraigo
“Quiero tener estabilidad en un equipo. Cuando llegas a una edad con un respaldo económico a veces ya no es tan importante el cuánto vas ganar, ya no te vas tras la oferta deslumbrante, uno piensa más bien en el bienestar de la familia y hoy estamos muy a gusto en Guadalajara, por supuesto que sería lindo estabilizarse acá”.

Si no fuera futbolista…
“Estaría trabajando en el campo, allá en la provincia argentina es el futbol o el campo, porque son pocos los que tienen la posibilidad de ir a una universidad. Yo dejé de lado muchas cosas para enfocarme en ser futbolista”.

 No fue fácil
“Las carencias que a mí me tocaron vivir es que algunos días no había para comer. Es un sueño que cuesta, porque cuesta hasta hoy, aunque por supuesto de otra forma. Hoy estoy cumpliendo otro sueño porque estoy haciendo otra casa a mis padres, pero enteramente a su gusto”.

FICHA
Óscar Alfredo Ustari

• Portero

• 30 años

• Independiente, Boca Juniors y Newell´s en Argentina; Getafe y Almería en España; Sunderland en Inglaterra, y Atlas

• Títulos
Copa Argentina con Boca
Medalla de oro con Argentina en Beijing 2008

El tercer clásico de Ustari

El guardameta argentino de los Zorros disputa su tercer torneo de Liga MX con el equipo tapatío y ya ha resguardado la portería rojinegra en dos Clásicos Tapatíos, aunque no ha saboreado el triunfo, al caer en el Clausura 2016 y empatar en el Apertura 2016.

Su mejor momento; sus días más negros

Óscar Ustari es de esos pocos que interpretan el papel de futbolista profesional sólo cuando está dentro de la cancha. Fuera de ella se sale del molde.

Campeón con Boca Juniors o campeón olímpico con su país en Beijing 2008, para Óscar Alfredo ésos son logros que nada tienen que ver con el mejor momento de su carrera. “Mi gran momento fue el día que con ese dinero que me dio el futbol le pude comprar una casa a mis padres. Mi trabajo siempre fue en función de poder ayudarle a ellos y sí, soy consciente de que eso lo pude lograr gracias al futbol, pero no puedo comparar el nacimiento de alguno de mis hijos con algo que tenga que ver con el futbol; hoy el futbol es mi trabajo, pero un día ya no seré futbolista y esa parte personal hay que cuidarla siempre”.

En cambio, el cancerbero del Atlas sí tiene un peor momento muy ligado a su carrera y que estuvo a punto de hacerlo renunciar a su sueño. “Dos compañeros míos murieron muy jóvenes, yo era suplente de uno y el otro era mi suplente; eso fue un antes y un después en mi carrera, estuve a punto de dejar el futbol, no quería jugar más cuando ya estaba en Primera División e iba a selecciones juveniles”.

Sus amigos Lucas Molina y Emiliano Molina, ambos sin parentesco entre sí y arqueros de las juveniles de Independiente, fallecieron en distintas circunstancias en fechas muy cercanas. “La gente en Argentina de repente hace y dice cosas que no tienen sentido. Hubo un tiempo que la tribuna me gritaba que yo los había matado, que yo había hecho cosas para que ellos murieran y yo apoderarme del arco. Me tocó vivir algunas circunstancias en las que tranquilamente pude haber dicho ‘no me merezco esto y adiós’, pero también es cierto que si ellos estuvieran con vida estarían cumpliendo este sueño, así que también por eso decidí seguir adelante”.

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