Deportes
Giro de Italia entra en su etapa crucial
David Arroyo mantiene, de momento, la ‘maglia rosa', sin embargo, en las últimas etapas podría verse despojado del liderato
MADRID, ESPAÑA (24/MAY/2010).- Los españoles David Arroyo, líder del Giro de Italia y Carlos Sastre, cuarto clasificado, afrontan con las máximas aspiraciones la semana definitiva de la carrera rosa, con temibles etapas de montaña que auguran espectáculo por todo lo alto, con el Mortirolo y el Gavia como puertos estrella.
Arroyo tiene la ocasión de su vida para conquistar una prueba grande pero los cuatro minutos que cedió en el Zoncolan siembran dudas sobre la capacidad del talaverano para aguantar hasta el domingo. Por su parte, Carlos Sastre va de menos a más y entra en su terreno, la montaña, aunque su rival directo, Ivan Basso, dio un golpe de autoridad en "la puerta del infierno".
El corredor del Caisse D'Epargne, de 30 años y décimo en la pasada edición, llega a la hora de la verdad con 2.15 minutos sobre el australiano Richie Porte y 3.33 respecto a Ivan Basso, ahora los inquilinos del podio. Sastre aguarda su momento a 4.21 y en apenas dos minutos se encuentran Cadel Evans, Alexandre Vinokourov y Vincenzo Nibali, la alta jerarquía de la carrera.
Terreno y etapas habrá de sobra para que el Giro siga ofreciendo fuertes emociones. Para empezar la cronoescalada a Plan de Corones, una subida de 12.9 kilómetros que salva un desnivel de mil 086 metros, con una pendiente media del 8.5 por ciento y máxima del 24, una pared apta para que se abran diferencias entre los gallos. Una opción para que Basso, enorme en el Zoncolan, atice otro golpe a la general.
El miércoles espera otra paliza entre Brunico y el final elevado de Pejo Terme, un trayecto de 173 kilómetros y el Passo delle Palade en medio, un puerto exigente de 18 kilómetros y rampas del hasta el 16 por ciento.
Tras la ligera tregua del jueves, el viernes espera otra jornada temible con la etapa del Mortirolo, considerado uno de los puertos más duros de Europa.
Antes de completar los 195 kilómetros hasta Aprica, esperan el Trivigno y el Mortirolo, día grande para los escaladores y para asaltar la 'maglia' rosa.
El sábado entre Bormio y el Passo del Tonale, final en alto, puede suceder de todo. En el menú nada menos que el Forcola di Livigno, el Passo de Eira, el Foscagno y el Gavia, con sus 24 interminables kilómetros. Quien sobreviva con fuerzas, aún tendrá la dura contrarreloj final del domingo en Verona de 15 kilómetros y una cota intermedia, el Torricelle, con un ascenso de 8 mil 500 metros.
Un Giro trufado de sorpresas y emociones fuertes en cada una de sus etapas en el que nadie se atreve a dar el nombre de un favorito, si bien Basso parece dispuesto a recobrar su mejor nivel desde que cumplió su sanción de dos años.
Arroyo dejó dudas en el Zoncolan pero disfruta de la segunda jornada de descanso en el Giro vestido de rosa, un "sueño" para el jefe de filas del Caisse D'Epargne. Sastre se siente contento de "seguir en la pomada", un corredor recuperado para la general tras la escapada bidón que cambió el rumbo de la carrera.
El Giro afronta la semana decisiva. Será la montaña quien ponga a cada uno en su sitio. El rosa espera al más fuerte, y de momento David Arroyo se resiste a cambiar el color de su camiseta.
Arroyo tiene la ocasión de su vida para conquistar una prueba grande pero los cuatro minutos que cedió en el Zoncolan siembran dudas sobre la capacidad del talaverano para aguantar hasta el domingo. Por su parte, Carlos Sastre va de menos a más y entra en su terreno, la montaña, aunque su rival directo, Ivan Basso, dio un golpe de autoridad en "la puerta del infierno".
El corredor del Caisse D'Epargne, de 30 años y décimo en la pasada edición, llega a la hora de la verdad con 2.15 minutos sobre el australiano Richie Porte y 3.33 respecto a Ivan Basso, ahora los inquilinos del podio. Sastre aguarda su momento a 4.21 y en apenas dos minutos se encuentran Cadel Evans, Alexandre Vinokourov y Vincenzo Nibali, la alta jerarquía de la carrera.
Terreno y etapas habrá de sobra para que el Giro siga ofreciendo fuertes emociones. Para empezar la cronoescalada a Plan de Corones, una subida de 12.9 kilómetros que salva un desnivel de mil 086 metros, con una pendiente media del 8.5 por ciento y máxima del 24, una pared apta para que se abran diferencias entre los gallos. Una opción para que Basso, enorme en el Zoncolan, atice otro golpe a la general.
El miércoles espera otra paliza entre Brunico y el final elevado de Pejo Terme, un trayecto de 173 kilómetros y el Passo delle Palade en medio, un puerto exigente de 18 kilómetros y rampas del hasta el 16 por ciento.
Tras la ligera tregua del jueves, el viernes espera otra jornada temible con la etapa del Mortirolo, considerado uno de los puertos más duros de Europa.
Antes de completar los 195 kilómetros hasta Aprica, esperan el Trivigno y el Mortirolo, día grande para los escaladores y para asaltar la 'maglia' rosa.
El sábado entre Bormio y el Passo del Tonale, final en alto, puede suceder de todo. En el menú nada menos que el Forcola di Livigno, el Passo de Eira, el Foscagno y el Gavia, con sus 24 interminables kilómetros. Quien sobreviva con fuerzas, aún tendrá la dura contrarreloj final del domingo en Verona de 15 kilómetros y una cota intermedia, el Torricelle, con un ascenso de 8 mil 500 metros.
Un Giro trufado de sorpresas y emociones fuertes en cada una de sus etapas en el que nadie se atreve a dar el nombre de un favorito, si bien Basso parece dispuesto a recobrar su mejor nivel desde que cumplió su sanción de dos años.
Arroyo dejó dudas en el Zoncolan pero disfruta de la segunda jornada de descanso en el Giro vestido de rosa, un "sueño" para el jefe de filas del Caisse D'Epargne. Sastre se siente contento de "seguir en la pomada", un corredor recuperado para la general tras la escapada bidón que cambió el rumbo de la carrera.
El Giro afronta la semana decisiva. Será la montaña quien ponga a cada uno en su sitio. El rosa espera al más fuerte, y de momento David Arroyo se resiste a cambiar el color de su camiseta.