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Caso juzgado

La culpa es nuestra por ilusionarnos cada torneo FIFA en el que participa el Tri

GUADALAJARA, JALISCO (04/JUL/2017).- Ciertamente la culpa debe ser nuestra por ilusionarnos cada torneo FIFA en el que participa la Selección mexicana. Y es que seguimos esperando el gran salto que uno cree se puede dar con esta generación de futbolistas.

Quizá en el análisis deberían de caber mucho más situaciones que el simple hecho de ponerse la camiseta verde cada verano.

Posiblemente entender quiénes son los encargados de cristalizar esas ilusiones y entender que en realidad son un puñado de jugadores que militan casi todos en equipos segundones y los que están en equipos importantes lo hacen en Ligas segundonas. Peor aún, manteniendo esa línea de análisis, varios de ellos ocupan lugares secundarios en sus respectivas escuadras.

Después, el eterno problema de jugar en Concacaf, que por lo menos esta vez nos hizo creer que por recuperar la hegemonía del área, ya estábamos a la altura de Portugal, de Chile o de Alemania B... sí, Alemania B.

Así, este H Tribunal, que entiende que se requiere de toda esta página para seguir enumerando razones que nos hagan ver la realidad de dónde está nuestro futbol, dicta sentencia: ¡Que venga la Copa Oro para arreglar nuestra autoestima!

EL PODIO

1.- Gandallas
Hoy el mundo ha descubierto que seguramente la palabra gandalla debe tener sus orígenes en algún vocablo alemán. Los germanos están incontenibles y todavía tuvieron el descaro de darle descanso a su equipo estelar -campeón del mundo, por cierto-, mandar a sus suplentes a la Confederaciones, llegar a la Copa anunciando que el torneo no les interesaba gran cosa... y para colmo, ¡ganarlo!

2.- Desierto
Este H. Tribunal determinó que no hay merecimientos para que alguien o algo se quede con la medalla de plata. No somos de abaratar señores y no vamos a premiar la incompetencia de Chile, Portugal o México.

3.- Buenas cuentas
Rusia, como sede de la Copa Confederaciones, pasó con creces este ensayo de Mundial. En un momento especialmente difícil en materia de seguridad, los anfitriones del evento no sólo sacaron 10 en este rubro, sino que presentaron verdaderas joyas de estadios.

EL RINCÓN DE LA VERGÜENZA

Ni tan dorada
Aunque muchos crean que el lugar de honor debe ser para el técnico del Tri o para la Selección Nacional, la realidad es que los chilenos, que antes de la Final se ostentaban como el cuadro a vencer, fueron presa fácil de la “dormilona germana” que aplicaron los europeos. Los andinos hicieron el mismo ridículo que México ante el equipo B de Alemania, y también, no supieron dar el salto de calidad.

“Apiojado”
La primera escena nos causó sorpresa: Juan “Cambios Rollorio” fuera de sí gritando “fuck you” a diestra y siniestra al cuerpo técnico de Nueva Zelanda. La segunda, apenas el domingo, sólo nos confirmó una faceta que no conocíamos del colombiano, que parece olvidar por qué llegó él a hacerse cargo de un equipo nacional que entregaba buenos números. Repetir actitudes de su antecesor, el “Piojo” Herrera, no le traerá nada bueno.

¿Sí acudió?
Cristiano Ronaldo volvió a hacer un Cristiano Ronaldo, ahora en la Copa Confederaciones. Tras una temporada de ensueño con el Real Madrid, un gol en el duelo ante Rusia parece nada comparado con lo que se esperaba de él en este evento donde su equipo era el gran favorito. Todavía peor que eso fue su desdén al partido por el tercer lugar, que dicho sea de paso, fue el detalle que nos hizo recordar que Cristiano Ronaldo estuvo en la Confederaciones.

EL VILLANO
¿Para eso lo querían?

Sin duda que el gran ridículo de la Confederaciones lo hicieron el VAR y la FIFA. Desde lo absurdo que es que un jugador esté esperando que una pantallita le diga si puede festejar o no su gol, hasta lo obsceno de sacar una tarjeta amarilla a un codazo que todos vimos merecía tareja roja, el video arbitraje se quedó muy lejos de ser el estandarte de la justicia que la FIFA nos vendió con la entrada de la tecnología.

LA FIGURA
Joachim Löw

Para todos aquellos que creen que no se pueden armar equipos alternos competitivos -siempre y cuando se tenga el material humano disponible-, el técnico alemán ha dado una cachetada a todos los eruditos del futbol. Sin que Alemania fuera el mejor equipo de una Confederaciones muy regularcita, el timonel supo infundirle a su escuadra el espíritu para creer que eras los mejores del torneo y a fin de cuentas demostrarlo.

LA FRASE
Para la posteridad

“El equipo demostró actitud, garra, carácter, dignidad y futbol. Se hicieron cosas muy buenas. Hay otras en las que mejorar. Si seguimos así, con esta línea, el futbol nos recompensará en el futuro”.

Guillermo Ochoa, jugador de Tri

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