* Maravillas

Como en los buenos tiempos --la era del Guadalajara “Campeonísimo”; los primeros años del Estadio Jalisco...--, cuando Jalisco se preciaba de que, en materia de futbol, nada más sus chicharrones tronaban, y a diferencia de varias campañas en que la mediocridad había sido la tónica entre los equipos tapatíos (más “extras” que protagonistas en las competencias domésticas), la jornada más reciente, con victorias en todos los frentes y ratificación de progresos por parte de Guadalajara y Atlas --hoy por hoy los amos del gallinero--, resultó, por donde quiera mirársele, memorable.

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Los incondicionales más furibundos del “Rebaño Sagrado” ya se apresuraron a sacar cuentas alegres, como la lechera del cuento. Dan por hecho que la racha de victorias --o, al menos, de buenos resultados-- se extenderá a las siguientes jornadas, en que su equipo bienamado se enfrentará, sucesivamente, a los Atlante, Pachuca, Puebla, San Luis, Jaguares y Pumas, antes de entrar al ciclo de compromisos teóricamente más peliagudos ante los Monterrey, Santos Laguna, América y Morelia.

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No estaría de más acompañar la legítima alegría por los éxitos sumados hasta ahora y por el buen comportamiento que el cuadro rayado ha tenido, con una poca de ecuanimidad...

Precisamente porque el arranque del Guadalajara ha sido sorpresivo --ni el más recalcitrante de sus seguidores hubiera pronosticado las maravillas que todo mundo está viendo en este momento--, hay que advertir que el cuadro rayado llegó ya a la fase en que el rival más peligroso es... el próximo.
Lo de menos es el nombre. Lo de más es que la presión para un equipo aumenta a medida que todos los rivales --tanto los poderosos como los supuestamente débiles-- lo ponen en la mira.

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El caso del Atlas --notable y todo, porque tampoco había materia prima para pronosticar su metamorfosis, merced a la presencia de Carlos Ischia como técnico y de Miguel Zepeda como centro delantero titular--, es menos llamativo... La meta inmediata, de acrecentar su caudal en la lucha por evitar el descenso, se va logrando; la siguiente, de pensar en la “liguilla”, dependerá, en parte, de la continuidad de su propio esfuerzo... y de que el Toluca --decepcionante hasta ahora-- continúe dormido.

En cuanto a los Estudiantes, su victoria de ayer --la primera en el certamen-- fue oxígeno puro para el “Piojo” Herrera, su técnico.