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* 1-0

A propósito por Jaime García Elías

En el papel, en el terreno de la teoría químicamente pura, México ya tiene ventaja de 1-0, aun seis meses antes de que suene el silbatazo inicial, en el partido inaugural de la Copa del Mundo.

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La declaración de Carlos Alberto Parreira —primero auxiliar del legendario “Zagalo”, después responsable directo de la selección brasileña y actualmente timonel de los anfitriones del Mundial en puerta—, en el sentido de que hubiera preferido, en todo caso, que Honduras (y no México) hubiese sido el adversario en la primera ronda, es sintomática de que, sin detrimento de la premisa de que la Concacaf forma parte del Tercer Mundo en materia de futbol, al “Tri” se le concede más beligerancia que a otros países del área.
Parreira parte, para el efecto, de su conocimiento, como gente de futbol, del medio. En cuatro décadas de experiencia en el medio, ha sabido de muchos brasileños que militaron de manera sobresaliente en equipos mexicanos... aunque ninguno de ellos mereció la distinción de ser llamado al “scratch”, porque la cantera amazónica es tan pródiga que los veintitantos lugares disponibles para asistir a un Mundial, se cubre sobradamente con los talentos que andan dispersos por el Primer Mundo del futbol —España, Italia, Alemania...— y con los que se quedan en los propios equipos brasileños.

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Por supuesto, hay el riesgo de que la declaración de Parreira se interprete como una invitación al exceso de confianza. No faltará quien, practicando el gustado deporte nacional de tomar los rábanos por las hojas, asevere, de manera rotunda y categórica, que “Parreira teme a México”...
Habría que decir que Sudáfrica no ocupa siquiera una de las diez primeras plazas correspondientes al continente africano, en la clasificación de la FIFA: ocupa el modestísimo peldaño número 85, muy por debajo de Camerún (11), Costa de Marfil (16), Nigeria (22), Egipto (24), Argelia (26), Ghana (34), etc.

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Sin embargo, México (inquilino del escaño número 17 en la misma lista, reelaborada después de que en vísperas del Mundial de hace cuatro años llegó a asignársele el cuarto lugar) tampoco tiene un historial como para suponer que Parreira vaya a dedicar la mayor parte del tiempo, de aquí a la cita del 11 de junio a las cuatro de la tarde (hora local) en Johannesburgo, más que a entrenar, a coleccionar cábalas y conjurar embrujos a fin de neutralizar a los “temibles” mexicanos.

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