Cultura

Una paleta onírica y esperanzadora, legado de Tamayo: experto

El viaje por los murales y lienzos del maestro Rufino, nos comprueba que el costumbrismo puede brillar tan intensamente en los centros culturales más importantes del mundo

GUADALAJARA, JALISCO (30/AGO/2013).- El alma de un pueblo variopinto, transformador y por momentos explosivos, es como define a Rufino Tamayo, el experto en arte Luis Ignacio Torres. El pintor, oriundo de Oaxaca, dejó una herencia al mundo entero ''con su paleta fantástica, onírica, mezclando pigmentos, tierra, esperanza y plumas de colibrí''.

A través de su legado -''un arte nuevo, fresco y vibrante, nos ofrece como queriendo reinventar nuestros ritos y nuestra historia''-, sigue permeando a las nuevas generación de artistas.

El viaje por los murales y lienzos del maestro Rufino, nos comprueba que el costumbrismo -tan sobado por tantos artistas en todos los tiempos- puede brillar tan ''intensamente en los centros culturales más importantes del mundo''.

''Tamayo pertenece al grupo de los grandes'', asegura Ignacio Torres. Un grupo, que a decir del también coleccionista, replanteó el concepto del arte,''que por su soberbia se negaba utilizar las imágenes multicolores y las quimeras de un pueblo genuino, de un pueblo mexicano que se convertiría la muerte en alegría y las sandías en buques donde viajan la nostalgias y las mañanas''.

Con motivo del 114 aniversario del nacimiento de Rufino Tamayo y a un año de la remodelación y ampliación de su edificio, la curadora Karen Cordero dio por inaugurada la noche de ayer, la muestra "Construyendo Tamayo, 1922-1937".

Se trata de una exposición sobre la etapa temprana de la producción artística de Tamayo, que incluye 66 de sus obras pictóricas, y que estará a disposición del visitante hasta los albores de 2014 en el Museo Tamayo, que se encuentra ubicado en el Bosque de Chapultepec, en el Distrito Federal.

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