Cultura

Música contemporánea del Ensamble Chamizo

La agrupación de la Ciudad de México se presentó el sábado por la noche en el marco del Segundo Ciclo de Música de Cámara Joven

GUADALAJARA, JALISCO (25/SEP/2011).- Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra chamizo significa un "árbol medio quemado o chamuscado". Según el ensamble originario de la Ciudad de México, el nombre que ha sido elegido para su agrupación musical corresponde a "cualquier planta que rompe con sus raíces y es impulsada por el viento como una masa móvil de luz".

Y es que estos jóvenes egresados de la Escuela Superior de Música --Cuca Veléz a la flauta, Maribel Suárez en el Fagot, Miguel Ángel Cuevas en las percusiones, Marco Loredo en el piano y acordeón, Carlo Prieto en el violín y Belén Ruiz en el violoncello-- han invertido un buen número de años aprendiendo las reglas, y sólo por eso pueden darse el lujo de romperlas. Ellos han tomado el camino alterno de la música formal, adentrándose en el terreno de la música contemporánea y la improvisación, con sonidos que ya no apelan tanto a la emoción que provoca una melodiosa pieza de Haydn, sino más bien a la reflexión, a partir de lo que pareciera ser un conjunto de pequeños fragmentos instrumentales.

 De visita en nuestra ciudad con motivo del Segundo Ciclo de Música de Cámara Joven --un proyecto nacido en Guadalajara en 2010--, el Ensamble Chamizo se presentó el sábado por la noche en el escenario de La Casa Suspendida Teatro, donde ofreció un repertorio musical que incluyó la improvisación, así como las piezas de cinco compositores contemporáneos: los estadounidenses George Rochberg (1918-2005) y Christian Wolff (1934-), y los jóvenes mexicanos Analí Sánchez Neri (de la Escuela Superior de Música), Marco Loredo (miembro del grupo) y Alfonso Mendoza (estudiante del Conservatorio de Morelia).

El énfasis en la elección de compositores vivos se debe a la creencia del grupo de que el contacto directo con éstos resulta de central importancia durante el proceso creativo de una nueva obra. Maribel Suárez remarcó este punto al presentar "El Péndulo", una pieza de fagot y percusión atribuida a Sánchez Neri, la única mujer en el programa: "Son piezas de gente viva, y nosotros estamos vivos, lo cual da como resultado mucha vivacidad" dijo Suárez y agregó que no es posible preguntarle a Mozart si tal o cual trino le pareció o no.

En cuanto a los ejercicios de improvisación, Loredo explicó, una vez finalizados, que éstos surgen a raíz de una técnica conocida como "Sound Painting" (Pintar con sonido),  un lenguaje mímico creado en 1974 por el compositor neoyorquino Walter Thompson, compuesto de más de 1200 señas que puede hacer el director, para indicar a los intérpretes el tipo de material sonoro que busca. En este caso, la dirección se alternó entre los mismos miembros del grupo, que en conjunto fueron creando atmósferas auditivas casi nunca basadas es una línea melódica clara, sino más cercanas a la experimentación.

El Segundo Ciclo de Música de Cámara Joven continuará durante la próxima semana con las presentaciones de Proyecto Caos el martes 27  y el grupo Xelloktet el miércoles 28, ambos en la Casa Suspendida. El Cuarteto José White estará el jueves 29 en el Museo de la Ciudad, y el concierto de clausura es el viernes 30 en el Paraninfo Enrique Díaz de León, en el que participarán distintos ensambles del ciclo dirigidos por Juan Lozano Franco.

Para mayores informes se puede visitar el sitio www.ciclomcj.com, o escribir a contacto@ciclomcj.com.
 
EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL

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