Cultura
La feria internacional de arte Frieze, refleja la crisis actual
Los organizadores inaugurarán una sección dedicada a las 'nuevas galerías', las cuales pagarán menos por el espacio, pero ayudarán a elevar el número de participantes
LONDRES, INGLATERRA.- La feria internacional de arte Frieze, que se celebrará del 15 al 18 de octubre en el londinense Regent's Park, es el espejo de la crisis económica y financiera del último año, ya que se presenta con menos galerías y menos dinero.
De las 151 galerías que participaron en 2008 en este evento, se ha pasado a 133, lo que ha llevado a los organizadores a inaugurar una nueva sección dedicada a "las nuevas galerías", que pagarán menos por el espacio, pero que ayudarán a elevar el número de participantes a 165 y evitar la sensación de crisis artística.
La nueva sección, llamada "Frame" (Marco), reunirá a galerías de distintos países, seleccionadas entre las más de doscientas que solicitaron estar presentes para intentar abrirse un hueco en este mercado, apostando por un único artista emergente.
Será la oportunidad de estas galerías y de sus artistas de codearse con artistas tan veteranos e internacionalmente conocidos como Louise Bourgeois, y estar presentes en lo que se considera la plataforma más elitista del arte contemporáneo en Londres.
Los expertos coinciden en que el mercado está estancado desde hace meses, como lo muestra las cifras de compra-ventas.
Hace justo un año, cuando estaba desatándose la tormenta financiera por el colapso de varios bancos, las subastas de arte contemporáneo en Londres -uno de los mercados más importantes del mundo- recaudaban unos 103 millones de libras semanales, muy lejos de los 33 millones que circulan ahora, en el mejor de los casos.
Sotheby's que en los últimos años eran el escenario de un derroche de "amor al arte", y Christie's ha reconocido que hay menos obras en el mercado porque los propietarios no quieren vender a bajo precio.
La comparación con 2008 la ejemplifica mejor que nada la subasta de obras de Damien Hirst -el "niño terrible" del arte británico-, que al tiempo que el banco Lehman Brothers anunciaba su bancarrota recaudaba en Sotheby's la cantidad de 111 millones de libras, lo que supuso un récord para una subasta de un solo artista.
La recesión ha sido también la causante de que el rompedor Hirst haya dejado sus gigantescas instalaciones y sus animales conservados en formol, y se haya pasado a la pintura tradicional con una serie de óleos que expondrá la Wallace Collection a finales de mes.
"Los cuadros cambian más fácilmente de manos. Incluso en tiempos de recesión a la gente le gustan los cuadros", dijo Hirst en una reciente entrevista a la revista "Time Out".
El dinero ha desaparecido y lo ha hecho sobre todo porque los grandes potentados de Rusia y de Oriente Medio se han quedado cortos de liquidez tras la caída de sus arriesgadas inversiones, según explica Georgina Adam, directora de "The Art Newspaper".
En un artículo publicado por el "Financial Times", Adam recuerda que en el periodo 2006-2008 se vivió una auténtica "burbuja del arte", en el que se dieron cantidades desorbitadas por obras de arte, como los 33 millones de dólares pagados por una obra de Lucien Freud o los 20,7 millones de dólares pagados por una de Jeff Koons.
En mayo de 2008, una única venta de arte contemporáneo recaudó 363 millones de dólares, pero desde entonces tanto los vendedores como los compradores parecen haber desaparecido.
Los propietarios de piezas de arte están esperando a que pase la tormenta y no quieren ofrecer sus obras por miedo a que se quemen, es decir, a que no se vendan y que, por lo tanto, sea muy difícil volver a ponerlas a la venta, explica esta experta.
Hay también quien interpreta la crisis como un momento de oportunidad. Es el caso de la marchante Caroline Wiseman, quien en declaraciones al diario "The Times" manifestó que tal y como están los precios este es un buen momento para invertir en arte contemporáneo, porque es asequible para un bolsillo medio.
"El arte contemporáneo británico todavía es un valor bueno, con Pasmore, Nicholson y Hoyland por debajo de su precio. Hay buenas ofertas y este es el momento de comprar",
De las 151 galerías que participaron en 2008 en este evento, se ha pasado a 133, lo que ha llevado a los organizadores a inaugurar una nueva sección dedicada a "las nuevas galerías", que pagarán menos por el espacio, pero que ayudarán a elevar el número de participantes a 165 y evitar la sensación de crisis artística.
La nueva sección, llamada "Frame" (Marco), reunirá a galerías de distintos países, seleccionadas entre las más de doscientas que solicitaron estar presentes para intentar abrirse un hueco en este mercado, apostando por un único artista emergente.
Será la oportunidad de estas galerías y de sus artistas de codearse con artistas tan veteranos e internacionalmente conocidos como Louise Bourgeois, y estar presentes en lo que se considera la plataforma más elitista del arte contemporáneo en Londres.
Los expertos coinciden en que el mercado está estancado desde hace meses, como lo muestra las cifras de compra-ventas.
Hace justo un año, cuando estaba desatándose la tormenta financiera por el colapso de varios bancos, las subastas de arte contemporáneo en Londres -uno de los mercados más importantes del mundo- recaudaban unos 103 millones de libras semanales, muy lejos de los 33 millones que circulan ahora, en el mejor de los casos.
Sotheby's que en los últimos años eran el escenario de un derroche de "amor al arte", y Christie's ha reconocido que hay menos obras en el mercado porque los propietarios no quieren vender a bajo precio.
La comparación con 2008 la ejemplifica mejor que nada la subasta de obras de Damien Hirst -el "niño terrible" del arte británico-, que al tiempo que el banco Lehman Brothers anunciaba su bancarrota recaudaba en Sotheby's la cantidad de 111 millones de libras, lo que supuso un récord para una subasta de un solo artista.
La recesión ha sido también la causante de que el rompedor Hirst haya dejado sus gigantescas instalaciones y sus animales conservados en formol, y se haya pasado a la pintura tradicional con una serie de óleos que expondrá la Wallace Collection a finales de mes.
"Los cuadros cambian más fácilmente de manos. Incluso en tiempos de recesión a la gente le gustan los cuadros", dijo Hirst en una reciente entrevista a la revista "Time Out".
El dinero ha desaparecido y lo ha hecho sobre todo porque los grandes potentados de Rusia y de Oriente Medio se han quedado cortos de liquidez tras la caída de sus arriesgadas inversiones, según explica Georgina Adam, directora de "The Art Newspaper".
En un artículo publicado por el "Financial Times", Adam recuerda que en el periodo 2006-2008 se vivió una auténtica "burbuja del arte", en el que se dieron cantidades desorbitadas por obras de arte, como los 33 millones de dólares pagados por una obra de Lucien Freud o los 20,7 millones de dólares pagados por una de Jeff Koons.
En mayo de 2008, una única venta de arte contemporáneo recaudó 363 millones de dólares, pero desde entonces tanto los vendedores como los compradores parecen haber desaparecido.
Los propietarios de piezas de arte están esperando a que pase la tormenta y no quieren ofrecer sus obras por miedo a que se quemen, es decir, a que no se vendan y que, por lo tanto, sea muy difícil volver a ponerlas a la venta, explica esta experta.
Hay también quien interpreta la crisis como un momento de oportunidad. Es el caso de la marchante Caroline Wiseman, quien en declaraciones al diario "The Times" manifestó que tal y como están los precios este es un buen momento para invertir en arte contemporáneo, porque es asequible para un bolsillo medio.
"El arte contemporáneo británico todavía es un valor bueno, con Pasmore, Nicholson y Hoyland por debajo de su precio. Hay buenas ofertas y este es el momento de comprar",