Cultura
Escribir para un lector ''más inteligente que yo''
El escritor Sergio González Rodríguez abogó ayer por elevar el nivel de la interlocución entre redactores y los lectores; participó en una mesa sobre la crónica
GUADALAJARA, JALISCO (25/ABR/2013).- Para el escritor y periodista Sergio González Rodríguez la curiosidad permanente, las preguntas incesantes y los acertijos son elementos esenciales que refuerzan la vocación periodística en tiempos de escepticismo.
“La idea de que tiene o guarda algún secreto o misterio es típico para los escritores, y para los investigadores más, puesto que siempre están rastreando preguntas y temas, buscando en dónde puedo encontrar algo interesante para contar, y eso viene del afán de preguntar. Fundamentalmente, el periodista y el escritor en general tienen que ver con esta pasión por preguntar y tratar de hacerlo lo mejor posible. Sin buenas preguntas es muy difícil que un texto se consuma, sobre todo en términos periodísticos, porque las preguntas nos llevan a plantear, primero, de qué se trata este problema, quiénes son los que están involucrados, por qué fue así”, explicó ayer en la mesa “La crónica: enlace entre periodismo y literatura”, que se llevó a cabo en el ITESO .
González Rodríguez, autor de Huesos en el desierto (Anagrama) estuvo acompañado por el periodista Gerardo Lammers —quien presentó su libro Historias del más allá en el México de hoy— y por José Miguel Tomasena, editor de la revista Magis. Gerardo Lammers dijo que en el libro plantea una tesis en el sentido de que el cronista puede llegar, en algunos casos, a convertirse en un provocador de situaciones. Comentó que algunas historias fueron calificadas por el escritor y periodista J.M. Servín como “Periodismo Gonzo”, corriente creada por el escritor estadounidense Hunter S. Thompson.
El lector inteligente
Sergio González resaltó que lo más importante cuando se escribe periodismo, literatura, ficción o autoficción, es considerar al lector más importante que el redactor y el propio texto.
“Yo siempre pienso que mi lector va a ser más inteligente que yo, de hecho lo debe ser. Y eso es lo que me obliga a mí a emplear la mayor calidad posible, el mayor esmero, el mayor cuidado para poder ahondar en el trabajo mismo de escritura, de modo que es un modo entre lectura, relectura, crítica y autocrítica mientras uno va elaborando una crónica, pero también un relato o una novela. No puede uno avanzar sin preguntarse ‘¿qué pensaría un lector de lo que yo estoy haciendo’”.
Para el también ensayista, recientemente ganador del Premio Casa América Catalunya a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, los medios de comunicación establecen el nivel de diálogo con sus lectores en el punto más bajo, lo que ha degradado la calidad comunicativa, ya que se privilegian contenidos de entretenimiento, diversión, pasatiempo, chisme y ruido, cuando debería de exigirse más de los lectores.
“Tenemos que establecer la interlocución, así sea asimétrica entre los interlocutores, al más alto nivel para obligar a que los que están abajo se suban; no los que estemos arriba, por razón de privilegio, por razón de formación, bajarnos, sino al contrario: provocar que la gente suba su nivel en la medida que los que tenemos la fortuna de tener mayor formación, experiencia y conocimiento, les exijamos a ellos, y nosotros asimismo nos estamos exigiendo una mayor calidad”.
Señaló que el mundo contemporáneo enseña que sin un sentido de la transformación es muy difícil concebir la realidad, y por ello concibe la escritura de una crónica como un ejercicio intergenérico: “No basta el simple recuento, sea impersonal o en primera persona. Es necesario tener una multiplicidad de puntos de vista, voces, registros, donde confluyan la crónica, el reportaje, pero también el análisis, la presentación de datos, entrevista alternada con un relato cinemático...”.
FRASE
"Sin buenas preguntas es muy difícil que un texto se consuma, porque las preguntas nos llevan a plantear de qué se trata este problema, por qué fue así "
Sergio González Rodríguez, escritor y periodista
“La idea de que tiene o guarda algún secreto o misterio es típico para los escritores, y para los investigadores más, puesto que siempre están rastreando preguntas y temas, buscando en dónde puedo encontrar algo interesante para contar, y eso viene del afán de preguntar. Fundamentalmente, el periodista y el escritor en general tienen que ver con esta pasión por preguntar y tratar de hacerlo lo mejor posible. Sin buenas preguntas es muy difícil que un texto se consuma, sobre todo en términos periodísticos, porque las preguntas nos llevan a plantear, primero, de qué se trata este problema, quiénes son los que están involucrados, por qué fue así”, explicó ayer en la mesa “La crónica: enlace entre periodismo y literatura”, que se llevó a cabo en el ITESO .
González Rodríguez, autor de Huesos en el desierto (Anagrama) estuvo acompañado por el periodista Gerardo Lammers —quien presentó su libro Historias del más allá en el México de hoy— y por José Miguel Tomasena, editor de la revista Magis. Gerardo Lammers dijo que en el libro plantea una tesis en el sentido de que el cronista puede llegar, en algunos casos, a convertirse en un provocador de situaciones. Comentó que algunas historias fueron calificadas por el escritor y periodista J.M. Servín como “Periodismo Gonzo”, corriente creada por el escritor estadounidense Hunter S. Thompson.
El lector inteligente
Sergio González resaltó que lo más importante cuando se escribe periodismo, literatura, ficción o autoficción, es considerar al lector más importante que el redactor y el propio texto.
“Yo siempre pienso que mi lector va a ser más inteligente que yo, de hecho lo debe ser. Y eso es lo que me obliga a mí a emplear la mayor calidad posible, el mayor esmero, el mayor cuidado para poder ahondar en el trabajo mismo de escritura, de modo que es un modo entre lectura, relectura, crítica y autocrítica mientras uno va elaborando una crónica, pero también un relato o una novela. No puede uno avanzar sin preguntarse ‘¿qué pensaría un lector de lo que yo estoy haciendo’”.
Para el también ensayista, recientemente ganador del Premio Casa América Catalunya a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, los medios de comunicación establecen el nivel de diálogo con sus lectores en el punto más bajo, lo que ha degradado la calidad comunicativa, ya que se privilegian contenidos de entretenimiento, diversión, pasatiempo, chisme y ruido, cuando debería de exigirse más de los lectores.
“Tenemos que establecer la interlocución, así sea asimétrica entre los interlocutores, al más alto nivel para obligar a que los que están abajo se suban; no los que estemos arriba, por razón de privilegio, por razón de formación, bajarnos, sino al contrario: provocar que la gente suba su nivel en la medida que los que tenemos la fortuna de tener mayor formación, experiencia y conocimiento, les exijamos a ellos, y nosotros asimismo nos estamos exigiendo una mayor calidad”.
Señaló que el mundo contemporáneo enseña que sin un sentido de la transformación es muy difícil concebir la realidad, y por ello concibe la escritura de una crónica como un ejercicio intergenérico: “No basta el simple recuento, sea impersonal o en primera persona. Es necesario tener una multiplicidad de puntos de vista, voces, registros, donde confluyan la crónica, el reportaje, pero también el análisis, la presentación de datos, entrevista alternada con un relato cinemático...”.
FRASE
"Sin buenas preguntas es muy difícil que un texto se consuma, porque las preguntas nos llevan a plantear de qué se trata este problema, por qué fue así "
Sergio González Rodríguez, escritor y periodista