Cultura

Entre el ritual y la expresión

María José Cristerna, mejor conocida como ''la mujer vampiro''

GUADALAJARA, JALISCO (14/MAY/2011).- Hay quienes encuentran su pasión y el sentido de la vida, en plasmar los pensamientos más creativos, trágicos y alegres en un lienzo, ya sea a través de la abstracción o de las más claras ideas. Ese espacio donde los colores y la ausencia de éste se mezclan para dar paso a la emoción, es sólo una pequeña muestra de lo que esconde el arte.

Sin embargo, también hay quienes con la intención de expresarse eligen un lienzo diferente, uno más terso, natural y delicado: la piel.

El tatuaje para algunos es un arte, para otros una técnica y hasta una forma de rebeldía que deja su evidencia imborrable, ya sea que ésta se encuentre a la vista de todos o no.

También hay personas como María José Cristerna, mejor conocida como “la mujer vampiro”, para las que un tatuaje significa eso y mucho más.

“Mis tatuajes representan todo el proceso de mi vida, tanto lo bueno como lo malo. En mi piel cuento mi historia, y en general, los tatuajes son arte, incluso en las culturas más antiguas eran una forma de ritual artístico. Hoy en día ostentan diversos significados, pero no se puede poner en tela de juicio al trabajo o al artista, también es un proceso como el de los pintores, sólo que este lienzo es más delicado, porque aquí no hay vuelta atrás”, detalla la tatuadora tapatía.

María José no puede escoger. Simplemente no logra descifrar qué disfruta más, si ser el lienzo o el creativo que deja huella. Para ella ambas prácticas representan libertad artística y existencial, y eso es lo más importante.

Los diseños y el estilo son el reflejo de las experiencias de vida, la creatividad y la pasión con la que se hacen las cosas, es por eso que “la mujer vampiro” defiende su trabajo como una prueba cultural que se extiende más allá de los géneros musicales o la selección de prendas al vestir.

“Cuando hago o me pongo un tatuaje me siento libre, me expreso y comparto”, asegura quien en su cuerpo lleva tatuada su propia historia: “triunfos y derrotas”, la misma persona que ha sido testigo de cómo otros hacen del amor, la muerte o el éxito, un sello imborrable en su piel.

Aunque oficialmente no se le reconozca como un arte, más allá de los tatuadores hay quienes aseguran que lo es, no sólo por la expresión, la técnica y el significado, sino porque los tatuajes se han mantenido en la sociedad con el paso del tiempo, han viajado de las tribus lejanas a las grandes ciudades y de un ritual sagrado a un placer incomprendido por algunos.

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