Cultura
Élmer Mendoza destaca el lenguaje de los personajes
El escritor expresó que hablar de la problemática social del Norte de México, está tanto en las letras, como en otras manifestaciones artísticas.
MADRID, ESPAÑA (14/NOV/2010).- La problemática social del Norte de México ha generado “la definición de un territorio narrativo”, que a través del arte denuncia y busca generar conciencia ante tales problemas, afirmó el escritor Élmer Mendoza.
Fue durante una conferencia impartida en el Festival Eñe de literatura en Madrid, que Mendoza expuso que ese movimiento está tanto en literatura, en artes plásticas, danza, música y otras manifestaciones culturales.
La situación de narcotráfico en los últimos años en el país ha generado una mayor actividad de denuncia, ya que incluso es un problema que “ha llegado a afectar a modelos de belleza”, explicó.
En lo que a las letras se refiere, comentó que “la mayoría son escritores nacidos en el Norte de México o en otras partes del país, pero residentes en estados norteños” quienes escriben sobre este tipo de violencia.
“Somos un grupo sin ser un grupo formal. Lo que nos une es que hay una realidad que contar”, destacó el reconocido narrador de la cultura del narcotráfico.
Mendoza resaltó que una de las cosas llamativas “es el lenguaje utilizado localmente”, así como en “las historias que se cuentan entre ellos, algunas son leyendas antiguas que se repiten sobre el mesianismo que se tienen entre sí”, los grupos de narcotráficos.
Reconoció el autor de títulos como El amante de Janis Joplin y Efecto Tequila, que sabe que ese lenguaje no es entendido por muchos lectores en lugares como España, lo que le obliga a revisar los textos con sus editores.
Sin embargo, señaló que “es necesario ese lenguaje porque la fuerza del perfil de estos personajes está también en la forma de hablar”.
Citó a escritores como Javier Marías, que aseguran que la realidad es algo muy difícil de contar, y en este caso “se trata de una realidad cambiante, intensa y llena de matices”, entonces lo que se hace es tratar de “crear una poética que lo abarque todo”.
Apuntó, que en el caso de sus obras ha tratado de ironizar con algunos aspectos de esa realidad, algo que ha generado comentarios de lectores contrariados, pero en verdad “muchas de esas ironías son sacadas de pláticas con la gente”.
“De lo que se trata es de que el lector lo lea y pueda decir que no se puede seguir viviendo con una violencia de esta manera”, agregó.
Fue durante una conferencia impartida en el Festival Eñe de literatura en Madrid, que Mendoza expuso que ese movimiento está tanto en literatura, en artes plásticas, danza, música y otras manifestaciones culturales.
La situación de narcotráfico en los últimos años en el país ha generado una mayor actividad de denuncia, ya que incluso es un problema que “ha llegado a afectar a modelos de belleza”, explicó.
En lo que a las letras se refiere, comentó que “la mayoría son escritores nacidos en el Norte de México o en otras partes del país, pero residentes en estados norteños” quienes escriben sobre este tipo de violencia.
“Somos un grupo sin ser un grupo formal. Lo que nos une es que hay una realidad que contar”, destacó el reconocido narrador de la cultura del narcotráfico.
Mendoza resaltó que una de las cosas llamativas “es el lenguaje utilizado localmente”, así como en “las historias que se cuentan entre ellos, algunas son leyendas antiguas que se repiten sobre el mesianismo que se tienen entre sí”, los grupos de narcotráficos.
Reconoció el autor de títulos como El amante de Janis Joplin y Efecto Tequila, que sabe que ese lenguaje no es entendido por muchos lectores en lugares como España, lo que le obliga a revisar los textos con sus editores.
Sin embargo, señaló que “es necesario ese lenguaje porque la fuerza del perfil de estos personajes está también en la forma de hablar”.
Citó a escritores como Javier Marías, que aseguran que la realidad es algo muy difícil de contar, y en este caso “se trata de una realidad cambiante, intensa y llena de matices”, entonces lo que se hace es tratar de “crear una poética que lo abarque todo”.
Apuntó, que en el caso de sus obras ha tratado de ironizar con algunos aspectos de esa realidad, algo que ha generado comentarios de lectores contrariados, pero en verdad “muchas de esas ironías son sacadas de pláticas con la gente”.
“De lo que se trata es de que el lector lo lea y pueda decir que no se puede seguir viviendo con una violencia de esta manera”, agregó.