Cultura
Akram Khan, narrativa corporal
La compañía dancística presentó al público tapatío, 'Kaash'
GUADALAJARA, JALISCO (30/MAY/2015).- Si el cuerpo humano tiene límites, Akram Khan no los conoce. El reconocido coreógrafo llegó a Guadalajara para demostrar que la concentración mental es capaz de manipular a los músculos a placer.
La noche de ayer, el Teatro Degollado prestó su tarima para que Akram Khan y su compañía dancística presentara al público tapatío, “Kaash”, uno de los espectáculos de mayor prestigio a nivel internacional y que el Festival de Mayo logró sumar su cartelera para demostrar el por qué la danza tiene un lenguaje universal en el que se mezclan las técnicas tradicionales a lo contemporáneo.
Sobre el escenario, cinco bailarines dieron cátedra de cómo transformar la narrativa en movimiento y cómo éste comunica emociones a través de giros, saltos y un control del equilibrio que solamente expertos como Akram Khan hacen parecer como una práctica sencilla y ligera, como si los cuerpos tan solo fueran una hoja de papel que se mece ante la mínima provocación del viento.
Durante los primeros 20 minutos del acto dancístico, el quinteto entregó una peculiar combinación que apuesta por la danza tradicional hindú y diversos tintes contemporáneos, haciendo de sus brazos el principal conductor del cuerpo, como veletas que guiaban el vaivén de las piernas cubiertas por pantaloncillos y faldones negros y holgados. La velada concluyó en un extenso aplauso por parte del público.
La noche de ayer, el Teatro Degollado prestó su tarima para que Akram Khan y su compañía dancística presentara al público tapatío, “Kaash”, uno de los espectáculos de mayor prestigio a nivel internacional y que el Festival de Mayo logró sumar su cartelera para demostrar el por qué la danza tiene un lenguaje universal en el que se mezclan las técnicas tradicionales a lo contemporáneo.
Sobre el escenario, cinco bailarines dieron cátedra de cómo transformar la narrativa en movimiento y cómo éste comunica emociones a través de giros, saltos y un control del equilibrio que solamente expertos como Akram Khan hacen parecer como una práctica sencilla y ligera, como si los cuerpos tan solo fueran una hoja de papel que se mece ante la mínima provocación del viento.
Durante los primeros 20 minutos del acto dancístico, el quinteto entregó una peculiar combinación que apuesta por la danza tradicional hindú y diversos tintes contemporáneos, haciendo de sus brazos el principal conductor del cuerpo, como veletas que guiaban el vaivén de las piernas cubiertas por pantaloncillos y faldones negros y holgados. La velada concluyó en un extenso aplauso por parte del público.