Cultura
A Beirut, con síndromes y trastornos en la maleta
Ramadam Karim, jalisciense de origen palestino, participará en la Feria del Arte y el Libro de la capital de Líbano con 10 piezas, invitado por la embajada de México
GUADALAJARA, JALISCO (02/MAY/2013).- Con 10 piezas que responden a la representación de un trastorno psicológico, Ramadam Karim se hará presente en la Feria del Arte y el Libro en Beirut (Beirut Art Book Fair). Luego de recibir una invitación directa para participar con cuadros en gran formato, el jalisciense con ascendencia palestina viajará para mantener sus piezas en exhibición por un mes, para luego gestionar una exposición itinerante.
La oportunidad de exponer en esta ciudad del Medio Oriente llegó de forma inesperada. Karim recuerda que de chico no solía socializar demasiado e incluso tenía pocos amigos; uno de ellos, Enrique Paredes, lo acompañó durante la secundaria. Diez años después, Paredes volvió a contactarlo vía correo para volverlo a ver, sin embargo Ramadam vivía en Nueva York.
“Le respondí que no podía verlo porque no vivía en ese tiempo en Guadalajara, pero me dijo que no importaba porque él también se encontraba lejos: trabaja en la embajada de Beirut”, comparte el artista. Mantuvieron contacto y su amigo lo presentó con el cónsul, lo que hizo se concretara el proyecto de exposición.
Debido a que su abuelo era palestino, se ha nutrido en Ramadam una inquietud por conocer el Medio Oriente. Incluso una vez intentó viajar a Tel Aviv, pero con su nombre musulmán tuvo problemas para ingresar al territorio e incluso en la revisión de pertenencias le retiraron un disco duro.
Actualmente se encuentra preparando los últimos detalles para enviar los cuadros que compondrán la exposición que se inaugurará el 8 de mayo. Se trata de 10 piezas que se valen del óleo, acrílico y pasteles, para que a través de la figura humana represente diversos síndromes de forma expresionista e hiperrealista, tanto en piezas coloridas como monocromáticas.
Algunos de los síndromes que aborda son el burn-out, que surge del estrés emocional e interpersonal en un ambiente laboral; amnesia, trastorno de la memoria en el que se es incapaz de recuperar o retener recuerdos o información; trastorno de Diógenes, el cual se caracteriza por la acumulación de basura; licantropía, especie de alucinación en la que la persona afectada cree que se puede convertir en algún animal; test de Rorschach, que más bien es una técnica psicodiagnóstica para evaluar la personalización; despersonalización, alteración de la percepción donde surge un desdoblamiento que hace percibir experiencias ajeno a sí mismo; síndrome de Stendhal, enfermedad psicosomática que provoca vértigo, depresión e incluso alucinaciones cuando se aprecia alguna obra de arte.
El retrato del artista universitario
Esta exhibición en Beirut se suma a las muestras que ha realizado en diversas partes del mundo como Nueva York, París y Alemania. Mas su inquietud artística, a pesar de los logros que ha tenido en su carrera, comenzó en edad tardía, cuando cursaba los primeros semestres de la licenciatura en Diseño Gráfico en la Univa.
A la mitad de la carrera conoció al pintor Waldo Saavedra. “Me encantaron sus pinturas y pensé dedicarme a esto. Él casi que me adoptó como su hijo y así aprendí a pintar. El apadrinó mi primera exposición en el Museo de Periodismo y las Artes Gráficas (Mupag)”.
En su formación no trató de tener un estilo, ni asirse a una sola técnica o ser monotemático. “Tomo la pintura como algo que me divierte hacer. Si se supone que uno trata de ser creativo no es bueno cerrarse en lo mismo”, afirma.
Más tarde realizó su viaje a Nueva York, donde vivió por un año mientras asistía a la Escuela de Liga de Artistas de Nueva York. Respecto a esa experiencia, comparte: “Conocer Nueva York para mí fue muy bueno porque hasta regresé deprimido, por todo lo materialista que es, lo superfluo del arte; lo ven como cualquier otro producto. He ido varias veces pero nunca me sentí cómodo, prácticamente fui sólo a estudiar”.
Sus piezas han llamado la atención en los circuitos del arte de diversos países, y a pesar de que su educación se ha ido formando cada vez más, considera que la influencia de Waldo Saavedra sigue presente. “Hasta la fecha sigo viendo sus pinturas y me fascina”.
Tren ligero
“Lo que me motiva de exponer fuera es conocer nuevos lugares y tener la posibilidad de viajar y no quedarme en el mismo lugar. Me motiva hacer algo diferente”, responde Karim luego de preguntarle sobre cómo se ha motivado a exponer fuera de Jalisco y el País.
Pocas veces ha expuesto en su ciudad natal, pero en esta ocasión le interesa mostrar aquí lo que llevará a Beirut. “Quiero exponerla en el Tren Ligero, porque pasa gente que luego ni le gusta el arte”. Justo como muchos otros usuarios de este servicio de transporte público, Karim se ha detenido a apreciar lo que en ocasiones allí se exhibe, y es justo la inquietud de la gente que no frecuenta galerías lo que lo motiva a montar su obra en estaciones del Tren Ligero.
Por el momento, Ramadam Karim expondrá sus síndromes y trastornos a partir de la próxima semana en Beirut, donde además ofrecerá una conferencia en la universidad de la localidad, acerca de su trabajo, aunque dice ir preparado en temas de religión, pues, concluye “me advirtieron que me lloverán preguntas al respecto. Yo sólo espero que mis piezas se les hagan rarísimas”.
La oportunidad de exponer en esta ciudad del Medio Oriente llegó de forma inesperada. Karim recuerda que de chico no solía socializar demasiado e incluso tenía pocos amigos; uno de ellos, Enrique Paredes, lo acompañó durante la secundaria. Diez años después, Paredes volvió a contactarlo vía correo para volverlo a ver, sin embargo Ramadam vivía en Nueva York.
“Le respondí que no podía verlo porque no vivía en ese tiempo en Guadalajara, pero me dijo que no importaba porque él también se encontraba lejos: trabaja en la embajada de Beirut”, comparte el artista. Mantuvieron contacto y su amigo lo presentó con el cónsul, lo que hizo se concretara el proyecto de exposición.
Debido a que su abuelo era palestino, se ha nutrido en Ramadam una inquietud por conocer el Medio Oriente. Incluso una vez intentó viajar a Tel Aviv, pero con su nombre musulmán tuvo problemas para ingresar al territorio e incluso en la revisión de pertenencias le retiraron un disco duro.
Actualmente se encuentra preparando los últimos detalles para enviar los cuadros que compondrán la exposición que se inaugurará el 8 de mayo. Se trata de 10 piezas que se valen del óleo, acrílico y pasteles, para que a través de la figura humana represente diversos síndromes de forma expresionista e hiperrealista, tanto en piezas coloridas como monocromáticas.
Algunos de los síndromes que aborda son el burn-out, que surge del estrés emocional e interpersonal en un ambiente laboral; amnesia, trastorno de la memoria en el que se es incapaz de recuperar o retener recuerdos o información; trastorno de Diógenes, el cual se caracteriza por la acumulación de basura; licantropía, especie de alucinación en la que la persona afectada cree que se puede convertir en algún animal; test de Rorschach, que más bien es una técnica psicodiagnóstica para evaluar la personalización; despersonalización, alteración de la percepción donde surge un desdoblamiento que hace percibir experiencias ajeno a sí mismo; síndrome de Stendhal, enfermedad psicosomática que provoca vértigo, depresión e incluso alucinaciones cuando se aprecia alguna obra de arte.
El retrato del artista universitario
Esta exhibición en Beirut se suma a las muestras que ha realizado en diversas partes del mundo como Nueva York, París y Alemania. Mas su inquietud artística, a pesar de los logros que ha tenido en su carrera, comenzó en edad tardía, cuando cursaba los primeros semestres de la licenciatura en Diseño Gráfico en la Univa.
A la mitad de la carrera conoció al pintor Waldo Saavedra. “Me encantaron sus pinturas y pensé dedicarme a esto. Él casi que me adoptó como su hijo y así aprendí a pintar. El apadrinó mi primera exposición en el Museo de Periodismo y las Artes Gráficas (Mupag)”.
En su formación no trató de tener un estilo, ni asirse a una sola técnica o ser monotemático. “Tomo la pintura como algo que me divierte hacer. Si se supone que uno trata de ser creativo no es bueno cerrarse en lo mismo”, afirma.
Más tarde realizó su viaje a Nueva York, donde vivió por un año mientras asistía a la Escuela de Liga de Artistas de Nueva York. Respecto a esa experiencia, comparte: “Conocer Nueva York para mí fue muy bueno porque hasta regresé deprimido, por todo lo materialista que es, lo superfluo del arte; lo ven como cualquier otro producto. He ido varias veces pero nunca me sentí cómodo, prácticamente fui sólo a estudiar”.
Sus piezas han llamado la atención en los circuitos del arte de diversos países, y a pesar de que su educación se ha ido formando cada vez más, considera que la influencia de Waldo Saavedra sigue presente. “Hasta la fecha sigo viendo sus pinturas y me fascina”.
Tren ligero
“Lo que me motiva de exponer fuera es conocer nuevos lugares y tener la posibilidad de viajar y no quedarme en el mismo lugar. Me motiva hacer algo diferente”, responde Karim luego de preguntarle sobre cómo se ha motivado a exponer fuera de Jalisco y el País.
Pocas veces ha expuesto en su ciudad natal, pero en esta ocasión le interesa mostrar aquí lo que llevará a Beirut. “Quiero exponerla en el Tren Ligero, porque pasa gente que luego ni le gusta el arte”. Justo como muchos otros usuarios de este servicio de transporte público, Karim se ha detenido a apreciar lo que en ocasiones allí se exhibe, y es justo la inquietud de la gente que no frecuenta galerías lo que lo motiva a montar su obra en estaciones del Tren Ligero.
Por el momento, Ramadam Karim expondrá sus síndromes y trastornos a partir de la próxima semana en Beirut, donde además ofrecerá una conferencia en la universidad de la localidad, acerca de su trabajo, aunque dice ir preparado en temas de religión, pues, concluye “me advirtieron que me lloverán preguntas al respecto. Yo sólo espero que mis piezas se les hagan rarísimas”.