Para la artista plástica Violeta Franco, el arte no es sólo una vocación, sino una herencia familiar y una forma de vida que ha perfeccionado con los años. Su historia en la pintura comenzó desde la infancia, en un entorno donde la creatividad y el color eran parte del día a día. Hoy, con más de dos décadas de trayectoria, ha logrado consolidar un estilo propio, en el que convergen el expresionismo, la abstracción y el impresionismo.En entrevista con EL INFORMADOR, la pintora comparte su recorrido, desde sus primeros acercamientos al arte bajo la guía de su madre, hasta sus exploraciones actuales en la plástica contemporánea, su relación con el público de Guadalajara y los proyectos en los que trabaja actualmente.Para Franco, el arte fue algo natural en su hogar. Su madre, Irene García, es pintora, al igual que su padre, Pedro Franco, por lo que desde pequeña estuvo rodeada de lienzos. “Crecí viéndolos pintar. Para mí el arte en la casa era algo de cada día. Siempre tenían libros de arte”, recuerda.Si bien en su niñez observaba de cerca el proceso creativo de sus padres, fue en la adolescencia cuando sintió el deseo de tomar los pinceles por su cuenta. “A los 14 o 15 años le dije a mi mamá: ‘Oye, yo quiero pintar’. Y me empezó a enseñar lo que ella sabía”, comenta.Su madre no sólo la apoyó, sino que se convirtió en su primera maestra. Le enseñó las bases de la pintura realista e hiperrealista, lo que le permitió desarrollar una técnica sólida. Sin embargo, con el tiempo, Franco comenzó a sentirse atraída por otros estilos más experimentales. “Cuando ya tenía una idea general de las técnicas, le dije: ‘Quiero ser abstracto’. Y ella me respondió: ‘Ahí sí te toca sola’”.A partir de ese momento, su exploración fue autodidacta, observando obras, experimentando con materiales y encontrando su propia voz en el arte: “Hoy en día siento que ya la tengo mucho más específica y te puedo decir que mi estilo es abstracto, expresionismo e impresionismo”.Uno de sus proyectos más recientes es la exposición “Realidades paralelas”, en la que explora la idea de la existencia de otras dimensiones o líneas del tiempo. “Es un tema complejo, lo aborda la física y la metafísica. Quise proyectar que al mismo tiempo que existe un mundo, en otra línea del tiempo puede estar ocurriendo otra realidad”.La muestra original constaba de 10 piezas en gran formato, de las cuales dos ya han sido vendidas. “En estas obras también abordé mucho la feminidad, con muchos tonos rosas”. La técnica utilizada en estas piezas fue mixta, con texturas para muros, óleo y acrílico. “Tardé alrededor de cuatro meses en la realización de todas las obras”.Si bien la exposición ya se presentó en el Hotel Fiesta Americana Minerva, Franco espera organizar próximamente un evento en su estudio, donde mostrará estas obras junto con otras nuevas.La relación entre los artistas plásticos y el público en Guadalajara ha sido un reto, según Franco. “Es una plataforma difícil, no quiero ser pesimista, pero sí viene cargada de cierto elitismo. Si no eres sobrino de alguien o no conoces a las personas adecuadas, es complejo”. No obstante, reconoce que la ciudad es una cuna de tendencias y creatividad. “Es una ciudad cosmopolita, donde nos vamos empujando unos a otros. Así se forma una comunidad creativa. Después de años de picar piedra, ya es más sencillo fluir y encontrar espacios de exposición, aunque sigue costando trabajo”.Para Franco, el trabajo del artista plástico puede ser solitario, pero también enriquecedor. “Es curioso, porque cuando eres artista y quieres proyectarte, necesitas salir al mundo, pero al mismo tiempo lo que quieres es encerrarte en tu propio mundo. Hay que saber mediar la balanza”.En cuanto a su proceso creativo, destaca la importancia de la disciplina. “Si no tienes disciplina, no logras concretar nada, porque tu mente se dispersa. A la hora de crear una colección o un cuadro, primero me encierro, pongo una alarma de hora y media para concentrarme y bajar la idea”.Para ella, el uso de herramientas digitales ha sido clave en esta etapa de su carrera. “Antes recortaba revistas o usaba acuarelas en papel para bocetar, pero desde que empecé a usar el iPad, todo cambió. Ahora hago una idea previa digitalmente, lo que facilita llevarla al lienzo con óleo o acrílico”.Aunque su pasión era la pintura, su formación académica tomó otro camino. Franco estudió la licenciatura en Diseño y Coordinación de Modas en el Centro de Diseño de Modas, cuando aún no existía esa carrera en la Universidad de Guadalajara. Si bien en un inicio consideró estudiar Arquitectura, no quedó en listas y decidió inclinarse por la moda, un área que también la apasionaba. “Cuando tienes 18 años no tienes muy claro, pero más o menos a la mitad de la carrera decidí que me dedicaría a pintar, sin embargo terminé la carrera de moda porque me gustaba y porque sabía que me daría formación”.Su paso por el diseño de modas le aportó herramientas valiosas, como la comprensión de tendencias, el manejo del color y la experimentación con diversas técnicas pictóricas, conocimientos que después aplicaría en su pintura.Sus inicios en la pintura estuvieron marcados por la creación de obras orientadas a un público infantil, con personajes y temáticas más accesibles para los niños.Sin embargo, con el tiempo su trabajo evolucionó hacia el arte abstracto, influenciado por su constante exploración de técnicas y materiales.Uno de los momentos clave en su trayectoria fue su participación en La Glorieta Chapalita, un espacio en Guadalajara donde artistas emergentes pueden exponer y vender su obra. “Quizás cuando ya tenía unos tres años exponiendo en La Glorieta fue cuando me introduje al abstracto”.Recientemente, tuvo un inesperado reencuentro con una de sus primeras obras, que encontró en un hotel. “Sentí nostalgia. Me remontó a esos momentos de frustración, porque cuando no tienes el manejo total de la técnica es difícil no poder dar los resultados que tienes en mente. Después de 20 años pintando, hasta ahorita estoy logrando lo que me imaginaba hace dos décadas”.Uno de los proyectos más significativos en los que ha trabajado fue una exposición inspirada en la arquitectura de Luis Barragán, en colaboración con el diseñador Jacobo Sin A. Ambos artistas, admiradores del arquitecto, decidieron unir pintura y moda en una exhibición donde las modelos caminaban entre las obras. “Para mí, fusionar arte y moda es de las mejores experiencias. Me encantaría volver a hacer algo similar pronto”.AL INTERIOR DEL ESTUDIOActualmente, la artista trabaja en la ampliación de su colección y en la consolidación de su estudio como un espacio abierto al público. Ubicado en el histórico Condominio Guadalajara, su taller es un reflejo de su esencia creativa. “Amo los edificios antiguos y éste (el suyo) tiene mucha luz, lo que me permite crear. Nunca lo he dado a conocer abiertamente, pero quiero fusionar su apertura con la exhibición de mis piezas”.Para quienes deseen conocer su obra, Franco abre las puertas de su estudio con previa cita a través de su Instagram: @francorevolver.