Viernes, 03 de Mayo 2024
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Una travesía por San Sebastián

La ciudad española brinda una experiencia irrepetible en cada uno de los rincones que revela ante el viajero
 

FranciscoGonzález

Las olas rompen con un sonido casi musical en la Bahía de la Concha, la principal de San Sebastián. Durante el verano y enmarcada por un cielo de intenso color azul, esta playa y esta ciudad del Cantábrico se convierten en el sueño de todo viajero.

Enclavada en el País Vasco, al Norte de España y ya muy cerca de la frontera con Francia, San Sebastián (o Donostia, en el idioma euskera), es una de las metrópolis más encantadoras de la Europa Occidental. Dueña de una larga historia, cuna de magníficos chefs, deportistas, poetas y aventureros. 

La calidez de su gente es la primera razón para visitarla, pero hay muchas más. Su historia, fascinante y sinuosa, combina su faceta como motor económico de España, lugar de veraneo para la realeza e incluso su resurrección, luego de haber sido destruida casi por completo durante la guerra de independencia de ese país, a principio de siglo XIX.

Aunque está de cara al mar, San Sebastián también cuenta en su geografía con algunas montañas (Urdaburu, Igueldo y Urgull) que terminan por cincelar la belleza natural que posee. ¿Qué te parece si tomamos el pasaporte, preparamos la mochila y nos lanzamos a la aventura?

El “peine del viento”. La obra escultórica de Eduardo Chillida, una de las más fotografiadas por quienes llegan a San Sebastián. CORTESÍA

Aventura acuática

Es verdad que muchas veces al pensar en playas españolas, las que vienen a nuestra mente se encuentran en el Mediterráneo, pero las de San Sebastián ya eran famosas desde hace cientos de años y se mantienen como las preferidas. En la arena para el descanso en el mar para la adrenalina. 

Sus olas son las preferidas por los surfistas que buscan surcar las aguas, así como aquellos que gustan de practicar un poco con el kayak o el nado. Las playas de La Zurriola, Ondarreta y La Concha son las más buscadas por los bañistas y quienes buscan un buen bronceado en verano o nada más relajarse en invierno. Por efectos de las mareas, estas pueden crecer o disminuir en su profundidad, lo que hace que cada visita sea una experiencia única.

En las cercanías de las playas hay una rica arquitectura, mucha de ella heredada de mediados y finales del siglo XIX. Destaca en particular el Palacio de Miramar, de estilo inglés y levantado en 1839. Sirvió como residencia de verano para la reina María Cristina entre 1893 y 1928, cuya presencia atrajo a su vez a otros miembros de la realeza y magnates, que embellecieron la urbe.

Junto a la playa de Ondarreta podemos seguir el paseo de la bahía. Al final encontramos el “Peine del Viento”, una obra del artista Eduardo Chillida y una de las postales más buscadas por los viajeros en su viaje a este rincón de España.

Palacio de Miramar. Una joya del siglo XIX que mantiene su majestuosidad. EL INFORMADOR/F. González

Camino al corazón

San Sebastián tiene ese lado marítimo sin renunciar a su encanto como ciudad. Su casco histórico invita a ser recorrido con calma, dejando que nuestros ojos se llenen con la belleza de sus edificaciones.

Entre las más destacadas están la Basílica de Santa María del Coro (barroco) y la Catedral del Buen Pastor (neogótico), ambas visibles desde la Bahía de la Concha y magníficos ejemplos de la riqueza arquitectónica de España en el Siglo XIX.

La metrópoli  alguna vez tuvo murallas, derribadas en 1863 ante su imparable crecimiento. Las construcciones que estaban en su interior constituyen la Parte Vieja de San Sebastián, donde encontramos por las noches un animado ambiente de cafés, bares y restaurantes. Aquí se encuentra la Plaza de la Constitución y un poco más al Norte el Castillo de la Mota en el Monte Urgull, del que se desprenden diversos miradores que regalan magníficas vistas tanto a la ciudad como a la inmensidad del Cantábrico.

Conforme el día termina, vale la pena recorrer una vez más la bahía, caminar lo más despacio y tratar de alargar cada segundo. Llegar a un barecito y pedir una copa del vino mientras por la ventana observamos como el manto estelar adquiere los colores nocturnos. Es momento de despedir a San Sebastián y agradecer por este y cada viajes que se quedó en el corazón.

Pintxos, un platillo que primero enamora a la vista y luego fascina al paladar.

Gastronomía estelar

Se dice que San Sebastián es la ciudad que más Estrellas Michelin tiene por metro cuadrado, y tiene mucho de verdad.

Las Estrellas Michelin se otorgan a los restaurantes con los mejores menús del mundo. Obtener una es muy difícil y mantenerla aún más, lo que nos brinda una idea del magnífico nivel que tiene esta urbe en la mesa.

Algunos de los chefs contemporáneos más afamados que han salido de Donostia son Martín Berasategui, Andoni Luis Aduriz y Juan María Arzak.

Entre los platillos que debes probar si te encuentras en esta ciudad son el bacalao al pil pil, los pintxos acompañados por un zurito (cerveza), el queso idiazábal y el bacalao a la vizcaína.

La ciudad se recorre a pie o bicicleta sin problemas. Al fondo de la fotografía en color amarillo, el palacio de Kursaal, enfocado a grandes eventos. CORTESÍA/Basquetour

Una ciudad con mucha vida

Festival Internacional de Cine: Se celebra a mediados de septiembre de cada año y es uno de los más importantes de Iberoamérica. Sus ceremonias se celebran en el Palacio de Kursaal y las películas aclamadas por el jurado obtienen “La Concha de Oro”, galardón cuyo nombre honra a la principal bahía de Donostia.

Tamborrada: Se realiza cada 20 de enero para celebrar a Sebastián, el Santo Patrón de la ciudad. Aunque sus raíces se remontan al Siglo XIV, es en los últimos 100 años cuando adquirió sus principales rasgos con música, actividades deportivas y culturales por la Parte Vieja de la Ciudad.

Festival de Jazz: Cada julio la ciudad se inunda con los sonidos del jazz en este festival, el más antiguo dedicado a este género en España. Convoca a magníficos exponentes tanto ibéricos como internacionales.