Uralde citó como ejemplo de que los organismos genéticamente modificados (OGM) no mitigan el hambre, lo ocurrido en Argentina, donde la expansión de estos cultivos no impidió "tremendas hambrunas" tras la recesión económica de 2002."No existe en absoluto una relación causa-efecto entre el aumento de transgénicos y la reducción del hambre. Más bien al contrario. Y desde luego desde nuestro punto de vista el problema del hambre no es cómo producir más sino cómo repartir mejor los recursos que hay", señaló.Por su parte la directora ejecutiva de la misma ONG en México, Patricia Arendar, demandó proteger activamente las 59 razas y variedades de maíz que el país latinoamericano posee y evitar que sean contaminadas con los OGM.En la misma rueda de prensa el campesino canadiense Percy Schmeister, el primero de su país en demandar a Monsanto por contaminar sus cultivos de canola, dijo que una prueba de que las siembras con semillas transgénicas no ayudan a luchar contra el hambre es que actualmente hay en el mundo la misma cantidad de personas afectadas por ese problema que hace doce años."Si algo nos va a llevar a que exista más hambre en el mundo van a ser los organismos genéticamente modificados", comentó.Los críticos coincidieron en que la dependencia de los campesinos hacia las trasnacionales que comercializan las semillas modificadas supone riesgos para la salud y el medio ambiente.Por eso lo ideal en este momento es aplicar el principio de precaución y prescindir de estos cultivos, dijeron.Esta posición será la que presenten mañana en el foro "Las voces campesinas frente a los transgénicos", en el cual mañana los especialistas compartirán las experiencias de sus países.En el caso particular de España, Uralde recordó que ese país permite el cultivo de maíz transgénico en 70 mil hectáreas, mientras otros países de la Unión Europea (UE) lo tienen vetado.Por ello señaló que Greenpeace España trabajará por la "prohibición total" de los OGM.Uralde, quien deploró la fusión de los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente de su país, se mostró confiado en que el Gobierno español vuelva a colocar pronto las cuestiones medioambientales como "un elemento clave" de sus políticas.