Suplementos | Yo soy Jesús tu Dios, el único que puede llenar tu vida de alegría, de plenitud y de amor Voz que grita en el desierto: ¿Quién eres Tú? Cuando Saulo se encontró con Jesús en el Camino de Damasco y lo vio envuelto en una luz radiante, todavía no era Pablo… era tan sólo un judío llamado Saulo Por: EL INFORMADOR 8 de diciembre de 2008 - 07:27 hs Un año con San Pablo Cuando Saulo se encontró con Jesús en el Camino de Damasco y lo vio envuelto en una luz radiante, todavía no era Pablo… era tan sólo un judío llamado Saulo. Entonces le preguntó: -¿Quién eres? Y recibió la respuesta: -Soy Jesús, a quien tú persigues. Más tarde, cuando pasen los años, también será hecha a Pablo la misma pregunta: ¿Quién eres? Y en cualquier momento sabrá responder: -Yo soy Pablo, judío, ciudadano romano, nacido en Tarso fariseo, estudioso y cumplidor de la ley… -Yo soy Pablo, apóstol de Jesucristo por Gracia de Dios… -Yo soy aquel que en un tiempo fue perseguidor de cristianos y ahora soy testigo del amor de Jesucristo, muerto y resucitado por nuestra salvación. Y si en este momento esa voz que sigue gritando en el desierto preguntara a cada uno de nosotros: -¿Quién eres tú? Veamos si sabríamos responder con claridad y convicción, si podemos presentar nuestras credenciales con la frente alta… ¿Podríamos con sinceridad dar razón de la propia fe sin atenuantes ni restricciones? El poder definir quien soy, qué quiero, qué busco y hacia donde voy… es ya el principio de saber que estamos preparando a nuestro ser como terreno fértil. para que venga a habitar Dios en nuestro corazón. Cada día podemos hacernos nosotros mismos la pregunta: Y tú, ¿quién eres? Antes de que vengan de fuera a preguntarnos, y también antes de que nos presentemos al interrogatorio definitivo donde Dios, el único con auténtica autoridad para juzgarnos nos puede preguntar: -Y tú, ¿quién eres? También antes de que recibamos de frente los reproches del Señor cuando nuestra pregunta se dirija a Él: -Y tú, ¿quién eres? - Yo soy el que siempre ignoraste; aquél que has ofendido con tu indolencia, el que nunca quisiste escuchar; que rechazaste cuando te mostré mi amor; que preferiste otras actividades, otras alegrías y diversiones, sin querer darte cuenta de que yo tenía en mis manos para ti las más grandes realizaciones y la mayor felicidad. Yo soy Jesús tu Dios, el único que puede llenar tu vida de alegría, de plenitud y de amor. María Belén Sánchez fsp Temas Religión Fe. Lee También Evangelio de hoy: Cómo convertir la maldición en bendición Ayuno y oración en SLP ante show de Marilyn Manson León XIV celebra la primera misa "verde" Evangelio de hoy: «Alégrense, sus nombres estarán escritos en el cielo» Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones