Una fe distorsionada

GUADALAJARA, JALISCO (06/OCT/2013).- La fe es un llamado de Dios, y es aquí donde le toca participar al ser humano: en su respuesta a ese llamado; de ahí que la fe es plena cuando se da la respuesta libre del hombre a Dios. De ello surge el diálogo, el encuentro y el compromiso mutuo.

Cuánta distorsión en la vivencia de la fe auténtica existe; veamos algunos ejemplos:

- La fe como refugio de angustias: Es aquella por la que los seres humanos acuden a Dios sólo en situaciones de urgencia, pidiéndole auxilio por un dolor grande, ya sea físico como emocional o espiritual, rogándole la salud, el éxito, etc., cuando en realidad no se busca a Dios sino el propio beneficio. Si Él concede lo solicitado, cuando mucho se le agradece, si no, se le reclama y se le llega a ofender con expresiones irrespetuosas y hasta con blasfemias.

- La fe "al gusto", "ligera": al capricho del ser humano, no como Dios la ha querido de parte de sus hijos. El ser humano toma lo que le conviene y rechaza lo que no; Vgr. acepta lo que le produce placer, satisfacción, pero rechaza lo que conlleva sufrimiento; cree en el Cielo, más rechaza la existencia del infierno.

- La fe de sentimientos: Es la que caracteriza a aquel ser humanos que responde positivamente a Dios, 'cuando le nace', 'cuando anda de humor', en pocas palabras, dejándose guiar por el sentimentalismo, actúe conforme a éste y no a una convicción firme.

- La fe "dos caras": Aquellos que suelen ser muy religiosos, pero en secreto, y nunca en público porque se avergüenzan. Son, sin duda, hipócritas y convenencieros, porque muchas veces, ante otros, desconocen su fe y hasta la rechazan y atacan, y cuando se sienten necesitados de la ayuda divina, no dudan en acudir a ella, pero, eso sí, sin que nadie se dé cuenta.

- Finalmente, la fe de creencias: Es la que practican, todavía, muchos católicos. Una fe carente de experiencia de Dios, de vivencias con Él. Suelen proclamar en la Eucaristía dominical, a voz en cuello, el Credo, pero se olvidan de vivir los Mandamientos, especialmente del Mandamiento del amor.

El Evangelio de hoy nos recuerda precisamente que, teniendo y viviendo la auténtica fe, para nosotros todo será posible. Y, ¿en qué  consiste la auténtica fe? En creer y creerle a Jesucristo; confiar en Jesucristo; obedecer a Jesucristo; someterse a Jesucristo y depender total y absolutamente de Jesucristo.

Finalmente, no olvidemos que la fe es un don que hay que pedir con humildad, si pensamos no tenerlo, y si ya  lo tenemos, hemos de pedir al Señor que lo haga crecer, como los Apóstoles lo hicieron.

Convendría hoy preguntarnos cómo está nuestra fe, particularmente nuestra fe en Jesucristo presente, real y verdaderamente, en la Eucaristía.

Francisco Javier Cruz Luna

• El reloj del recuerdo

Fray  Mateo Elías del Socorro Nieves del Castillo

Buscando el camino más corto para ir de Celaya a Salvatierra, podemos aventurarnos por la carretera 51 que es en realidad muy directa y bastante aceptable…

La extrañeza surgirá en algún momento como a mitad del camino cuando se escuchan claras y sonoras las campanadas de un reloj que da la hora con sorprendente exactitud.

-Es el reloj del Padre Nieves –nos dirán si preguntamos.

Pero desde luego nadie se quedará con el interrogante, o con la serie de interrogantes que surgen inmediatamente: ¿y quién es el Padre Nieves? ¿dónde vive? ¿qué hace o a qué se dedica?

El Padre Nieves

El Padre Elías del Socorro Nieves murió hace ya 85 años, fue una de las  víctimas de la persecución cristera.

Había nacido en Yuriria, Gto. El 21 de septiembre de 1882. Y tuvo una infancia difícil, principalmente por la muerte de sus padres.

Tenía 45 años de edad y apenas doce de sacerdote, ya que motivos económicos y de salud le impidieron entrar pronto al seminario.

Pero su vocación le llamaba fuertemente a ser sacerdote en la orden de los Agustinos y a pesar de las dificultades logró su anhelo y por fin  el 9 de abril de 1916 recibió la ordenación sacerdotal.
Un momento importante para él en un tiempo crucial cuando ya estaba en efervescencia la persecución religiosa y a punto de explotar.

No obstante, el Padre Nieves, como le llamaban, desarrolló su ministerio en varias localidades de Guanajuato y Michoacán hasta que fue enviado a Cañada de Caracheo Mich. donde encontraremos sus huellas plasmadas en aquellas obras que construyó y dejó como herencia a sus fieles, especialmente la Iglesia con su legendario reloj.

A pesar del cariño de sus parroquianos y de su gran deseo de permanecer entre ellos en esos momentos de dificultad y de extrema necesidad espiritual, se vio obligado a refugiarse en una cueva cerca de la población donde atendía a sus parroquianos.

Después de catorce meses de exilio fue arrestado y junto con él murieron los hermanos Sierra: José Dolores y José de Jesús que no quisieron abandonarlo.

El reloj

El Padre Nieves murió, pero su reloj sigue allí, en la torre de la Iglesia donde da la hora puntualmente para recordar que la muerte no es lo definitivo, sino que el Padre Dios nos espera en su Reino para darnos una vida mucho más perdurable que el recuerdo.

Y mientras tanto en Cañada de Caracheo el Padre Nieves está presente allí, en la urna que guarda sus restos de mártir y sigue la devoción del pueblo pidiéndole que interceda ante Dios para el alivio de sus necesidades, la solución de sus más urgentes problemas, el consuelo en sus penas, que al fin y al cabo nunca faltan.

Y también se evoca su recuerdo en el reloj que pregona las horas y canta su recuerdo.

• Oración

Señor Jesús que diste al Beato Elías del Socorro Nieves, tu siervo la grandeza de saber perdonar a sus agresores hasta darles en obsequio cuanto en aquel momento poseía, te pedimos la gracia de imitar al Padre Nieves en el amor a Dios, a sus hermanos y hasta a sus enemigos. Por su intercesión te pedimos el desprendimiento total de todo por amor. Amén

María Belén Sánchez, fsp