Suplementos | La claridad de las lecturas de hoy nos permite no andar con rodeos Un alimento contra la ignorancia e intransigencia “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día” Por: EL INFORMADOR 20 de agosto de 2012 - 09:16 hs . / Para vivir es necesario dejar la ignorancia y vencer la insensatez de vivir sólo de recuerdos, en vez de acoger la novedad inaudita que nos da el pan que ha bajado del cielo. La promesa que hace Jesús, en el evangelio y que se anuncia ya desde el libro de los proverbios bien vale la pena tomarla en cuenta, solamente por lo que ofrece, aun cuando como hombres de fe nos deberían de mover más cosas. Cuando dice: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día”. Esto sólo bastaría para hacer y cumplir todo cuanto pida Jesús, vida eterna y la garantía de la resurrección. VIDA ETERNA La vida eterna de la cual nos habla Jesús, como consecuencia de alimentarnos del pan vivo, no es sólo un premio que nos espera en el más allá, sino una realidad presente y ya poseída, porque claramente Jesús dice: “Tiene vida eterna”, en el presente, claro, esto no limita, ni disminuye lo que el mismo texto también dice: “Vivirá para siempre”. Es en este sentido que el pasaje del libro de los proverbios tiene sentido, cuando dice: “Vengan a comer de mi pan y a beber del vino que he preparado. Dejen su ignorancia y vivirán”. La derrota de la ignorancia es la disposición para recibir a Dios, y es la capacidad de vivir integra y plenamente. En la eucaristía, pan de vida, se recibe la plenitud de la vida, la vida que sólo proviene de Dios, ya que es Dios mismo, la sabiduría de Dios, derrota de la ignorancia, es la razón de vivir, ya que nos adentra en el gran misterio de Dios, sabiduría infinita, vida en plenitud en donde no tienen cabida ni razón de ser, la ignorancia e intransigencia. UN BANQUETE “La sabiduría se ha edificado una casa, ha preparado un banquete, ha mezclado el vino y puesto la mesa”. Esta imagen bella y comprometedora del libro de los proverbios, nos recuerda que la sabiduría no es cuestión de un cúmulo de conocimientos, sino un don de Dios que se ofrece como alimento, que a nosotros corresponde degustar, y como todo alimento, éste ha de generar sus frutos en nosotros, con lo que nos proporciona, esa es la sabiduría la plenitud de la vida, es en buena parte saber vivir. La sabiduría es inteligencia y corazón al mismo tiempo, es armonía, equilibrio, relación con la vida. La ciencia, desenganchada de la sabiduría se condena a ser inconsciencia. Es el banquete en lenguaje bíblico en lugar del encuentro, en donde se favorece el diálogo, y donde se dan los mejores regalos, en un banquete se otorgaban las herencias, se bendecía al primogénito, se presentaban en matrimonio, se anunciaban los nacimientos… Y es de una manera especial, no en un banquete, sino en el Banquete, en donde se nos da la plenitud, Jesús como alimento en el banquete de la última cena. Se da en el banquete eucarístico la plenitud de la sabiduría. PERMANENCIA -La participación en el banquete, la certeza de la promesa de tener vida, y el deseo constante de alcanzar la sabiduría, es poco con la otra de las grandes promesas que nos otorga el pasaje del evangelio de este domingo, “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él”. No se trata sólo de un momento, de compartir y disfrutar los alimentos juntos, de intercambiar ideas, de tener una vida plena, es una permanencia, una configuración tal, de ser uno con el Todo: “permanece en mí y yo en él”, es la degustación de la eternidad, partícipes de lo que Dios es, Dios con nosotros y nosotros en Dios. No se reduce a un recuerdo y aproximación a un compañero que nos conoce y visita, es una permanencia en donde pone su morada en cada uno de nosotros, por lo mismo puntualiza la primera lectura: “La sabiduría ha edificado una casa”, en la cual somos convidados a morar, y la promesa de la vida tiene sentido, porque no se puede permanecer en Dios, y Dios no puede permanecer en el hombre, si éste no tiene vida, Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos, Él es el Dios de la vida que ha venido a vencer la ignorancia y la muerte. Temas Religión Fe. Lee También La cercanía de Dios Santa Fe Klan reclama que su ex Maya Nazor no lo deja ver a su hijo y ella responde ¿Es verdad que fueron tres los Reyes Magos? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones