Suplementos | La instalación expuesta actualmente en las galerías de OPA versa sobre la correlación que existe entre una imagen y los sonidos Texto invitado: Carlos Amorales en OPA Esta producción de ruidos robotizados y de figuras seriadas constituyen los canales característicos de la comunicación moderna, aunque, en este caso, parta de un instrumento del siglo XIX, como es una pianola mecánica. Por: EL INFORMADOR 27 de junio de 2008 - 23:47 hs Por: Patrick Charpenel Fotos: Saúl Núñez destacado: La obra nos remite a la estructura de este instrumento: especie de piano mecánico que, gracias a un royo de papel con perforaciones dispersas, ejecuta automáticamente melodías musicales. Este trabajo opera a partir de una selección de símbolos que conforman, en conjunto, una unidad sistémica. Así, el sustrato de este alfabeto proviene de los principales elementos visuales que el artista ha utilizado a lo largo de su carrera. La producción en serie de los bienes de consumo y la comunicación a distancia en tiempo real, están intrínsecamente unidas dentro del complejo conglomerado de nuestra época. Como consecuencia de esta condición de unidad, presenciamos una suerte de sobreoferta de productos y servicios, así como un auténtico bombardeo de información digital. Un buen número de los artistas que han emergido en las últimas tres décadas, abordan estas problemáticas específicas haciendo referencia a las estructuras económicas del capitalismo tardío. Además, ellos incorporan a sus obras los códigos de este sistema con el firme propósito de revisarlos y realizar una crítica a sus efectos. Consientes de esta dinámica social, Oficina para Proyectos de Arte (OPA) ha venido programando, desde hace cinco o seis años, en el piso 23 del Condominio Guadalajara (en el cruce de las avenidas 16 de Septiembre y Niños Héroes), exposiciones que tratan estas cuestiones contemporáneas. Mostrando gran rigor y sensibilidad, se han instalado proyectos de artistas internacionales que ofrecen visiones excéntricas del arte y la cultura. Con la muestra titulada Psicofonías del artista capitalino Carlos Amorales, se refuerza la misión de OPA que procura, en cada una de sus presentaciones, refrescar el panorama local con muestras experimentales de primer nivel. Después de que Amorales mostrara dos ambiciosos proyectos realizados para los museos Georges Pompidou de París y Tate Modern en Londres, ahora exhibe en Guadalajara su última producción videográfica. Los elementos de esta obra son: dos proyectores, un par de pantallas traslúcidas, un equipo de sonido y una serie de impresiones sobre cartulinas oscuras. La instalación expuesta actualmente en las galerías de OPA versa sobre la correlación que existe entre una imagen y los sonidos aleatorios de un instrumento musical. El propósito es establecer una analogía fuerte, una suerte de operación aritmética de proporcionalidad, para asociar una serie de figuras icónicas introducidas por el artista y las notas emitidas por dos pianolas virtuales (en realidad la video-instalación conformada por retro-proyecciones que exhiben una animación digital). Este trabajo, realizado en colaboración con el músico Julian Lede, se inspiró en las conocidas creaciones para pianola del compositor estadounidense Conon Nancarrow. Así, en sintonía con las cadencias del norteamericano, la obra opera a partir de una selección de dibujos de Amorales. Pero son precisamente estos dibujos, formados por las perforaciones que cubren los rollos insertos dentro de las pianolas, los que activan las notas vibrantes. Para reforzar estas secuencias de puntos proyectados sobre las pantallas traslúcidas, se ubicaron, en las paredes laterales, un grupo de reproducciones con los diseños de los rollos sobre láminas de pequeño formato. Esta producción de ruidos robotizados y de figuras seriadas constituyen los canales característicos de la comunicación moderna, aunque, en este caso, parta de un instrumento del siglo XIX, como es una pianola mecánica. La globalización pone en circulación estas experiencias a través de las redes informáticas que nos conectan a todos. Así, tanto el consumismo generalizado de la económica mundial, como la comunicación cibernética que se maneja en las transacciones políticas o, incluso, el empequeñecimiento del mundo generado por la velocidad, son expresión de una competencia de poderes que avanza sin ningún escrúpulo. Por ello, el arte contemporáneo deconstruye esta estructuras para mostrar su esqueleto. Carlos Amorales y OPA dislocan estos aparatos de control sin ejercer la menor violencia: lo hacen través de la explosión luminosa de una constelación y de un concierto musical azaroso. Temas Tapatío Lee También El Centro de Artes Circenses Zapopan celebra dos años de magia Labores sociales en el occidente precolonial Del rumor al diálogo: La niñez urbana y su derecho a comprender la naturaleza La literatura latinoamericana más allá del “Boom” Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones