Suplementos | Dios creó al hombre para ser feliz. Sin embargo, es muy fácil desviarse por los muchos caminos equivocados Sólo en Dios está la felicidad Es cierto que los bienes --de ahí su nombre-- producen satisfacción, cierta seguridad, sensación de poder, placer, alegría, etc., pero todo ello de manera efímera Por: EL INFORMADOR 15 de julio de 2008 - 06:55 hs Lo hemos comentado antes: Dios creó al hombre para ser feliz. Sin embargo, es muy fácil desviarse por los muchos caminos equivocados, en la búsqueda de esa felicidad. Uno de esos caminos es el de los bienes terrenales y el ansia por poseerlos, día a día más. Es cierto que los bienes --de ahí su nombre-- producen satisfacción, cierta seguridad, sensación de poder, placer, alegría, etc., pero todo ello de manera efímera; y sobre todo no llenan el corazón del hombre, porque éste fue creado para algo más profundo, sublime y trascendente. Además, el querer poseer bienes más allá de lo necesario, cayendo en lo superfluo, suscita el endurecimiento del corazón humano, fomenta la vanidad y el egoísmo, y con ello un aislamiento paulatino de los demás, condenando así a la más dura e insoportable soledad a aquellos que viven esta realidad. Éstos, todavía queriendo llenar esa soledad, ese vacío en el que caen, se hacen de más y más bienes, sin importarles, incluso, la forma de lograrlo, hasta llegar a la obsesión y con ello a ser capaces de cualquier cosa. La avidez de placer es otro camino equivocado. Nuestro ser está diseñado para experimentar el placer así como el dolor, la alegría como la tristeza, la paz como el desasosiego. Todo eso es parte de nuestra propia naturaleza, y lo hemos de experimentar como fruto de una vida ordenada, digamos dentro del plan del Señor, lo que producirá una vida armónica y capaz de crecer y madurar. Sin embargo, cuando la persona busca el placer por el placer mismo, y al margen del plan y de la ley de Dios, hace que se provoque un desajuste en toda su vida, y si no cae en cuenta de ello y se deja esclavizar por esa avidez de placer, caerá como por un tobogán, llegando a extremos tales que trastornan en forma irreversible su vida, y ello deja huella indeleble en cuerpo, mente y espíritu. Esto, en todos los planos de la vida, en los que están involucrados nuestros sentidos. Otro de los caminos falsos, es el ansia de poder. Cuando el egoísmo es muy acendrado, la persona cree que todo gira alrededor de sí, y llega a pensar que puede controlar a los demás e, incluso, el curso mismo de la vida y del destino. La soberbia en grado sumo engaña de tal forma a la persona, que la hace perder totalmente el sentido de la realidad, y le hace pensar que para ella no hay imposibles; que todo lo que se propone lo puede lograr, aunque pase por encima de otros, y aunque se valga de ellos, no importando de qué forma. Y para lograrlo necesita del poder, de mecanismos de dominio y manipulación. De esa ansia de poder se vale Satanás para exacerbar el egoísmo, suscitando verdaderos tiranos, dictadores, y no sólo en los gobiernos de los estados y los países, sino en el seno mismo de la familia, de la empresa, hasta de la Iglesia misma. Lo más grave de todo es que se puede combinar en una sola persona --por así decirlo-- un “coctel” con estos tres elementos, y llegar a ser un verdadero azote para los que lo rodean y la persona más infeliz, insatisfecha, triste, angustiada, frustrada, etc. “Solamente Dios --afirma Santo Tomás de Aquino-- reúne en grado infinito y sobreabundante, todas las condiciones requeridas para ser felices: Dios es el Bien supremo e infinito, que no se ordena ni puede ordenarse a otro bien más alto (...) Su perfecta posesión y goce tiene que llenar forzosamente todas las aspiraciones del corazón humano” (Suma Teológica). Y quien posee a Dios en su corazón, no puede menos que amar y entregarse al servicio de los demás, pues en él ya no hay egoísmo, soberbia, avaricia, sensualismo, ni nada por el estilo. Jesús, en el Evangelio de este domingo, les llama dichosos a quienes pueden ver y oír; es decir, a quienes no se cierran a su realidad y vuelven sus ojos a Él y a los demás, pues es ahí en donde se encuentra la verdadera felicidad. Francisco Javier Cruz Luna cruzlfcoj(arroba)yahoo.com.mx Temas Religión Fe. Lee También Viacrucis Iztapalapa 2025: ¿Cuáles son las calles donde ocurren las tres caídas de Jesús? Así puedes llegar en transporte público al Viacrucis en Iztapalapa ¿Cuál es el significado ESPIRITUAL de los "días santos"? Papa Francisco visita cárcel romana este Jueves Santo tras convalecencia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones