Suplementos | El cristiano debe persistir en la fe, estar preparado para el momento en que Dios llame Que nuestra llama arda con fuerza, para que el viento, más que apagarla, la alimente El cristiano debe persistir en la fe, estar preparado para el momento en que Dios decida llamarnos Por: EL INFORMADOR 8 de noviembre de 2014 - 23:06 hs Mantengamos la luz encendida con actos de amor y misericordia hacia el prójimo. EL INFORMADOR / LA PALABRA DE DIOS PRIMERA LECTURA Sabiduría 6, 12-16 “La sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y la encuentran los que la buscan” SEGUNDA LECTURA Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-17 “Si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con Él.” EVANGELIO San Mateo 25, 1-13 “Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.» GUADALAJARA, JALISCO (09/NOV/2014).- En este domingo Trigésimo Segundo Ordinario del año, Jesús El Hijo de Dios con una parábola ilustra las mentes y mueve las voluntades a entender el sentido de la vida, para no ser sorprendidos en esta irreflexión continua, atraídos por esos muchos “juguetes” que como en un tianguis ofrece el mundo actual. Jesús obsequia ahora la parábola de 10 vírgenes a quienes se ha invitado a iluminar con sus lámparas la sala de fiestas, en el festejo de una boda. Cinco de ellas, prudentes, prepararon sus lámparas y su provisión de aceite, las otras cinco no cuidaron de llevar el aceite, y sus lámparas languidecieron y se apagaron. La vida terrena debe ser una vigilancia positiva y amorosa, en espera de ese encuentro definitivo con Cristo. El cristiano con la lámpara encendida, dice con los labios y el corazón: “Creo en la vida perdurable. Creo que todo lo de aquí, lo que veo, lo que oigo, lo que toco, lo que tengo, es apenas un pequeño trozo de vida en el tiempo; y la otra parte, la más larga, la que no se acaba, la eterna, esa sigue después de la muerte corporal.” A la Fe del cristiano, no se opone la Ciencia. Lo que en la Tierra es oscuridad, da paso a la luz; a lo que en el tiempo es doloroso sigue el verdadero descanso. El cristiano sabe que su muerte no será perecer, ni quedará prisionero para siempre bajo una loza en el cementerio. Una sepultura no encierra la eternidad. Allí ha quedado lo que en el hombre fue materia. El alma inmortal pasó del tiempo y del espacio y se fue, partió, emigró. “Hoy trabajamos y nuestras lámparas vacilan entre los vientos y las tentaciones; pero que nuestra llama arda con fuerza, para que el viento, más que apagarla, la alimente.” Así escribió San Agustín de Hipona, un experimentado en pruebas y tentaciones. La esperanza es una actitud fundamental para el cristiano y lo mantiene en una actitud de alegría, porque siempre hay algo más allá; aunque debe cuidarse de los extremos peligrosos, que son la presunción de los que creen tenerlo todo ya asegurado, y el caso opuesto, la desesperación, que es olvido de la infinita misericordia del Señor. El cristiano debe esperar con la luz encendida y puesta su confianza en quien tanto amó, que por todos entregó su vida. José Rosario Ramírez M. Aquí y ahora ¿Cuántas veces no hemos escuchado el famoso dicho, mujer prevenida vale por dos? La enseñanza que nos ha dejado Jesús con esta parábola, aplica no únicamente en este ámbito religioso, por el contario, el prever algunas situaciones de nuestra vida diaria podría facilitarnos muchas cosas que evitaríamos si tan sólo hubiéramos pensado un poco antes o anticipado alguna situación. En ocasiones basta un pequeño esfuerzo extra para estar un paso delante de algunas personas y no hablamos de envidia, por el contrario, cuando realmente deseas algo, haces todo lo posible por que las cosas salgan bien que incluso hacer un esfuerzo extra te da más de lo que te quita. ¿Cuántas veces la necedad en nuestras vidas no nos deja ver lo evidente ante nuestros ojos? ¿Cuántas veces no escuchamos los consejos de aquellas personas que incluso nos quieren, pero por necedad no escuchamos? El orgullo suele ser grande y difícil de vencer en primera instancia, pero cuando no dejamos que el sentimiento sea el que actúe y razonamos un poco, podemos permitir ser un poco más objetivos al momento de actuar. Hay muchas personas que nos dejamos llevar por los impulsos hasta lastimar a aquellos que tanto queremos y es por ello que en ocasiones tenemos que dejar de lado nuestras necedades y prevenir que esa lámpara se apague. Jesús dijo claramente que antes de presentar la ofrenda en el altar debemos reconciliarnos con nuestros hermanos si tuvieran algo contra nosotros (cf. Mateo 5, 23-24). Y esta situación aplica sobre todo en nuestras familias, amigos y comunidades cercanas. No esperemos a que se nos cierre la puerta para reaccionar ante aquellas situaciones que lo único que hacen es alejarnos de Dios, y mucho menos esperemos a que el Señor nos desconozca por los actos de envidia que realizamos. Mantengamos esa luz encendida con esos actos de amor y misericordia al prójimo. No esperemos saber el día y la hora, pues cuando menos lo esperamos puede llegar. Templos vivos del Espíritu Santo No dejamos de impresionarnos con los acontecimientos que se dan en nuestro país. Muertes violentas por asesinatos, ejecuciones, venganzas, disputas, suicidios etc., etc.; así como por desastres naturales, negligencias de unos que afectan a muchos, etc. Durante las últimas semanas, hemos sido sacudidos por la noticias de decenas de desaparecidos, muertos, secuestros, extorsiones, especialmente en el ámbito de lo denominado “delincuencia o crimen organizado”, todo ello en un marco de corrupción e impunidad que raya en el cinismo. ¿Qué nos dicen estos acontecimientos a quienes profesamos la fe en Jesucristo? Ante todo habrían de motivarnos a unirnos en oración y súplica a Dios nuestro Padre, no sólo por el eterno descanso de las víctimas y la consolación de sus seres queridos, sino también por nuestro país, para que estos fatales hechos no afecten más a la paz social y al progreso que se busca en un marco democrático, justo y legal. Así mismo, que la luz divina ilumine desde al presidente de la república hasta el servidor público más modesto, para que sepan hacer sus tareas y cumplir con sus responsabilidades que el propio pueblo les ha encomendado. Por otro lado, nos debería llevar a una reflexión profunda acerca del valor de nuestra vida, así como de cuán valiosos somos como personas humanas y, en yuxtaposición, lo que decíamos el domingo pasado: de la muerte, como una contundente e ineludible realidad, pues todos tenemos que morir y moriremos algún día, no sabemos cuál, y por lo tanto –si creemos que hay otra vida la cual podemos vivir eternamente en el Paraíso gozando de la presencia y compañía de Dios o bien sumergirnos en un sufrimiento eterno e inacabable, justamente por la irremediable ausencia de Dios- habremos de estar preparados. Y estar preparados consiste, entre otras cosas, en saber ponderar nuestra valía como seres creados a imagen y semejanza del Dios todopoderoso, amoroso y eterno, y, por lo tanto como “espíritus encarnados’, redimidos por la sangre de Cristo, que nos destinó, en su plan de amor al crearnos, precisamente a esa vida eterna. Para ello fuimos constituidos “templos vivos del Espíritu Santo” y Él mora en todos los bautizados que lo aceptan en su vida. Ante esta reflexión y la realidad de nuestro efímero paso por este mundo, dedicar nuestra existencia a cuidar, honrar y venerar ese templo y amar el don de la vida, y no sólo la de los nuestros, sino también las de los demás, mientras la muerte no lo destruya, y cuando eso suceda, como sucedió con Jesús, resucitaremos con Él a esa vida maravillosa de eterna felicidad. Francisco Javier Cruz Luna Temas Fe. Lee También Evangelio de hoy: El justo vivirá por su fe Evangelio de hoy: El inmenso abismo Evangelio de hoy: La lógica del mundo y la lógica del Reino Evangelio de hoy: Alegría, signo de perseverancia y misericordia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones