Personalidad contrastante

GUADALAJARA, JALISCO (12/ENE/2013).- El Seat Toledo bien puede catalogarse como un coche nómada. Ha ido y venido en apenas cuatro generaciones, de un diseño muy claro, limpio y conservador, a uno totalmente llamativo y poco afortunado, para volver a los estándares que se consideran “normales” en sedanes medianos.  En la migración que tuvo de sedán tres volúmenes tradicional, a una especie de hatchback con un atisbo de “cola” de cajuela, aunque con mucho espacio de carga, la respuesta del mercado fue mala. La última generación del auto español ha vuelto a migrar, esta vez a una mezcla de su primer diseño con los beneficios de la quinta puerta que se abre totalmente desde el pilar C, y provee de un fabuloso espacio para ingresar al maletero.

Como ha sido costumbre en las generaciones de la 2 a la 4, el diseño del auto da mucho de qué hablar. En esta ocasión, adopta formas un poco más conservadoras, sin dejar de lado su orientación tipo hatchback. Es agradable a la vista en primera instancia, especialmente de frente o sesgado. El panorama lateral comienza a complicar un poco la digestión, pero nada tan grave como lo visto en la tercera generación, que hasta en dos colores venía pintado.

La funcionalidad del diseño es, en cambio, efectiva y totalmente positiva. La apertura de la cajuela desde lo alto del techo a la altura del pilar C (donde termina la puerta trasera), permite acceso libre a carga voluminosa.

Como ya pasamos del exterior del Toledo al interior, vamos a encontrar varias sorpresas. Algunas agradables, pero también otras no tanto. Las buenas noticias están en los sistemas de información, confort y entretenimiento del vehículo.

Tiene Blueetooth para vincular un teléfono celular, con su debido reproductor de audio para la música almacenada en el móvil. Dispone también de una pequeña pantalla entre los relojes del velocímetro y el tacómetro, con información de viaje y los pasos para “emparentar” el celular con el auto. En el volante lleva los controles del audio de un lado, y del otro los que manejan la computadora de viaje y el sistema Bluetooth.

Materiales y manejo

Ahora pasemos a los varios detalles interiores que podrían ser ampliamente mejorados. Lo primero y más notorio es la calidad de los materiales. La tela que cubre sus asientos tiene un largo camino que recorrer antes de considerarse algo más que apenas aceptable. Una dama con falda corta, que permita el contacto del asiento con su piel, sufre los estragos rápidamente. Aún en clima templado, provoca sudor e irritación en piel sensible.

Los plásticos que utiliza la marca para cubrir puertas y fabricar el tablero, son de la misma calidad apenas regular de la tela de los asientos. Son ásperos al tacto, delgados y se ven frágiles. Mención especial para la manija que abre las puertas desde dentro, que es una pequeña tira plateada, que debería ser de algún tipo de metal ligero, pero es plástico.

La parte buena de un motor pequeño tan eficiente en su aceleración y velocidad, es la diversión que puede entregar, más la agilidad en el tráfico para escapar de situaciones complicadas con un pequeño acelerón. La mala, es que este turbo es tan eficiente, que se convierte en demasiado brusco. La mínima presión sobre el pedal derecho hace que el Toledo brinque; normalmente la reacción es retirar el pie del acelerador y el coche se “sienta” por la falta de empuje. Al cabo de pocos minutos, esta danza sobre ruedas se vuelve un poco molesta.

Superado este obstáculo de acelerar y detenerse por el susto, una vez que se toma camino más relajado, la conducción es natural; nada que resaltar, nada que objetar.

La transmisión es manual en esta versión probada, de seis velocidades, que tiene un sistema muy útil, que recomienda el cambio a una marcha superior cuando la computadora lo estima conveniente, en beneficio del consumo de combustible. La señal aparece en el centro del tablero de los relojes, bien ubicada y visible.

En términos de seguridad está bien equipado con frenos ABS, seis bolsas de aire y anclajes Isofix para las sillas infantiles. Carece de sistema de estabilidad electrónico, solamente de serie en la versión con transmisión DSG. Esto ya se convierte en un inconveniente en un vehículo que cuesta 252,900 pesos con pintura tradicional, o hasta 263,300 con pintura personalizada.

El Toledo se ubica en el competidísimo segmento de los sedanes medianos, con modelos como el Civic, Corolla, Sentra, Fluence, Cruze, Focus y una lista larga de etcéteras. La lucha por hacerse del gusto del consumidor es feroz en estos rumbos. Sus ventajas principales son el amplio espacio de carga, el equipo interior y el motor, aunque hay que acostumbrarse a sus arranques para disfrutarlo al máximo.


FICHA TÉCNICA

Seat Toledo Style

Un escalón más arriba se encuentra la versión con caja DSG, acoplada a un motor de 1.4 litros, también turbo.

DATOS TÉCNICOS

Motor: Frontal Transversal

Cilindros: Cuatro cilindros en línea; 1.2 Litros.

Turbocompresor: Sí.

Potencia: 105 cv @ 5,000 rpm

Torque: 129 libras-pie @ 4,100 rpm.

Tracción: Delantera

Transmisión: Automática de seis velocidades (6+R).

SUSPENSIÓN

Delantera: Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.

Trasera: De eje rígido, con brazos longitudinales
y muelles helicoidales.

FRENOS

Delanteros: De discos ventilados, con ABS.

Traseros: De discos sólidos, con ABS.

DIRECCIÓN

De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.

DIMENSIONES en milímetros

Largo: 4,482

Ancho: 1,706

Alto: 1,461

Distancia entre ejes: 2,602

Peso: 1,175 kilogramos.

CAPACIDAD

Tanque: 55 litros.

Cajuela: 550 litros.


EL DATO

Sobre su nuevo motor 1.2 litros

El nuevo Toledo tiene una interesante combinación de pequeño motor turbo, con una respuesta muy briosa, incluso brusca la mayoría de las veces. Se trata del nuevo 1.2 litros con “apenas” 105 caballos de fuerza, pero que se sienten como muchísimos más.


PUNTO DÉBIL

Mejorar la calidad de los materiales interiores, es un área de oportunidad que Seat debe tomar en cuenta.


NOS GUSTA

Amplitud de la cajuela, con una configuración práctica en donde el medallón junto con la tapa del baúl, abren para dar acceso a objetos grandes.