Motor de arranque

Hace un par de semanas, el Presidente Municipal tapatío, Alfonso Petersen, convocó a algunos representantes de medios de comunicación locales, para presentarnos su plan para la ciudad. Habló de la necesidad de hacer que los habitantes locales vuelvan a enamorarse de la ciudad y propuso, entre otras cosas, un modelo de crecimiento vertical, como forma de contrarrestar los largos y cada vez más tardados traslados de la gente de su casa hacia al trabajo y viceversa. Petersen tiene la esperanza de hacer que los traslados en la Zona Metropolitana de Guadalajara, sean de 20 minutos o menos.

No cabe duda que se trata de un plan ambicioso, aún más cuando vemos algunos números que él mismo mostró en esa reunión. Guadalajara tendría hoy un parque vehicular de 1.2 millones de vehículos, un crecimiento de 30 por ciento comparado con 2003. Además, se añaden a esa flotilla, 250 autos diarios, de acuerdo con órganos de registro de automotores.

Esos números, para empezar, deben tener un elevado margen de error, tomando en cuenta la cantidad inmensa de autos que aún entran ilegalmente a México. El año pasado, por ejemplo, se vendieron 1.1 millones de nuevos vehículos, pero se estima que entraron 1.6 millones de autos usados desde la frontera americana, entre legales e ilegales.

Si seguimos con la estrategia de hoy en día, cada nuevo auto que se venda aquí o llegue a la ciudad, se sumará a los existentes, aumentando de manera considerable el parque de vehículos y haciendo que las ya rebasadas arterias queden aún más intransitables. Para evitarlo, hay que deshacernos de muchos autos, principalmente, claro, lo más antiguos, que son más inseguros y contaminantes. El problema es que esta no es una medida nada popular, pero tendrá que ser tomada en algún momento. ¿Suena elitista eliminar autos antiguos? Sí, pero así es como está diseñada nuestra sociedad. Quien tiene un coche viejo, es élite comparado a quien no tiene ninguno. Lo mismo con quien tiene una casa o una TV. Otras ciudades han tomado medidas similares. En Londres, se cobra un impuesto para los que quieren entrar en coche en el centro de la ciudad. ¿Es esto elitista? Sí, pero nadie ha encontrado aún una solución mejor. En Japón, sólo se permite comprar un coche a quienes prueben que tienen un lugar donde estacionarlo. En esos dos países, los impuestos como la tenencia, se van haciendo más caros en la medida en que los autos van envejeciendo. Todo lo contrario de lo que ocurre en México, donde el Gobierno incentiva el uso de autos viejos al no cobrar tenencia a los que tienen más de 10 años.

Bueno, habiendo hablado del aumento de autos en la ciudad, hablemos del “crecimiento vertical” que propone Petersen. Imaginen que en una cuadra, en lugar de que vivan 20 familias, ubicadas en igual número de casas, vivan 120 familias. Esto haciendo cálculos conservadores, de que en lugar de dos casas se construya un edificio de seis pisos, con dos departamentos por piso. Esas 120 familias, en lugar de 40 coches como deben tener hoy en día, tendrían 240 autos. Son 200 autos más por cuadra. Los embotellamientos, en lugar de limitarse a las principales arterias, llegarían a muchas de las colonias que aún son tranquilas. Luego está el problema de los estacionamientos. Hoy en día, parece no haber obligación de construir estacionamientos para los nuevos negocios que se abren. De hecho, lo que hemos visto es una disminución del espacio antes dedicado a este fin, como ocurrió, por ejemplo, en la Gran Plaza o en Plaza Arboledas, para citar sólo dos ejemplos.

El crecimiento vertical también aumenta en mucho los problemas de red de aguas negras, estructura de electricidad, agua potable, gas y teléfono. Mi origen brasileño me ha hecho vivir en ciudades basadas en el crecimiento vertical y puedo decirles que si es realmente calidad de vida lo que se está buscando para Guadalajara, debería buscarse otra alternativa, no un plan que obligue a muchos a vivir en departamentos.

Por último, pero no menos importante, está la idea del Presidente Municipal de usar el transporte no motorizado, en otras palabras, la bicicleta. El incentivo de su uso es loable e importante, aunque a mi juicio, no en las “vías recreativas”. Hacer ciclo vías seguras para la gente es bueno, pero no sustituye el coche o el transporte público y Petersen, con la inteligencia que demuestra al hablar, seguramente lo sabe.

Lo que necesitamos son más y mejores arterias, más y mejor ordenado transporte público y menos coches. Los dos primeros se consiguen con planeación y mucho dinero, algo que tal vez sea más fácil de conseguir que la voluntad política necesaria para hacer lo último.