Viernes, 17 de Octubre 2025
Suplementos | Es en el interior donde se decide la vida y el destino de los hombres

'Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre'

La transformación interior del hombre es una recordación para que todo cristiano se esfuerce en tener una conciencia ilustrada, recta

Por: EL INFORMADOR

Nada puede temer una persona que se empeña en practicar la Palabra, pues en ella se encuentra la sabiduría para la realización.  /

Nada puede temer una persona que se empeña en practicar la Palabra, pues en ella se encuentra la sabiduría para la realización. /

LA PALABRA DE DIOS

PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del Deuteronomio (4,1-2.6-8):

“Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar”.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la Carta del Apóstol Santiago (1,17-18.21b-22.27):

“Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni periodos de sombra”.

EVANGELIO

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (7,1-8.14-15.21-23):

“Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre”.

GUADALAJARA, JALISCO (30/AGO/2015).- Hay corazones llenos y hay corazones vacíos por el rumbo que siguen muchos —singularmente los jóvenes—: en este tiempo de prisas, de consumismo, de materialismo, ha llegado un tremendo vacío a muchos corazones.

La televisión, el cine, los espectáculos, el internet, entretienen, traen breves chispazos de gozo y luego queda el corazón vacío.

Para ellos es usual volver a buscar y nunca encontrar satisfacción plena.

Es la inquietud constante, es la voluntad de llenarse y nada los llena.

Además del vacío de los corazones, del desinterés por los valores espirituales y morales y ante el apremio de respetar normas y preceptos, ha surgido en muchos un permisionismo personal acomodado a sus propios gustos. Sin la autoridad para ser legisladores, se hacen sus propias leyes y se sienten autorizados para dictar —así, dictadores— dónde está el bien y donde el mal.

Es la ausencia de una conciencia recta.

El hombre se forma un juicio personal interno de lo que es el bien y lo que es el mal; de lo que debe hacer y lo que ha de evitar; por su condición de ser inteligente, posee uso de razón y capacidad de decidir, puesto que es libre.

Así definen la conciencia: es el juicio o dictamen de la razón práctica, acerca de la licitud o ilicitud que ha de aplicar de la acción ahora y aquí.

De allí la importancia de tener una conciencia recta e ilustrada; iluminada por el Evangelio que es luz y guía.

La transformación interior del hombre, mensaje central del Evangelio de San Marcos de este domingo, es una recordación para que todo cristiano se preocupe, se esfuerce en tener una conciencia ilustrada, recta.

La honestidad viene del corazón, y del corazón nacen también todas las maldades.

Jose Rosario Ramírez M.

Con pureza de corazón, ir más allá

La invitación del Padre para este día trata de convencer de que la ley es buena y hay que cumplirla en toda circunstancia. De esta manera, se puede estar seguro de que el Padre conduce a quien lo obedece por el camino de la felicidad y de la realización. Nada puede temer una persona que se empeña en practicar fielmente la palabra pues en ella se encuentra la sabiduría para la realización.

La instrucción de poner en “práctica” el mensaje es, para Santiago, un imperativo divino. No basta con haber oído la Palabra sino que una vez que se ha escuchado, hay que meditarla, abrazarla y llevarla a los hechos, asumiendo sus consecuencias. La auténtica fe debe ir acompañada de las obras. Así como un hombre que se mira superficialmente al espejo no se acuerda después de las manchas que tenía en el rostro, para hacerlas desaparecer, también el hombre que se contenta al oír la Palabra sin ponerla en práctica olvida fácilmente los propósitos de enmienda. No hay otro camino para ser verdaderamente feliz que el vivir conforme al Evangelio, pues quien así lo hace estará en paz con Dios, con el prójimo y consigo mismo.

El Evangelio presenta una crítica severa a las interpretaciones sobre la pureza e impureza. Jesús le da sentido pleno a la ley y su actitud es coherente a este respecto. Descubre la fuente de lo bueno y lo malo que hay en la persona: su interior, su corazón. Hay que preocuparse de purificarlo; antes que limpiar sólo el exterior, es en el interior donde se decide la vida y el destino de los hombres; allí se gestan las decisiones para el bien o para el mal. Nunca será suficiente todo lo que sea a favor de educar la vida interior, pues el corazón es caprichoso y está siempre expuesto a la maldad. En realidad, el único remedio ante la corrupción y la inmortalidad social es la purificación del hombre desde su interior. Lo superficial o exterior sirve de poco o de nada. Dios, la Iglesia y el hombre de buena voluntad tienen, en este sentido, un papel invaluable en la sociedad. “Las fuerzas humanas tienen un límite, por amor podemos ir más allá”.

Urge formarnos en la fe

En todos los ámbitos de nuestra sociedad, el fenómeno de la “moda” ha incidido e incide substancialmente, llegando a marcar pautas de estilos de vida, y hasta de culturas completas.

El fenómeno de la moda no se limita al ámbito de lo material; desafortunadamente se da, y de forma extensa, en los ámbitos intelectual y espiritual.

En lo que al espíritu y los valores religiosos se refiere, también se da el fenómeno de la moda en las creencias. Lo hemos observado con la invasión de corrientes pseudo religiosas, que con el engaño de la novedad han desorientado y hecho “presas” a tantas personas carentes de un criterio bien formado;  religiones, sectas, iglesias, etc., llámense estas, orientalistas, fundamentalistas, esotéricas, nueva era, gnósticas, etc.

Pero lo más grave es lo que sucede al interior de la misma Iglesia que fundó Jesucristo, la Iglesia Católica, en la cual también incide y afecta el fenómeno de la moda; ello, debido a diversas causas, entre las que destacan la falta de preparación y formación de muchos de sus miembros, lo que suscita un gran desconocimiento de la misma y su doctrina, así como los ataques bien orquestados de diversas organizaciones enemigas que la utilizan como armas para desorientar y dispersar a sus integrantes.

Así, frecuentemente, son tomadas verdades inobjetables, tanto en función a la propia naturaleza humana, como a la revelación divina, y una vez distorsionadas, se infiltran, a través de todos los medios posibles, en el pensamiento de católicos en esas circunstancias, provocando serios y profundos conflictos en su fe y en sus conductas.

Es triste constatar que, verdades como el derecho inalienable a la vida desde la concepción —no importa el cómo ésta se haya provocado— se tergiverse, ya que pretenden reparar un mal con otro peor, y se conviertan en una forma de pensamiento que muchos asumen por moda; ¡sí, porque está de moda!

De esa manera, encontramos que muchos católicos, sin saber por qué, rechazan el pensamiento y la doctrina de la Iglesia, que son el pensamiento y la doctrina de Jesús, y defienden el asesinato de inocentes.

Qué bien encajan a este respecto las palabras de Jesús que el Evangelio de hoy nos hace presentes: ¡“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos!  Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres(...)”. (Mc 7, 6-8).

Francisco Javier Cruz Luna

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