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Suplementos | El Evangelio de este domingo tiene un tema dominante: la conversión y la fe

La Palabra del Domingo: “Conviértanse y crean en el Evangelio”

Jesús, en los comienzos de su predicación, dijo con urgencia: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios está cerca

Por: EL INFORMADOR

Enero 25 de 2009
3er. Domingo Ordinario ciclo B)


     El Evangelio de este domingo tiene un tema dominante: la conversión y la fe. Jesús, en los comienzos de su predicación, dijo con urgencia: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio”. Fue tan poderoso el impacto de estas palabras en el corazón de los primeros cuatro discípulos, que cuando Jesús les dijo: “Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres”, lo dejaron todo y lo siguieron.
     “Conviértanse”. Jesús nos pide que cambiemos nuestra vida, para orientarla plenamente a Dios. Convertirse a Dios es algo muy serio y nada fácil. Significa cambiar de rumbo y conducta práctica, cumpliendo los Mandamientos y haciendo vida los compromisos que el Reino de Dios exige en nuestra vida moral, personal, familiar y comunitaria.
     Es necesario penetrar a los más profundo de nuestro ser, a las ideas, al corazón, al santuario de la conciencia, y allí dejarnos tocar y cambiar por Dios. Esta conversión nos pide una lucha constante contra nuestro egoísmo, es convertirnos cada día hasta poder decir como San Pablo: “Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo el que vive en mí”.
     Una conversión sincera nos compromete muy fuertemente con Cristo y su obra redentora. Por el Bautismo, instituido por Cristo, fuimos incorporados a Cristo y a su Iglesia; recibimos el don de la fe, participamos de la misión profética y sacerdotal de Cristo, marcados con el sello imborrable del Bautismo que se nos administró en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
     Como fruto espontáneo de nuestra conversión, surge la responsabilidad de conocer, vivir y propagar en nuestro mundo la verdad del Evangelio.     “Conviértanse y crean en el Evangelio”, “Síganme y yo haré de ustedes pescadores de hombres”. Misión que por naturaleza debemos comenzar en nuestra familia, que es la Iglesia doméstica donde se forma la persona, donde se cultivan las virtudes de la fe y el amor, donde se vive y se propaga el Evangelio.
     “El Reino de Dios está cerca”. El mundo no puede permanecer como está, ni como lo están forjando los que no reconocen a Dios o no les importa su reinado. Sin embargo, la ausencia de Dios en nuestra tierra no debe desanimarnos, sino hacer más ardiente nuestra esperanza, más profunda nuestra fe y más intensa nuestra tarea.
     Tenemos que cooperar con cuanto somos y tenemos, al perfeccionamiento del mundo, compartiendo con nuestros prójimos los bienes materiales y espirituales que Dios haya puesto en nuestras manos. No vamos a cambiar el mundo de una sola plumada. Pensemos que los resultados los pone Dios; lo que quiere es nuestra confianza, nuestro esfuerzo.
     Amiga, amigo: Jesús nos llama con urgencia; quiere que nos convirtamos en discípulos y misioneros cuyos, para colaborar con valor, con alegría, en su obra de salvar al mundo.

 

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