Martes, 22 de Abril 2025
Suplementos | Estamos todavía en una época del año en que las lluvias y los vientos son lo normal de estas fechas

LAS COSAS QUE NOS RODEAN: Vientos y lluvias

Poco a poco va prendiendo el “Año dedicado a san Pablo”, que, por voluntad del Papa Benedicto XVI, se le dedica para conmemorar el doble milenio de su nacimiento

Por: EL INFORMADOR

    Poco a poco va prendiendo el “Año dedicado a san Pablo”, que, por voluntad del Papa Benedicto XVI, se le dedica para conmemorar el doble milenio de su nacimiento…
    Al mismo tiempo estamos todavía en una época del año en que las lluvias y los vientos son lo normal de estas fechas.
    A través de esto podemos considerar cómo para san Pablo no faltaron sufrimientos y tribulaciones, pero él superó toda adversidad, y aunque soplara el viento por cualquier lado, aunque lloviera fuerte, él siempre se mantuvo firme en la fe y el amor que le inspiró Cristo Jesús en el día memorable de su encuentro cuando cabalgaba hacia Damasco.
    Para san Pablo, sin duda más que un dulce encuentro fue un encontronazo, porque era lo único que haría recapacitar a este hombre tan recio y de voluntad tan grande, que con el nombre de Saulo de Tarso causaba terror persiguiendo a los cristianos. De pronto quedó ciego, para luego abrir los ojos a una nueva luz… A partir de entonces y con el nombre de Pablo, su vida se trasformó radicalmente y ni vientos ni tormentas lo hicieron cambiar de opinión en aquella decisión que tomó, de seguir y amar a Cristo Jesús con todo su corazón.
    Su decisión fue sin duda de tal dimensión y hondura, que la podemos medir por el hecho de que su nombre perdura todavía hasta el presente, y ni vientos ni tormentas han podido borrar su nombre de la historia, ni han logrado cubrir con olvido aquella vida de dedicación y de entrega total a hacer conocer a todos la palabra y el amor de Cristo que dio su vida por salvarnos.

ORACION

El viento dice:
Yo quisiera llevar en mi eco
la canción del amor
que el Señor otorga
a todos y a cada uno de sus hijos.

La lluvia dice:
Yo quisiera llevar a todos
la frescura de gracia
que inunda la vida de aquellos
que deciden transitar por el camino
de Dios que lleva a buena meta.

Lluvia y viento dicen:
En ningún momento
queremos ser obstáculos
para que se realice el plan divino,
que da alegría y hace perdurar
el recuerdo de aquellos que optaron
por vivir el amor.

    Por eso mientras vamos caminando, tenemos oportunidad de orientar nuestros pasos, de hacer el bien y sobre todo de vivir el amor en el servicio a los demás, llevando ese mensaje que desde hace dos mil años inunda nuestro mundo y que san Pablo predicó con su palabra y su vida.                                    

María Belén Sánchez fsp













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