Domingo, 27 de Abril 2025
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LAS COSAS QUE NOS RODEAN: Cuatro lecciones de amor

Hoy quiero que me permitas hablarte de “Cuatro Lecciones de Amor”.

Por: EL INFORMADOR

    Hoy que se celebra la fiesta de san Pedro y san Pablo, los apóstoles que dieron el primer impulso al cristianismo, habría muchas cosas de qué hablar y qué poner como referencia para meditar en “las cosas que nos rodean”.
    No obstante, hoy quiero que me permitas hablarte de “Cuatro Lecciones de Amor”.
    No, no voy a dártelas en este breve espacio… se trata del título de un folleto que escribí, comentando el capítulo 13 de la Primera carta de san Pablo a los Corintios.
    Esta gente –la que vivía en Corinto– era de por sí muy inquieta y hasta cierto punto curiosa, por el hecho mismo de que su pueblo estaba situado a la orilla del mar, donde llegaban cantidad de barcos y personas de las más diversas culturas y nacionalidades.
    Por eso a san Pablo, que había estado allí con ellos un buen tiempo, le preguntaban infinidad de cosas, y el apóstol les respondía largo y tendido en las cartas que les enviaba.
    Sin duda ese capítulo 13 nace como respuesta a algunas de las preguntas que le habrán hecho acerca del amor, ya que san Pablo siempre hablaba de amor, porque siempre hablaba de Cristo Jesús, que murió para salvar a la humanidad, por amor, y del mandamiento supremo y único que Él mismo Jesús dejó para todo cristiano.
    Pero al expresarlo en esa forma tan bella y elocuente no podemos sino quedar admirados por su sabiduría:

    “Yo les voy a mostrar un camino más excelente.  
    Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.
    Aunque tenga el don de profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia; aunque tenga plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy.
    Aunque reparta todos mis bienes y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, nada me aprovecha.

El amor es paciente, es amable;
el amor no es envidioso, no es jactancioso,
no se engríe; es decoroso; no busca su interés;
no se irrita; no toma en cuenta el mal;
no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.

El amor todo lo excusa y todo lo cree.
Todo lo espera, todo lo soporta…  no acaba nunca.
Desaparecerán las profecías, cesarán las lenguas.
Desaparecerá la ciencia,
porque parcial es nuestra ciencia
y parcial nuestra profecía.  
Cuando se dé lo perfecto, acabará lo imperfecto.

Cuando yo era niño, hablaba como niño,
pensaba como niño, razonaba como niño.
Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.
Ahora vemos en un espejo, en enigma.
Entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco de un modo parcial,
pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es el amor.

    En fin, lo único que me resta es invitarte a que leas mi pequeño libro:“Cuatro lecciones de Amor”, en el cual de desmadejan un poco los conceptos acerca del amor vertidos por San Pablo.

María Belén Sánchez fsp

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