Suplementos | Comunmente era el Señor quien se acercaba a los necesitados para ayudarles Fe grande, fe chica El evangelio de Mateo nos relata el día de hoy una historia un tanto diferente de los eventos del ministerio de Jesús Por: EL INFORMADOR 15 de agosto de 2008 - 13:48 hs El evangelio de Mateo nos relata el día de hoy una historia un tanto diferente de los eventos del ministerio de Jesús. Comunmente era el Señor quien se acercaba a los necesitados para ayudarles, o respondía pronto cuando alguno lo buscaba tratando de que les resolviera sus problemas; no podemos encontrar en los evangelios relato alguno que muestre a Jesús abandonando a la gente en medio de sus necesidades. De hecho hubo ocasiones en donde el Maestro y sus discípulos ni siquiera podían comer o descansar, por la cantidad de personas que atendían. Sin embargo, en el relato del capítulo 15 de San Mateo encontramos tres cosas diferentes: la primera es que Jesús decidió visitar la región de Tiro y Sidón, lo cual llama mucho la atención porque Jesús concentró inicialmente su ministerio entre los judíos, pero de una manera repentina decidió visitar esta tierra de extranjeros; la segunda es que al pasar por uno de esos lugares, una mujer de origen extranjero comenzó a pedirle ayuda para su hija que estaba endemoniada, pero Jesús la ignoró. La tercera es que fueron los discípulos quienes le pidieron a Jesús que atendiera a la mujer, cuando generalmente ellos mismos se encargaban de despedir a quienes eran molestos para el Maestro; incluso Jesús se negó a atenderla en ese momento, recordándoles que Él había sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel. Como la mujer insistiera tanto, llegando incluso a postrarse ante los pies de Jesús, fue entonces que el Maestro usó la alegoría de que no estaba bien echar el pan de los hijos a los perros. Esta fue la gota que derramó el vaso: no sólo no estaba atendiendo a la necesidad de la mujer, sino que había usado una expresión que podría ofenderla. ¿Por qué Jesús actuó así, si en todas las demás ocasiones respondió con amor y prontitud? La clave está en una expresión que Jesús usó al final de su conversación con esta madre atribulada: “Mujer, qué grande es tu fe”. Aunque esta mujer podría tener motivos para desanimarse ante la aparente negativa de ser ayudada por Jesús, ella decidió perseverar en su búsqueda del Señor hasta que recibió lo que pedía. Una fe chica se desanima pronto cuando no recibe lo que espera, mientras que una fe grande confía y sigue confiando a pesar de que pasa el tiempo y no recibe lo que espera. Jesús con mucha frecuencia mencionaba la importancia de la fe, y la ligaba a la obtención de resultados; en ocasiones reprendió a sus seguidores por ser “hombres de poca fe”, mientras que en otros momentos reconoció a gente que tenía “una gran fe”. De manera que podemos ser personas de fe chica, o de fe grande, y el tamaño de nuestra fe va a determinar nuestra actitud ante los problemas, y los resultados que obtengamos. En el caso de la mujer cananea del capítulo 15 de Mateo, la aparente indiferencia de Jesús ante su necesidad, era en realidad una oportunidad para que ella creciera en su fe, y demostrara que estaba dispuesta a seguir insistiendo ante Jesús, a pesar de que no obtenía una respuesta favorable. No es que Él no le quisiera ayudar al principio, y luego ella lo convenció, sino que Él le estaba dando la oportunidad de que ella perseverara en su petición, no sólo porque recibiría la respuesta a su tiempo, sino porque además así haría crecer su fe. Angel Flores Rivero "mailto:iglefamiliar@hotmail.com" Temas Religión Fe. Lee También Papa Francisco acude a la Basílica de San Pedro antes de que inicie Vigilia Pascual Fortalece tu espiritualidad con estas prácticas Refuerza C5 Escudo Jalisco vigilancia en 14 municipios por festividades religiosas Esto SUCEDE hoy Sábado de Gloria entre los católicos Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones