Martes, 14 de Octubre 2025
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Exorcismo en el siglo 21

El poder de expulsar demonios que Jesucristo confirió a todos los creyentes conserva toda validez

Por: EL INFORMADOR

     Para hablar de exorcismo es necesario aclarar, primero, lo que es la posesión demoníaca. Ésta se entiende como “el control interno por el demonio de las acciones del cuerpo de un ser humano”. Sin embargo, aún si una persona es poseída por el mismísimo Diablo, la libertad de su alma permanece. Una característica que tiene la posesión, es que puede ser continua o intermitente y que la víctima no siempre es culpable de la posesión. Así que para comenzar, todos --los católicos-- aceptamos la existencia de Satanás, pues su negación le da fortaleza, y en consecuencia, aceptamos que la posesión diabólica es un fenómeno real. Una vez aceptado esto, definimos el exorcismo como “una antigua y particular forma de oración que hace un ministro ordenado de la Iglesia, en nombre de Jesucristo y por el poder que Jesucristo ha otorgado a su Iglesia para liberar del poder de Satanás”. Por lo tanto no es oración personal sino de la Iglesia.

     Por otro lado, el Catecismo de la Iglesia Católica (1673) nos enseña que “Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (Mc 1, 25 ss), de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar”. Y es importante hacer notar que, según el Padre Amorth, exorcista de Roma, el poder de expulsar demonios que Jesucristo confirió a todos los creyentes conserva toda validez. Es un poder general basado en la fe y en la oración, y puede ser ejercido por individuos o comunidades sin ninguna autorización de la autoridad eclesiástica. Sin embargo, en este caso se trata de plegarias de liberación y no se deben llamar exorcismos. Solamente el sacerdote autorizado, además del obispo exorcizante, corresponde el nombre de exorcista. Incluso en algunas diócesis hay laicos que han sido preparados para el ministerio de liberación (no exorcismo) bajo la dirección de un sacerdote. La liberación es oración para liberar de la opresión del demonio, pero sin utilizar el rito de exorcismo. La liberación es oración para liberar de la opresión del demonio pero sin utilizar el rito de exorcismo. Nadie puede ni debe ejercer este ministerio sin autorización de la Iglesia.

     Actualmente muchas personas viven una fe supersticiosa y tienden a no hacerse responsables de sus actos; no saben afrontar el sufrimiento y atribuyen todo trastorno físico o espiritual a la acción de un demonio, pues la mentalidad popular ha exagerado los poderes de Satanás, que son los de un ángel común. Frecuentemente el remedio es una verdadera y sincera confesión. Para defenderse del mal en la vida diaria basta con ser coherentes con el Evangelio, no tener miedo de testimoniar la propia fe y cuidar la propia relación con Dios. A veces es Dios mismo quien permite que algunos sean mortificados u obsesionados como ha sido el caso de algunos santos. Pero en ellos nos hallamos ante planes divinos para nosotros impenetrables.

     Pero ¿qué sabe la ciencia sobre este fenómeno? Desde un punto de vista médico, la posesión por espíritus o la posesión demoníaca está considerada un trastorno de identidad disociativo (caracterizado por la existencia de una o más identidades o personalidades de un individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente), y ha sido descrita como la creencia del paciente de estar poseído por una divinidad o demonio, y de obrar bajo su control. En el pasado, diversos estudios médicos han analizado la posesión. El primero fue realizado en 1791 por Eberhar Gmelin, y consistió en el análisis de una paciente que hablaba alemán y francés, sin que existiera manera alguna de que hubiese aprendido el francés. En 1890, el psicólogo y neurólogo Pierre Janet publicó sus descubrimientos sobre un individuo supuestamente poseído por el demonio, que fue curado mediante hipnosis. En 1895, Joseph Breuer, en colaboración con Sigmund Freud, publicó Estudios Sobre la Histeria, basándose en el caso de Anna O, una joven con personalidad múltiple que hablaba lenguas extranjeras. Desde estos análisis científicos, muchos otros se han ido realizando a lo largo de la historia y todos los resultados parecen coincidir en que la posesión es una simulación para evadir responsabilidades, que es el resultado de experiencias traumáticas, o que se trata realmente del trastorno de identidad disociativo. Continuaremos el tema la próxima semana. Que Dios nos bendiga y nos guarde.

Antonio Lara Barragán Gómez OFS
Escuela de Ingeniería Industrial
Universidad Panamericana
Campus Guadalajara
alara@up.edu.mx       

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