En mi maleta

GUADALAJARA, JALISCO (29/AGO/2010).- La oferta cultural que ofrece México y especialmente Guadalajara es permanente y podría ser una excelente opción para aquellos que no pudieron salir durante el verano.

Para quienes disfrutaron de la playa o montaña en este lapso de asueto, asistir a las actividades culturales, que en las propias ciudades son permanentes, es una posibilidad de invertir en tempo en una recreación más formativa.

En el ámbito nacional, el Templo Mayor ofrece un ciclo de conferencias permanentes en torno a la arqueología, ayer se expuso el tema: “Tlaltecutli, la deidad de la tierra”, impartido por el Dr. Leonardo López Luján en el Auditorio Eduardo Matos Moctezuma del Museo del Templo Mayor, donde la entrada es libre pero el cupo limitado.
Dicho museo ofrece además proyección de películas las tardes de los jueves, así como talleres y teatro, en este rubro la oferta es interesante: los domingos de agosto se presenta la obra Los hijos del Sol, un monólogo de Gabriel Garduño a las 11:00 horas.

Hom-Pax, los sonidos del Jaguar, a las 13:00 horas y a las 15:30 horas se ofrece la Narración oral Alas y Raíces, también en el Auditorio Eduardo Matos Moctezuma que tiene una capacidad de 139 espectadores.

En Guadalajara el Museo Regional es el destino obligado para quienes se interesan por la paleontología, antropología e historia de Jalisco aunque la promoción es escasa, el portal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informa que reciento abre sus puertas de martes a sábado de 9:00 a 17:30 horas y domingos de 9:00 a 16:30 horas con entrada gratuita este día, el resto de la semana cuesta 41 pesos pero los menores de trece años, estudiantes, maestros y personas de la tercera edad con credencial no pagan.

El museo tapatío ofrece visitas guiadas haciendo una cita, para estudiantes hay talleres educativos y algunas proyecciones de video aunque no existe, como en el Templo Mayor, una programación permanente.

Es una pena que la oferta cultural tapatía y en términos generales en todo el país, tenga tan poca demanda en comparación con los espectáculos comerciales, como pero la oferta tampoco es tan abierta y accesible como sucede con los grupos musicales de moda y hasta el teatro comercial que llena los espacios publicitarios en radio televisión e impresos.

En otras palabras, deben "picar piedra" quienes buscan salirse de la oferta comercial de entretenimiento.

A propósito del Bicentenario y la enorme cantidad de publicidad montada para este año, ojalá que nos quede algo de inquietud por conocer nuestra propia historia, nuestras raíces y obliguen a los ofertantes a ampliar los espacios culturales.

Que los museos, galerías y teatros no luzcan desolados, mientras que los conciertos de artistas comerciales-populares, siguen llevándose la mayor tajada del pastel que representa el entretenimiento de las masas.
 
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