En mi maleta

GUADALAJARA, JALISCO (04/JUL/2010).- Para penas ajenas no ganamos. Hace pocas semanas comentábamos en este espacio los desmanes que habían hecho algunos compatriotas en justas deportivas mundiales como aquel que se orinó en el monumento al Soldado Desconocido del Arco del Triunfo de París, o aquel otro que jaló la palanca del freno de emergencia en el Tren Bala de Japón en la justa mundialista del 2002 y ahora dos mexicanos volvieron dar la nota pero por partida doble.

En plena celebración del Mundial de Sudáfrica, a un mexicano, seguramente subido en tequilas se le ocurrió subirse a una de las estatuas de la leyenda viva del Apartheid sudafricano, Nelson Mandela para colocarle un sombrero charro, lo cual molestó, por supuesto, a más de algún anfitrión.

La policía local no dejó pasar el incidente y el mexicano terminó en una cárcel sudafricana, muy parecida por cierto a cualquiera de este país.

A esto hay que sumarle que el ex director del Fondo Nacional del Fomento al Turismo, FONATUR, organismo perteneciente a la Secretaría de Turismo, Miguel Gómez Mont, precisamente quien es encargado de dar a conocer la buena cara y los atractivos de nuestro país vía nuestros impuestos, hizo el escándalo de su vida en el palco de la Federación Mexicana de Futbol en pleno juego ante Argentina.

Las versiones de testigos y videos que circulan en la red, señalan que el ex funcionario reclamó a familiares de los jugadores de la Selección Mexicana la derrota ante los pamperos, lo que por supuesto y sin decir agua va, le costó el puesto horas después de su “magnífico show”.
Desde diciembre del año 2006, el también hermano del actual Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, estuvo al frente de la promoción y de la “buena imagen del país”, sobre todo ante los extranjeros.

En la semana que termina las altas esferas de la política mexicana decidieron que ya no más, pasándose por alto incluso la disculpa pública que ante medios de comunicación, el ex burócrata hizo el miércoles por la noche.

Se puede comprender que, en la “calentura” de un partido de futbol donde se dio la eliminación de México en el evento internacional, la gente pierda la cordura y empiece a gritar y a echar bronca, lo que nunca se debe pasar por alto es que cuando se lleva la representación de un gobierno, de 108 millones de connacionales y, peor aún, cuando se trabaja en la promoción del país, se pongan otra vez en el escrutinio público y den como lo hicieron, lástima y vergüenza ante propios y extraños.

Otra raya al tigre. Por supuesto que no ganamos ningún campeonato de futbol ni de ningún deporte, pero eso sí, nos distinguimos en cualquier parte del mundo como los más pachangueros, bailadores, ingeniosos y broncudos, faltaba más, que al cabo estamos celebrando nuestros 200 años de Independencia y 100 de Revolución. Que todo el mundo nos recuerde con cariño y como dice un buen amigo: ¡10 en conducta señores!

Por cierto, ¿alguien se acuerda del desempeño del ex director de FONATUR?, dependencia que en 2007 manejó un presupuesto total de poco más de dos mil 500 millones de pesos.