Suplementos | El seguimiento de Cristo debe ser un acto puro, no mezclado con otros intereses Cristo vive y llama El seguimiento de Cristo debe ser un acto puro, no mezclado con otros intereses Por: EL INFORMADOR 29 de junio de 2013 - 23:01 hs / • Una oración Señor Jesús, ten piedad de nosotros y de nuestros hijos, si no sabemos educarlos por el camino del bien, si dejamos que las ideologías los arrastren por caminos tortuosos de vicio o de violencia, ven tú a darles luz y claridad en su corazón y por intercesión de san Atilano, concédenos una juventud limpia y pura, dedicada a trabajar por la salvación de nuestra patria. Amén María Belén Sánchez, fsp • Cristo vive y llama La predicación de Jesús el hijo de Dios, en su vida pública, fue para exponer ante los hombres de entonces, ahora y después, la más bella y la más profunda doctrina que los hombres han escuchado: la buena nueva, la única verdad y el verdadero amor. Al mismo tiempo que el Señor iba sembrando su palabra, iba también invitando a quienes se fueran comprometiendo, para hacer con ellos el templo de la nueva ley, de la nueva alianza: la Iglesia. Llegó un hombre —tal vez un joven de una aldea— se le acercó a Jesús y le dijo: “ Te seguiré a donde quiera que vayas”. Esa frase indicaba decisión, valentía, pero Cristo no sólo ve la cara, sino el corazón del hombre. Allí sin duda, descubrió una doble intención y así le contestó: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo sus nidos, pero el hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza:” Con esta respuesta le da a entender que el seguimiento de Cristo debe ser un acto puro, no mezclado con otros intereses. “Déjame primero ir a enterrar a mi padre”. Así fue la respuesta de un afortunado a quien Cristo invitó y llamó a su seguimiento. A ese le faltaron fuerzas. “El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el reino de Dios.” Así le responde Cristo a otro que manifiesta deseos de seguir al Señor, pero le pone condiciones: “Te seguiré Señor, pero déjame primero, despedirme de mi familia”. Tal vez se manifieste en este una afectividad desmedida y retardada. El seguimiento exige una disposición de dejarlo todo y en este caso, dejar a los suyos. Pedro le preguntó un día: “ Y nosotros, los que lo hemos dejado todo por seguirte, ¿qué recompensa vamos a tener?” Y el Señor les contestó: “Todo el que deje casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o campos, por mi nombre, recibirá el céntuplo y heredara la vida eterna”. Esa entrega total muestra la autenticidad del verdadero amor para ir con prontitud, alegría y fidelidad, en seguimiento de Cristo, a seguir a sus semejantes. Cristo vive y llama. Responder a la llamada por la fe, es irse a vivir con él, como lo hicieron los 12. Es hacer con Cristo una amistad, una presencia. José Rosario Ramírez M. • ''La mano en el arado y la mirada atrás'' Hace tiempo escuché la información de que para hacer surcos derechos con el arado, es necesario fijar la vista en un punto del horizonte, y no separarla de ahí a medida que se avanza; también me dijeron que si en algún momento el arador se detenía y desviaba la mirada, en especial para atrás, entonces posiblemente el surco quedaría desviado. Aunque no estoy seguro si esto es verdaderamente cierto, tiene sentido cuando estudiamos el asunto a la luz de las palabras de Jesús: “El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.” Hay dos cosas que sería conveniente recalcar: la primera es que al poner la mano en el arado (que podríamos equiparar a tomar la decisión de trabajar para el reino de Dios), el Señor espera que nos mantengamos firmes, sin fluctuar, y que nuestra mirada debe estar en Jesús en todo tiempo. Esto significa que aunque seguimos trabajando en cosas terrenales, y ocupados por asuntos cotidianos de todo mortal, en realidad, estamos seguros de que hay un lugar más allá de esta vida, al que queremos llegar, y a donde queremos entregar el mayor fruto (o los mayores resultados) posible. El otro asunto a recalcar, es que mirar hacia atrás puede entenderse como claudicar, añorando el estilo de vida que teníamos antes de decidirnos a servir a Dios. Puede relacionarse con comodidades que hemos perdido, o con privilegios que van desapareciendo en pos del bien de los demás. Uno de los ejemplos más trágicos en cuanto a mirar atrás, está descrito como lo que le sucedió a la mujer de Lot: quedó convertida en estatua de sal. Creo que esto no significa que cada persona que tenga dudas de su andar con Dios se vaya a convertir en una estatua de sal, o le venga inmediatamente una desgracia, pero es evidente que el que duda y se aleja experimentará una gran pérdida en su vida. Angel Flores Rivero iglefamiliar@hotmail.com Temas Fe. Lee También Evangelio de hoy: El justo vivirá por su fe Evangelio de hoy: El inmenso abismo Evangelio de hoy: La lógica del mundo y la lógica del Reino Evangelio de hoy: Alegría, signo de perseverancia y misericordia Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones