Viernes, 10 de Octubre 2025
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Cristo llama ahora

El llamado de Dios espera ser respondido, arrepintámonos y sigamos las palabras del Evangelio

Por: EL INFORMADOR

San Francisco de Asís EL INFORMADOR /

San Francisco de Asís EL INFORMADOR /

LA PALABRA DE DIOS

PRIMERA LECTURA:

Isaías 5, 1-7


“Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña”.

SEGUNDA LECTURA:

San Pablo a los Filipenses 4, 6-9

“El Dios de la paz estará con ustedes”.

EVANGELIO:

San Mateo 21, 33-43

“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”.

GUADALAJARA, JALISCO (05/OCT/2014).- Cristo les dijo esta parábola: “Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores”. Los viñadores fueron los primeros beneficiados en la historia de la salvación; los israelitas fueron siempre beneficiados con portentos y maravillosos regalos. Ese largo caminar de la esclavitud de Egipto “la tierra que mana leche y miel”, es  una ininterrumpida cadena de bondades de su Dios, aunque el pueblo le respondía con ingratitudes, con rebeldías y hasta con la idolatría. En cuanto a los criados enviados por el dueño de la viña para recoger beneficios, “golpearon a uno, mataron a otro y a otro más lo apedrearon”.

Lo anterior es el reproche para quienes no escucharon la voz de los profetas y fueron más allá, hasta el extremo del crimen. Las palabras del Señor allá hace 21 siglos, en el templo de Jerusalén, son una admonición, un llamado a los hombres del Siglo XXI. Para éstos es la Nueva Alianza, los creyentes de ahora, con la conciencia de que obran mal, viene claro el mensaje de la parábola.

Hay cristianos que aún regenerados por el bautismo y tal vez con ciertas prácticas religiosas —de las fáciles, de las que no comprometen su pensamiento, sus afectos, sus acciones— son de una mentalidad laicista, racionalista o indiferente ante la palabra de Dios. Hay un menosprecio consciente de los deberes religiosos, y en su interior juzgan que son propios de las mujeres, para los niños y no para los librepensadores. Van al templo por mero cumplimiento oportunista y rutinario, y a las prácticas socioreligiosas. Olvido práctico o amoral de los deberes, del cumplimiento de la ley divina, fabricándose una moral propia a la medida de sus gustos.

Esto es lo que han llamado algunos “vida sin religión” o “religión sin vida”, porque al practicarse casi carente de fe, se cae en la tibieza, así llamada por los maestros de la vida interior, de la vida espiritual.

Este es un fariseísmo de nuevo modelo. Los ingredientes son los mismos ahora que los que portaban los fariseos del siglo primero : codicia, soberbia, lujuria, aunque en determinadas ocasiones se quiera encubrirlas o disimularlas.

Cristo llama ahora, como entonces, a la conversión.

Si de aquellos fariseos logró seguidores generosos, en la actualidad también hace prodigios, pues donde sobra el pecado sobreabunda la gracia.

La parábola es mensaje de salvación; descubre la herida en el pecho de Israel, para curarla; así al cristiano distraído y despistado de ahora le habla al corazón y espera respuesta.

José Rosario Ramírez M.

Diamantes sin descubrir

¿Cuántas veces las cosas que más despreciamos son aquellas que llegamos a querer o valorar más con el paso del tiempo?

La radicalidad de Juan el Bautista y sus palabras tajantes hacían que fuera despreciado al momento de anunciar el mensaje de Dios. Pero él no fue el único incomprendido, el mismo Jesús vivió en carne propia el desprecio de los suyos.

Si valoramos lo bueno que hay en las personas, podríamos obtener el diamante que llevan dentro y no ver sólo “nuestra piedra de tropiezo”, tal es el caso de aquellas personas que deciden desarrollar los dones que por medio de Dios tenemos como es San Francisco de Asís, el cual era ignorado por llevar el evangelio a la vida.

Aquel al que juzgaron loco por despojarse de todo es ahora uno de los santos más reconocidos en la Iglesia, en su aspiración a ser como Jesús; contemplar el Cristo del Evangelio, amarlo intensamente e imitar sus virtudes, ha dejado un legado de sacerdotes, religiosos y laicos que través de su ejemplo han querido vivir la Plabara de Dios.

Incluso el mismo San Francisco previo a su conversión mantenía un gran desprecio por los leprosos, que enseguida llegarían a ser las personas que más amaba y con las cuales vivía y les servía humildemente.

En ocasiones hay personas con las cuales no concordamos en lo absoluto a primera vista, pero con el tiempo y las situaciones llegamos a conocerlas y resulta que tenemos más cosas en común de lo que pensábamos. Sin duda las primeras impresiones son las que quedan en la mente de las personas, pero no siempre esa primera impresión es la correcta.

Por ello la importancia de no juzgar a las personas antes de conocerlas pues nunca sabremos los diamantes que podremos descubrir.


QUE NO NOS QUITEN EL REINO

Es una realidad que, a la mayoría de los que reciben el sacramento de la Confirmación, -como se dice coloquialmente- 'les pasa de noche', porque no entienden la enorme trascendencia de ese paso en la vida de fe, y por ende no siguen alimentando las gracias en él recibidas, ni estrechando y acrecentando su relación personal con Dios.

Es por ello que se hace indispensable tener una experiencia de encuentro personal con Jesucristo, por medio del Espíritu Santo, que venga a renovar, a actualizar, a revitalizar y a reactivar aquellas gracias que se recibieron en los sacramentos de iniciación cristiana, para que, a partir de ahí, empezar a construir nuestra vida bajo la inspiración del Paráclito, y a la luz de la Palabra de Dios, la cual guía nuestros pasos en nuestro caminar por la vida.

La triste realidad es que son muchos los que rechazan, rehúyen o son indiferentes a este encuentro, ya sea por temor al compromiso con Dios y a no poder cumplirlo; por estar muy 'a gusto' con la vida que llevan, aunque ésta no encaje en el plan de Dios y esté envuelta en el pecado; o simplemente por no conocer lo que significa dicho encuentro y todas las consecuencias maravillosas y fecundas en gozo, paz, amor, confianza, mansedumbre, dominio de sí mismo, y muchos más frutos del Espíritu.

Y es que no hay otra forma de conocer a plenitud, que experimentarlo en carne propia, como una respuesta de amor y esperanza.

Hermano(a): Sí tú no has tenido esa experiencia, Jesús te está llamando permanentemente a ese encuentro personal con Él. Hoy por hoy, el mismo Espíritu Santo ha suscitado un sinnúmero de posibilidades de experimentar ese encuentro, a través de diferentes tipos de retiros, encuentros, cursos, etc., los que te pueden preparar y disponer al encuentro por medio de los sacramentos, los cuales son signos sensibles de la gracia y están destinados a santificar a quien los recibe, particularmente el de la Eucaristía y el de la Reconciliación.

Es por ello que hoy es el día para tomar la decisión de, como dice el salmo 34, "probar y ver cuán bueno es el Señor"; de darle una oportunidad de encontrarlo, o más bien dicho, darte una oportunidad de dejarte encontrar por Jesús, para que inicies una verdadera vida nueva, aquella que Él vino a traernos, como le dijo a Nicodemo.

El Señor te seguirá esperando pacientemente y, aunque su paciencia es infinita e ilimitada, nuestro tiempo sí es limitado y se agota cuando menos lo esperamos. Por ello, no postergues más esa decisión de tener un encuentro personal con tu Salvador y Señor, porque, de otra forma, puede hacerse efectiva en ti, la sentencia de Jesús que hoy nos recuerda el Evangelio: “Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos".

FRANCISCO JAVIER CRUZ LUNA.

Empleados buenos y malos…

De estos los hay en todos lados, buenos y muy buenos, malos y muy malos… pero los que el Señor Jesús nos habla en el Evangelio que escuchamos hoy, no sólo son malos, sino malísimos. No sólo defraudan con su trabajo, sino que quieres apoderarse del negocio.

Cierto, Jesús habla de una viña, porque era lo que entendían mejor sus oyentes de ese momento, pero nosotros tenemos muy claro que el Reino de Dios o de los cielos, tal como nuestro Señor nos lo presenta, es su parcela, o sea, su propiedad.

Y es verdad que muchos son los que, también en su nombre, se quieren apropiar de todo, y agreden a quienes piensan diferente, y en vez de favorecer la unidad, la concordia y la paz, se dedican a sabotear la obra de salvación que Dios quiere siga viva y activa entre nosotros, practicando lo que Él nos mandó.

Y su enseñanza es bien clara, además de muy simple:

Eliminó la colección de mandamientos que se iban multiplicando exorbitantemente, traduciéndose en normas y leyes asfixiantes, para dejar todo en uno sólo: el único mandamiento del amor.

A decir verdad, no es éste el más irrelevante ni el más fácil, sino que empeña la vida, porque toca las fibras más íntimas del ser.

Allí sí, o se vive como el Señor Jesús quiere, dentro de su equipo, o se sale uno por la tangente y se aleja del camino que conduce a la vida verdadera, y eterna.

También tenemos una larga historia de agresiones, persecuciones que han llegado hasta el asesinato que en último término supone el martirio de aquellos que se han dedicado con empeño en propagar el Mensaje de Cristo Jesús.

Por una evidente lógica, quien vive con sinceridad el Evangelio adquiere una  fuerza y una influencia inexplicable. Las dimensiones de su personalidad crecen a causa de la
fuerza espiritual que el Señor les comunica al hacerles partícipes de su vida divina.

Consecuentemente eso despierta en personalidades inferiores una especie de envida y atacan lo mismo que el áspid a quienes ven con mayor estatura y les quisieran superar.

ORACION

Señor Jesús, por intercesión de la Virgen María,
tu madre santísima y de tus santos mártires
que dieron su vida por defender y propagar tu Reino,
con fe te pido que me enseñes
cuál es el verdadero camino
y la auténtica grandeza
que es lo que nos acerca más a Ti…
te lo pido con todo el fervor de mi corazón
y sé que Tú me escuchas  siempre. Amén.

María Belén Sánchez, fsp  

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