Entre noviembre de 2007 y septiembre de este año, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) vendió tres mil 870 regalos que fueron enviados a las oficinas de funcionarios de la administración pública federal. Por estos presentes se obtuvieron tres millones 446 mil 288 pesos. En los datos que la dependencia entregó como respuesta a una solicitud de información, vía Transparencia, se destacó que entre estos obsequios hay un cuadro del artista Rodolfo Morales que se vendió en 260 mil pesos, un reloj IWC por el que alguien pagó 126 mil pesos y 22 botellas de vino tinto Vega-Sicilia, cosecha 1996, que se subastaron en 112 mil 864 pesos. Uno de los secretarios en cuya oficina “llovieron” los regalos fue Virgilio Andrade. Entre junio de 2015 y agosto de 2016, los particulares enviaron 388 presentes al despacho de quien fue el encargado de realizar la investigación de la “Casa Blanca” de Enrique Peña Nieto. La SFP indicó que estos objetos (relojes, corbatas, obras de arte, bebidas alcohólicas) se mandaron al SAE, a la Secretaría de Educación Pública o a la Administración del Patrimonio de la Beneficencia Pública. Alfonso Hernández, académico del ITESO y miembro del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, afirmó que, para mejorar la vigilancia de este tipo de prácticas, se debe reforzar la normatividad y aumentar la transparencia.Desde 2006 hasta la fecha, la Secretaría de la Función Pública (SFP) registró 120 denuncias contra funcionarios federales que presuntamente recibieron o solicitaron regalos a particulares para cumplir con su trabajo. Sin embargo, la dependencia reportó por escrito que sólo implementó sanciones en dos casos. En el primero suspendió por 15 días a un servidor de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que no informó al Órgano Interno de Control (OIC) la recepción de un obsequio que rebasó la cantidad de 10 veces el salario mínimo general. Con la obtención de presente, cuyos detalles no se incluyen en la base de datos que la SFP entregó como respuesta a una solicitud de información, vía Transparencia, el castigado violó la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos. En el Artículo 88 de esta ley se señala que, durante el desempeño de su empleo, cargo o comisión, y un año después, los servidores públicos no podrán solicitar, aceptar o recibir por sí, o por interpósita persona, dinero o cualquier otra donación, servicio o empleo, cargo o comisión que procedan de particulares cuyas actividades profesionales, comerciales o industriales se encuentren directamente vinculadas, reguladas o supervisadas por el funcionario y que determinen conflicto de interés. El segundo hecho se llevó a cabo en 2012. En ese entonces se presentaron cuatro denuncias contra funcionarios de la Secretaría de Gobernación que pidieron dinero para prestar un servicio. Por esa práctica los elementos fueron suspendidos 60 días. También se destaca la investigación, que todavía está en proceso, a un miembro de Diconsa que presuntamente solicitó a proveedores regalos como licuadoras, cafeteras, planchas y extractores. En lo que va de este año se documentaron siete procedimientos: cuatro contra trabajadores Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) por presuntamente recibir comida y hasta entradas para el teatro. Y tres contra empleados de la Segob y del Servicio de Administración Tributaria por exigir dádivas. En ningún caso se aplicaron castigos.El 31 de marzo, este medio publicó que entre los meses de enero de 2006 y 2017, la Secretaría de la Función Pública presentó 27 mil 876 denuncias penales contra funcionarios por actos de corrupción, pero sólo emitió cuatro mil 15 sanciones. En síntesis, por cada siete denuncias ante el Ministerio Público sólo hay un castigado por la dependencia. Entre junio de 2015 y agosto de 2016, a la oficina de Virgilio Andrade, quien en ese periodo se desempeñaba como titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), llegaron 388 regalos. Entre los artículos que arribaron al despacho de Andrade hay relojes, corbatas, obras de arte, bebidas alcohólicas y comida. En su mayoría fueron enviados al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), a la Secretaría de Educación (SEP) o a la Administración del Patrimonio de la Beneficencia Pública. Estos obsequios superan a los que recibieron otros secretarios de la Función Pública. Por ejemplo, la dependencia destaca que entre enero de 2007 y mayo de 2012, Germán Martínez Cázares, Salvador Vega Casillas y Rafael Morgan Ríos, quienes estuvieron al frente de la institución en ese periodo, se documentó el envío de 23 presentes que también se remitieron principalmente al SAE para que los subastara. En la base de datos que la SFP entregó como respuesta a una solicitud de información, vía Transparencia, también se resalta que el 5 de octubre de 2015 se levantó un acta administrativa contra el panista Germán Martínez por recibir un “paquete experimenta Mastercard Worldwide”. LA VOZ DEL EXPERTOAlfonso Hernández (académico del ITESO)El investigador destacó que entre las acciones que se tienen que llevar a cabo para reforzar la vigilancia de los regalos que reciben los funcionarios federales están la mejora de la normatividad y el aumento de la transparencia en los nombramientos de los responsables de los Órganos Internos de Control. Hernández, también miembro del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, señaló que en este grupo ya se trabaja en la elaboración de los formatos de las declaraciones de intereses y patrimoniales.“Estos formatos van a entrar seguramente el próximo año en vigencia. Uno de los apartados va a ser el de los regalos. Ahí estamos en plena discusión sobre cómo se va a tener que reportar este tipo de información, porque, por insignificante que sea un regalo, de acuerdo a como está la normatividad ahora, pues podría ser un acto donde un funcionario declara un regalo mínimo, puede estar sujeto a un inicio de procedimiento de investigación por parte de un Órgano Interno de Control”.Agregó que también es importante que las designaciones en los Órganos Internos de Control atiendan cada vez más a perfiles técnicos y autónomos. “De nada sirve que tengas una buena ley o que mejoremos los formatos si al final del día no vamos a tener Órganos Internos de Control eficaces que revisen qué fue lo que sucedió y que si hubo algún presunto delito, pues que se castigue”.