| China olímpica Por: EL INFORMADOR 15 de agosto de 2008 - 23:00 hs Bueno, hay que aceptarlo, el tema del momento es nada menos que el de los actuales Juegos Olímpicos, escenificados en la China milenaria, la de Confucio, Lao Tse, y también la de Mao, en mero Beijing, o mejor Pekín, en donde el mundo admirado con la tecnología de una nueva generación reconoce el potencial del gigante asiático, el país más poblado de la Tierra, que a pesar de todo, como ese formidable potencial humano está conquistando espacios vitales en el nuevo orden político y económico internacional. No cabe duda, es preciso una vez más reconocer la reciedumbre de un pueblo que en poco tiempo, ya sea con la Revolución Cultural o por otros medios propios del carácter de ese pueblo, ha logrado destacar y en este caso organizar Juegos Olímpicos interpretados de acuerdo con su propia mentalidad, es decir, de acuerdo con sus propios usos y costumbres. China, señala un periódico internacional, “vuela entre fuegos de artificio”, claro, pues ellos inventaron la pólvora, y otras cosas más que adoptarían de manera determinante los pueblos de Occidente, tales como la brújula, la seda, la porcelana, la tinta china, el papel, casi nada... y la comida suya, tan peculiar y delicada. La inauguración consensuó la historia del país con refinamiento y le mandó un mensaje cifrado al planeta en su totalidad: “Esto fuimos, esto hicimos y esto somos”. Todo se llevó a cabo con precisión matemática como si fuera un desfile militar o un simple ejercicio o rutina de natación sincronizada. Todo fue como si se tratara de un cuento fantasioso eminentemente chino, salpicado con ese suave y tenue misterio de una civilización y de una cultura que a nuestros ojos sigue siendo difícil de comprender, pero ante todo digna de admirarse y de respetarse. China, la de Ling Yutang, que dio a conocer en tiempos recientes el meollo del paradigma chino, que hizo lo imposible por trasmitir al mundo un mensaje de unidad: “Tú y yo, de un mundo, somos una misma familia”. Pero el mensaje fue más allá: de una manera objetiva y cabal condensó los cinco mil años de historia china con refinamiento para decirle al mundo su gran verdad. Aseguran los chinos que para construir el futuro hay que mirar al pasado, y eso hizo Pekín. China inventó la pólvora, y la cohetería acompañó la ceremonia de fuegos artificiales que cruzaron el cielo desde la plaza Tiananmen hasta el estadio. La Ruta de la Seda y las exploraciones marinas ocuparon un lugar estelar en una coreografía en la que se sucedían el verde, el azul, el rojo y el amarillo fosforescente, evocando los festivales de color de algunas de las majestuosas escenas de las más recientes películas del cineasta chino Zhang. Muy distintas de aquellas primeras que a menudo provocaron la ira de los censores del Gobierno, por sus crudos retratos de la sociedad china. China, la China de estos momentos es la China olímpica, con su versión formidable de unos juegos que obviamente son producto de otra cultura. Pero su versión, hay que aceptarlo, les ha dado fuerza, vigor, reafirmando la concordia universal, aunque sea momentánea, a pesar del conflicto que se vive en el Cáucaso... y otros pendientes más. MANUEL LÓPEZ DE LA PARRA / Periodista. Correo electrónico: loppra@economia.unam.mx Temas Olimpiadas Beijing Política China Lee También México califica de "dudoso" el triunfo de Daniel Noboa en Ecuador China podría encarar aranceles de hasta 245% por represalias Claudia y la nada sexy reconstrucción Sano físicamente, pero ¿mentalmente? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones