Y comenzó el año electoral

La decisión de las televisoras, Televisa y TV Azteca, de confabularse para suspender eventos deportivos y de entretenimiento, para transmitir en bloque los spots promocionales del propio Instituto y de los partidos políticos, y no como el IFE (Instituto Federal Electoral) indicó hacerlo, esto es dentro de las pautas comerciales normales, es un claro desafío a la autoridad del Estado.

Los ciudadanos no debemos olvidar que el espacio del espectro de frecuencias radioeléctricas es un espacio público concesionado. Ni Azcárraga Jean, ni Salinas Pliego son sus dueños, aunque por muchos años se les ha permitido operar bajo una total impunidad. ¿Dónde está la responsabilidad social y educativa que deberían tener por el simple hecho de usufructuar un bien público? ¿Acaso no son las televisoras copartícipes, y en gran medida responsables del atraso de este país en materia de acceso a la información, libertad de prensa y democratización? ¿Acaso pretenden que las concesiones sean a perpetuidad, en detrimento de los habitantes de esta nación que recibimos una televisión abierta sin contenidos, y sin contrapesos?

Televisa y TV Azteca buscan arrinconar al Estado mexicano mal informando a la ciudadanía. Buscan explotar el desinterés en los asuntos públicos y la falta de cultura cívica para generar un clima de hostilidad hacia el IFE y la propia Ley Electoral; ya una encuesta recientemente publicada establece que 56% de la población culpa al Instituto Electoral de la interrupción. Ojalá tengamos siempre presente que el único interés de ambos conglomerados es repartirse no sólo el pastel del dinero que han dejado de percibir con la prohibición de la compra particular  para propaganda política, sino principalmente el poder que conlleva controlar, encumbrar, difamar, borrar, etc., a candidatos incómodos, tal y como lo hace la mafia y el crimen organizado, pero sin las balas ni los entambados.

SOFÍA LIMÓN TORRES / Académica e investigadora, UdeG.
Correo electrónico: sofialimon2004@yahoo.com.mx