Rivera critica a quienes prometen cambios

CIUDAD DE MÉXICO.- El cardenal Norberto Rivera Carrera dijo que hay líderes sociales o políticos que buscan “cambiar las cosas para que nada cambie”, o aquellos que prefieren “que los de abajo suban y los de arriba bajen”.

Tomando como referencia palabras del Papa Juan Pablo II y del Evangelio, el jerarca de la Iglesia Católica dijo en la Catedral Metropolitana que hay líderes que presentan mensajes sociales o políticos como un programa de felicidad humana.

“Todos tienen siempre en sus labios frases, eslogans de bienes y progreso. Todos prometen reinos sobre la tierra y paraísos en el tiempo”.

Pero también, dijo, los hay quienes “evitan pronunciar en sus campañas palabras negativas que puedan desanimar a sus seguidores. Pero precisamente por eso, todos los proyectos humanos resultan imperfectos”.

Eso, mientras en la plaza del Zócalo se realizaba el mitin del ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, y por lo que se reforzaron las medidas de seguridad de la Catedral con la presencia de granaderos, que impidió que feligreses ingresaran con pancartas, volantes o vestimenta (playeras y camisas) amarillas al recinto religioso.

En un mensaje breve el jerarca de la Iglesia Católica, aseguró que existen predicadores solitarios que creen que pueden cambiar el mundo, ante lo cual invitó a los feligreses a “revisar los ambientes y dimensiones de su vida, especialmente, todo lo que pertenece al orden social y la obtención del bien común”.

A partir de atender esa conciencia social, explicó, se debe fomentar en la comunidad “la obligación de participar en la acción política”, planteó.

Arquidiócesis

Por su parte, la Arquidiócesis de México aseguró que el VI Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en la Ciudad de México, fue el telón de fondo para “desenmascarar a intransigentes y autoritarios que pretenden acallar la voz de la Iglesia Católica”.  

En el editorial “Estado laico sí, arcaico no” de su semanario Desde la fe, la Arquidiócesis señaló que ese acto organizado por la Iglesia “ha puesto de manifiesto la enorme intolerancia y monumental ignorancia de quienes se sienten dueños de la opinión pública”.  
Incluso señaló que no faltaron los que quisieron boicotear ese encuentro, al que calificó de fraterno y festivo, sobre un tema de suma importancia para todos los mexicanos.  

No obstante, expresó su beneplácito porque el “club de laicistas intolerantes son una ínfima minoría frente a un pueblo democrático que entiende mejor que ellos el sentido de la libertad de reunión, asociación y expresión”.