Panistas, necesitados de las precampañas

GUADALAJARA, JALISCO (05/DIC/2011).- A partir del 18 de diciembre, los distintos precandidatos que se registren comenzarán alrededor de dos meses de competencia para definir al candidato de cada uno de los institutos políticos.

Lo anterior significa —según la ley electoral aprobada por el Legislativo entre 2007 y 2008— que sólo aquellos partidos que plasmen competencia entre dos o más candidatos al interior, podrán tener acceso a los tiempos oficiales en los medios de comunicación que ofrece el Instituto Federal Electoral (IFE). Para ser más claros: si los partidos ya definieron a su candidato antes del 18 de diciembre, dichos contendientes quedarán fuera de spots de radio y televisión por 60 días. Los partidos que no tengan competencia interna para ganar la candidatura, renunciarán a la participación en más de un millón de spots, que se han convertido en la mejor forma de llegar a públicos más extensos.

El caso es complejo, ya que dos de las tres plataformas electorales que se presentarán a los comicios del primero de julio de 2012 ya definieron, mediante distintos métodos, candidatura única.

La coalición Compromiso por México, que incluye a los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), tienen como candidato único a Enrique Peña Nieto.

En tanto, el Movimiento Progresista, integrado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano y del Trabajo (PT), abanderarán a Andrés Manuel López Obrador, quien derrotó en las preferencias a Marcelo Ebrard en una encuesta abierta.

Por otra parte, el Partido Acción Nacional (PAN) —que decidió participar en  los comicios en solitario— es la única fuerza políticos que optó por un proceso de precandidatura que defina a su abanderado. Así, Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel Miranda y Ernesto Cordero Arroyo, tendrán que ganar en las urnas su derecho a ser el que encabece al partido en el poder.

Especialistas en encuestas coinciden en que la consolidación de un candidato acarrea dos fases: la primera que tiene como objetivo el conocimiento público del candidato, que más gente reconozca visual y nominalmente al aspirante; y, en segunda instancia, la construcción de una imagen política vinculadas a ciertos valores que se perciben como socialmente populares: honestidad, eficiencia, carisma, liderzago, etc.

En este punto, las diferencias entre los partidos son marcadas. Por un lado, Enrique Peña Nieto ha logrado, a través de una agresiva estrategia mediática, posicionarse en niveles de conocimiento público por encima de 95%, lo que significa que prácticamente todo el electorado lo conoce. En el mismo tenor, Andrés Manuel López Obrador, quien fue candidato presidencial en 2006 y que se mantuvo vivo en la opinión pública durante todo el sexenio, cosecha niveles de conocimiento que también oscilan entre 95 y 98 por ciento. Así, la estrategia de ambos se concentra en la captación de opiniones positivas, sobre todo en el caso de López Obrador que acarrea porcentajes altos de negativos, a pesar de haberlos reducidos en la última semana.

En el PAN, las cosas son más complejas. Santiago Creel posee alto grado de reconocimiento, todavía por encima de la propia Josefina Vázquez Mota; sin embargo, sus números negativos le hacen casi imposible obtener la candidatura.

Josefina, por su parte, creció ampliamente en términos de conocimiento público y sus negativos son marginales. Y, por último, Ernesto Cordero es el menos conocido de los precandidatos panistas, aunque ha tenido un ascenso importante en las últimas semanas, y ha alcanzado un nivel de conocimiento de alrededor de 40 por ciento. Aunque, según Consulta Mitofsky, la ventaja de Creel a Cordero, en preferencias entre panistas, sigue siendo holgada.

Cuando los niveles de conocimiento no son suficientemente sólidos, el acceso a una campaña fincada en spots que aparecen en medios de comunicación masivos, resulta fundamentales.

Los panistas saben que la elección interna de 2005-2006, que enfrentó al propio Creel y al actual Presidente Felipe Calderón, sirvió para involucrar a grandes públicos, en un momento en que los candidatos estaban definidos en la izquierda y en el PRI. La opinión pública daba por muerto a Calderón ante la maquinaria política que apoyaba la candidatura de Creel desde Los Pinos, y al final la remontada significó dividendos para el PAN.

Por ello, en un escenario que pone al PAN más de 20 puntos electorales por debajo del PRI en la elección presidencial del siguiente año, dominar el debate público y aprovechar el acceso a los spots puede nivelar la contienda. Así, el PAN está urgido de imprimirle pasión a los debates y consolidar la imagen de sus precandidatos.

Numeralia
Dos meses de spots

60 días en los que el PAN podrá acceder solitariamente a spots en radio y televisión.

1 millón, el número de spots reservados para las precampañas.