La confirmación política de Peña

La definición de la candidatura del PRI en el Estado de México dejó en claro dos asuntos: que en la política, como en la vida, las cosas no son siempre lo que parecen y que, contra las señales que muchos equivocadamente vimos —incluidos colaboradores de su círculo más cercano—, Enrique Peña Nieto se guardó hasta el último momento su mejor carta y, en una decisión política que rompió esquemas, apostó finalmente por la efectividad electoral por encima de la alcurnia y la pertenencia política.

Con Eruviel Ávila como candidato priista, el PRI no sólo evitó el riesgo de una fractura que hubiera sido letal, por la posibilidad de que éste encabezara una alianza opositora, sino que Peña Nieto se aseguró, al menos como se ve el panorama hasta ahora, de que la coalición ya confirmada del PAN y el PRD no encontrará en las filas priistas a ningún militante que pudiera representar un peligro abanderando la unión de esos partidos. El riesgo de que Eruviel se fuera a la alianza era real, mientras que con Del Mazo ese riesgo no existió nunca.

Todavía el viernes por la mañana los más cercanos hombres de Enrique Peña Nieto afirmaban que las cosas estaban definidas a favor de Alfredo del Mazo. El mismo alcalde de Huixquilucan debió sentir tan segura la nominación que desde el jueves se dedicó a llamar a varios empresarios de primer nivel, amigos suyos, para pedirles “su apoyo” económico para su campaña. El sábado muy temprano, esos mismos empresarios recibieron otra comunicación de su amigo Del Mazo: “Gracias por el apoyo, pero siempre no seré yo el candidato”.

Hay quien sugiere que al enterarse de esas y otras actitudes por parte de Del Mazo y su equipo cercano, Peña habría terminado de decidirse en favor de Eruviel Ávila. En todo caso, las cosas se definieron en la tarde-noche del jueves en Toluca y el viernes después del mediodía, en una reunión con los precandidatos, éstos fueron enterados de la decisión definitiva. Ahí culminó un proceso interno de casi ocho meses en los que, desde su despacho, el gobernador mexiquense fue sondeando y conduciendo a los aspirantes que, pese a todo, terminaron unidos y disciplinados —al menos en la forma—, algo que no fácilmente se puede ver en otros partidos.

Al concluir un proceso sin fracturas y con un candidato que rompe todos los esquemas y las predicciones —un político de abajo en vez de uno de pañales de seda, un candidato sin carrera en Toluca y un apellido común en vez de uno de abolengo político—, Enrique Peña Nieto dejó ver que, por encima de su muy cultivada imagen mediática y su carisma de televisión, hay un estratega en ciernes que ya no es el político inmaduro y hueco que veían sus críticos. Hace unos meses se le oyó decir a Peña en una cena: “Yo no voy a elegir por cercanía o afectos, sino por efectividad electoral. No repetiré el mismo error que tuvieron en Puebla o Sinaloa”. Y no lo repitió.

NOTAS INDISCRETAS… El repunte de Marcelo Ebrard en la calificación de sus gobernados que arroja la última encuesta de El Universal coincide con su mejoría en varias encuestas sobre presidenciables y confirma que el jefe de gobierno del DF es hoy por hoy un precandidato sólido a 2012. Su gran problema sigue siendo su partido… Un grupo de periodistas de Jalisco denunció ayer ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos las amenazas y agresiones de un funcionario de la Secretaría de Finanzas del Estado, Alberto Jiménez Martínez, a quien acusan de estar enviando correos electrónicos, mensajes en redes sociales y comunicados intimidatorios contra los comunicadores. El ombudsman jalisciense Felipe de Jesús Álvarez Cibrián recibió la queja y ordenó a la Secretaría de Seguridad Pública estatal y a las policías de la Zona Metropolitana de Guadalajara brindar protección y medidas cautelares a los periodistas ante las amenazas del funcionario. También la CEDHJ pidió al secretario de Finanzas, Martín Mendoza, un reporte de quién es este servidor público y qué funciones realiza en el área a su cargo, además de solicitar al procurador estatal, Tomás Coronado, que inicie una investigación por estas amenazas que en algunos casos han sido de muerte… Javier Duarte llegó en Veracruz a los 100 días de gobierno. En los hechos y el discurso, el gobernador busca desmarcarse y distinguirse de su antecesor Fidel Herrera. En las acciones ya le envió un mensaje a Fidel con la investigación y detención de aquellos alcaldes veracruzanos que resultaron todos fidelistas. ¿Será que Duarte ya se cortó el cordón umbilical?... Escalera doble. La semana promete.