Sábado, 07 de Diciembre 2024
México | CLAVE POR LUIS ERNESTO SALOMÓN

La agenda de 2011

La agenda responsable de México incluye para este año como punto esencial el fortalecimiento del imperio de la ley, el combate a la impunidad y corrupción

Por: EL INFORMADOR

Luis Ernesto Salomón.  /

Luis Ernesto Salomón. /

¿Qué hacer? Es la cuestión asertiva cuando se presenta un escenario incierto. Esa es la pregunta que quienes tienen la responsabilidad de los asuntos públicos deben hacerse en estos días. México inicia un año estratégico en su desarrollo, con perspectivas contradictorias: por una parte las condiciones económicas se consolidan, pero los problemas de seguridad y los temas políticos inducen a la turbulencia.

La agenda responsable de México incluye para este año como punto esencial el fortalecimiento del imperio de la ley, el combate a la impunidad y corrupción, y por otra parte el esfuerzo en telecomunicaciones, la construcción de infraestructura, el fortalecimiento de los sistemas de respaldo social a los más necesitados, el fomento a la construcción de vivienda y el esfuerzo para atraer cada vez más inversiones productivas que generen empleo.

La agenda perversa implica seguir haciendo de la guerra una campaña publicitaria; fortalecer a como de lugar la imagen del gobierno con anuncios tontos; fortalecer la superficialidad de la televisión; crear cada vez más escándalos que distraigan a la opinión pública de los temas importantes. Además, fomentar la corrupción en los contenidos informativos de los medios. A esto hay que sumar la creación aparatos de propaganda política pagada en el año previo a las elecciones presidenciales.

Los ciudadanos estamos atrapados entre estas opciones que barajan las autoridades. A merced, además de la agenda de sucesos rojos, rosas y de otros colores que llenan el espectro de la información nacional.

La agenda perversa que domina la información hace un vacío de tal tamaño que los grandes espacios de discusión nacional, materializados en las tribunas parlamentarias, se ocupan de los temas superficiales siguiendo al escándalo y dejando de lado los asuntos estructurales.  Muchos de los discursos y declaraciones de los legisladores dan ternura más que inducir a la reflexión, y como resultado la opinión pública se guía por opiniones simples.

El Congreso, los medios de comunicación masiva, pero sobre todo la Presidencia deben hablar a la nación de los temas que importan para el futuro, los asuntos que implican la construcción del desarrollo para México. El desarrollo vendrá de la mano de la sociedad que participa en los asuntos públicos con una información responsable que presente los asuntos con una jerarquía visionaria y democrática.

Volver la vista a lo importante y separarlo de los temas circunstanciales es el deber de todos los que participamos en la formación de la opinión pública. En este sentido lo importante es la debilidad de las instituciones y no la forma cruel como se cometió un delito. Lo importante es cómo combatir la corrupción en los contratos públicos y no festejar el ingenio para lograr la impunidad. Es vital hablar de una reforma a la educación y dejar los lamentos para las charlas de café.

Los ciudadanos debemos exigir que se imponga la discusión de la agenda responsable y evitar la tentación el escándalo colorido de la superficialidad.

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