Jueves, 16 de Mayo 2024
México | Expertos alertan con pronóstico

El cambio climático disminuye producción de maíz

Especialistas avizoran un futuro complicado para el agro si no se toman medidas para contrarrestar efectos de ‘‘El Niño’’

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Ha pensado en un México sin maíz? ¿Ha previsto que en un futuro la producción nacional de ese grano, que es la base de nuestra nutrición, sea insuficiente para alimentar a todos los mexicanos?

Los expertos que han estudiado el impacto del cambio climático en la agricultura, y si sus pronósticos son contundentes: en 2025 el suelo apto para cultivo comenzará a reducirse y para 2050, sólo 25% del territorio nacional podrá ser usado para producir alimentos del campo.

Viajemos al futuro. Veamos a México 10 años después.

Año 2025. Huracanes intensos. Lluvias extremas. Inundaciones frecuentes. Heladas inesperadas. Sequías prolongadas. Incendios generalizados. El maíz escasea en 28 estados de la República. La producción se perdió en inundaciones en el Sur del país y por las severas sequías en el Norte del territorio. Los cultivos de riego se disputan la poca agua disponible con las cabezas de ganado e, incluso, con los humanos. Los campesinos, para sobrevivir, cambiaron la producción de maíz por el de fruta en el mejor de los casos. En los peores, abandonaron sus infértiles tierras y los pobres de las zonas rurales ya no tienen tortillas en sus comales.

Este escenario no es la catástrofe de una próxima película estadounidense. Tampoco es ninguna profecía. Es el resultado de las proyecciones hechas por un grupo de científicos mexicanos que colaboran con el Gobierno en el establecimiento de medidas de mitigación que eviten al país llegar a esos extremos.

Los pequeños y medianos productores de maíz piden al Gobierno mexicano no esperar 15 años para hacer frente al problema, porque fenómenos como “El Niño” —caracterizado por lluvias extremas e intensas sequías— y el calentamiento global, ya comenzaron a hacer estragos en las cosechas.

En 2009, según la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México, la producción del grano disminuyó 10% respecto a 2008.

El Instituto Nacional de Ecología (INE) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) advierten que, debido a que la mayor parte de su producción depende del temporal, el maíz es y será el alimento más afectado por las inclemencias del tiempo.

No es el único


En sólo mes y medio de 2010 campesinos de 11 estados de la República (Chiapas, Hidalgo, Nayarit, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán, Tamaulipas, San Luis Potosí, Nuevo León y Yucatán) tuvieron afectaciones en sus cultivos de maíz, frijol, sorgo, trigo, café, caña de azúcar y plátano debido a lluvias, heladas, nevadas, granizo y tornados.

Héctor Mayagoitia Domínguez, coordinador del Programa Ambiental del Instituto Politécnico Nacional (IPN), agrega que la producción de alimentos ya es de por sí insuficiente en el país, pues hace 20 años había autosuficiencia y se exportaba.

Ahora, dice, dependemos de las importaciones “y si no hacemos nada por fortalecer el campo mexicano veremos una hambruna en una gran parte del territorio nacional”.

¿En dónde sembrarán?

En el mundo, los científicos estudiosos del cambio climático han hecho proyecciones sobre los posibles daños que ocurrirían en diversos ámbitos de la vida si aumentara dos grados centígrados la temperatura del planeta.

En México también. El INE, el Instituto de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, el Inifap y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, han registrado desde 2005 el comportamiento del clima y los estragos que causan las temperaturas extremas y los fenómenos meteorológicos en la República Mexicana.

Los estudios están basados en modelos debidamente certificados.

Su pronóstico es poco alentador para la agricultura, el sector más expuesto a los vaivenes climatológicos.

El reporte sobre “El cambio climático en México” establece que entre 2020 y 2025, las lluvias de verano disminuirán, lo que generará un impacto negativo en la agricultura de temporal, sobre todo, en la producción de maíz.

Ya desde 2020 advierten que “habrá una reducción moderada de las zonas de aptitud para cultivo de maíz, principalmente en Sonora”.

En el año 2030, alertan, al cambio climático se sumará el agravamiento de la escasez de agua y por lo tanto, los cultivos que dependen del riego también sufrirán las consecuencias.

Ven incompatibles programas para el campo

El Banco Mundial (BM) en el Análisis del gasto público en el Desarrollo Agrícola y Rural alerta que, pese a que México será uno de los países más afectados por los efectos del cambio climático, algunos de sus programas para el campo son incompatibles con las medidas de mitigación que el país ha previsto para enfrentar este fenómeno natural.

Se refiere al “subsidio a la electricidad para que los agricultores puedan extraer agua subterránea con bombas, lo que ha ocasionado la sobreexplotación de muchos acuíferos en regiones donde el agua escasea, y el programa Ingreso Objetivo, que alienta a los agricultores a producir cultivos de bajo valor, e incluso para producir forraje que tiene un alto requerimiento de agua”.

José de Jesús Romo, director general de Apoyos para el Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), asegura que a pesar de que se ven con mayor frecuencia los desastres naturales, la producción agrícola “tiene un comportamiento normal, sin que presente grandes afectaciones”.

Asegura que los registros oficiales en la producción del maíz no coinciden con el de las organizaciones campesinas, pues la cosecha de este grano ha tenido un aumento de 1.4% debido a su variedad y distinta capacidad de adaptación y a que su siembra ha emigrado a zonas donde hay mejores condiciones de clima.

Descartan déficit de alimentos

José de Jesús Romo descarta que en el futuro haya un déficit en la producción de alimentos y de maíz en particular, “porque para eso tenemos en marcha acciones de mitigación y de adaptación al cambio climático como la tecnificación de riego, la recarga de los mantos acuíferos, la producción de cultivos alternativos”. Agrega que la catástrofe sólo podría suceder si nos quedamos sentados”.

En ello coincide Víctor Barradas, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien señala que el tema del cambio climático es controvertido entre la propia comunidad científica, pues hay divisiones entre quienes piensan que ello ya está ocurriendo y quienes descartan ese fenómeno.

El especialista considera que “aunque parezca que las acciones de mitigación son caras, hay que hacerlas porque al final lo vamos a ver barato. Pensemos en las siguientes generaciones. Hay que empezar a reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, disminuir el consumo de energía, reforestar y recargar los mantos acuíferos”.

“Daños a la Naturaleza repercuten en cultivos”

Gerónimo Bartolón, productor de maíz en Motozintla, Chiapas, cree que el cambio climático es el precio que paga la población por sus “malas acciones” y los daños ocasionados a la naturaleza. Lo peor, dice, es resignarse.

Miedo es lo que sintió cuando en 2005 el huracán “Stan” le arrebató sus cultivos, pero también cuando observó cómo los ríos arrastraban árboles, animales, casas, escuelas, edificios públicos y vidas. Y dice, “ahora ya vivimos con temor”.

Alejandro Aguilar, campesino, coincide en que el miedo que la gente siente en la Sierra de Chiapas surge cuando las lluvias se prolongan por tres o cuatro horas. “Hay lluvia pero es extrema. Hay calor pero es extremo y la producción es aún más baja”.

La organización ambientalista internacional Oxfam realiza en México las llamadas “Audiencias Climáticas”.

En noviembre pasado organizó un foro con los trabajadores del campo chiapaneco, en Tuxtla Gutiérrez, para conocer sus testimonios sobre cómo el cambio climático ha impactado su producción de alimentos y sus vidas.

Merly Santizo asegura que los campesinos como ella tienen que laborar bajo un sol “que quema” y pese a sus largas jornadas trabajando la tierra “la cosecha no queda bien”.

Dicen que, además de los daños a los cultivos se profundiza la pobreza.

Teodoro Gutiérrez asegura que por ese motivo los hijos de los productores prefieren emigrar a Estados Unidos.

Edelmiro López dice: “Muchos han emigrado por falta de sustento y eso nos ha dividido familiarmente. Antes, nuestro sustento y lo que nos unía era la producción y eso ha cambiado”.

El agricultor Rodrigo Galván reconoce que esta actividad ha contribuido de alguna manera a los cambios extremos del clima “porque usamos químicos y talamos la madera y quienes más dañan el ambiente son las transnacionales, pero aquí todos somos responsables. Unos más, otros menos”.

Ruli de Jesús, otro campesino, lamenta que a cinco años de que el huracán “Stan” los golpeó “el Gobierno no tenga un plan emergente para ayudar a la gente que se quedó sin cosechas... no hay nada claro”.

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