El DF contra el Edomex

El Distrito Federal (DF) y el Estado de México (Edomex), en donde acaban de arrancar las precampañas para la gubernatura, se parecen mucho más de lo que quieren reconocer (y aquí es en donde brincan los perredistas y levantan la ceja los priistas).
Miren, en el Estado de México no ha habido alternancia, pero el sistema político en el que viven los mexiquenses se parece al del Distrito Federal. En ambos lugares gobierna un hombre con impacto nacional y aspiraciones presidenciales, pero lo significativo es que en ambos lugares el partido gobernante tiene la mayoría en el Poder Legislativo y alianzas estratégicas (cada quien a su manera) con los partidos de oposición. En otras palabras, en los dos lugares hay carro completo y la oposición sirve exactamente para nada. De los 66 legisladores que hay en el DF, sólo ocho son priistas y 15 son panistas, así que ya imaginarán la bonita manera que tienen los del sol azteca de gobernar mayoriteando.

En el Estado de México, el PRI tiene 39 legisladores de los 75 que hay, sin contar los que trabajan para él de partidos pequeños. El PRD sólo cuenta con ocho y el PAN tiene 13, así que ya se imaginarán que el PRI no necesita ni voltear a verlos para aprobar asuntos en el Congreso.

Las dos entidades son, además, igual de estratégicas para ganar la Presidencia de la República, pues entre los dos suman la nada despreciable cifra de casi 18 millones de electores (10 el Estado de México, ocho el DF en números redondos), de los 82 que hay en el país.

Por eso no es de extrañar que los partidos que gobiernan estas dos entidades quieran hacer uso de la fuerza que tienen para incidir en los resultados de la comarca vecina.
El PRI del DF está emocionado porque la fuerza del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, puede alcanzar para que recuperen por lo menos cuatro delegaciones y, si los apuran, hasta les alcanza para regresar al gobierno que perdieron en 1997. La más reciente encuesta de Grupo Reforma los pone además como la segunda fuerza electoral en el DF y los gritos de júbilo no se han hecho esperar.

Por su parte, el débil PRD del Estado de México también siente la fuerza de sus colegas de al lado. Es altamente significativo, en el marco de esta interpretación, que Alejandro Encinas, principal candidato del PRD para el Gobierno mexiquense, haya empezado su precampaña en el DF. Imagínense, lo hizo ante legisladores capitalinos, el jefe de Gobierno, delegados y dirigentes del PRD-DF, en lugar de hacerlo en la tierra en donde sólo tienen ocho de 75 diputados.

Esto se pone interesante. El escenario muestra un incremento de la competitividad del PRI y el PRD en donde no gobiernan, precisamente por la fuerza y los recursos de donde sí lo hacen.