Lunes, 17 de Noviembre 2025
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

El problema de los problemas

Lo que está pasando con los grandes temas del Estado, llámese presas, movilidad o infraestructura panamericana, es que dejaron de ser temas políticos

Por: EL INFORMADOR

Para un mejor entendimiento, comencemos por definir los términos:

Política: Arte con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.

Grilla: La acción y el efecto de tener discusiones o negociaciones privadas para lograr el beneficio personal o de un grupo pequeño. Información falsa que pretende hacer creer un noticia o argumento.

Político: Persona dedicada al oficio de alcanzar acuerdos entre partes con intereses encontrados o diferentes.

Grillo: Persona obsesionada en negociar con malas artes, en busca de beneficios personales o de grupo.

En Jalisco hay demasiados políticos dedicados a la grilla y muy pocos dedicados a la política. En el Estado hay muchos asuntos pendientes y un gran problema: una ausencia casi total de política. Para los grillos nada hay mejor que hablar de “los problemas”, porque entonces se vuelven importantes.

 Hacen problemas donde no los hay. Un tema político se vuelve tema de grilla cuando los actores directa o indirectamente involucrados, lo hacen personal. Los políticos ganan con los acuerdos, los grillos ganan llevando el desacuerdo al límite y en no pocos casos, ganan más aún con el desacuerdo.

Lo que está pasando con los grandes temas del Estado, llámese presas, movilidad o infraestructura panamericana, es que dejaron de ser temas políticos para convertirse en asunto de grillos. Hay en el momento político muchos más incentivos para el desacuerdo que incentivos políticos para el acuerdo.

 Si los alcaldes aprueban los proyectos del Gobierno, se van a ganar rechiflas; si el Gobierno apoya los proyectos de la Universidad, no va a ganar ni un desplegado de agradecimiento; si los diputados aprueban la ley de transparencia no ganan nada y sí pierden “capacidad de maniobra” (vulgo, transa), etcétera y así hasta el infinito.

 Pero además de la falta de incentivos hay una perversión de las funciones y los objetivos. Quienes deberían estar haciendo política por definición, el secretario general de Gobierno y los alcaldes, están dedicados a la grilla, porque todos se ven, se sienten o se sueñan candidatos.

Todos los asuntos relevantes vienen envueltos en “problemas” técnicos o legales, pero en el fondo lo que tienen todos, el denominador común, es la falta de gestión política, alguien que conduzca los asuntos para llevarlos a un fin determinado.
 Lo que le ha fallado al Gobierno del Estado es la conducción política. Es ya un clamor generalizado que la Secretaría General de Gobierno no está funcionando y eso es malo para el gobernador, malo para un secretario con aspiraciones y un tragedia para el Estado.

 Lo que falta en los gobiernos municipales es capacidad política. Los equipos de los dos principales alcaldes de la ciudad, Aristóteles y Vielma, están cortados con la misma tijera: jóvenes grillos que desprecian la política.

No nos hagamos bolas, diría el clásico, el problema no son los problemas, es la falta de política.

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