Detectan a habitantes de Arroyo Seco que ganan hasta 30 mil pesos

TLAJOMULCO DE ZÚÑIGA, JALISCO (29/AGO/2013).- Arroyo Seco es un cauce de agua natural que no pertenece a nadie, y que por cuestiones de seguridad tampoco puede ser urbanizado. Pese a ello, decenas de personas han vivido ahí por años; algunos incluso presumen tener un cuarto de siglo asentados de manera irregular sobre ese cuerpo de agua, evadiendo el pago de servicios como luz y agua potable... hasta ayer, que el Ayuntamiento de Tlajomulco llegó, desalojó y comenzó a demoler viviendas; algunas de ellas incluso cimentadas.
 
En atención a la calidad de vida de quienes radicaban sobre ese espacio, el municipio decidió prestar apoyo con viviendas abandonadas --y convenidas previamente con el Infonavit--, pero al hacer la investigación de quiénes podrían necesitar un nuevo domicilio para no quedar en el abandono, se encontró con algunas sorpresas.
 
Desde quienes tienen un ingreso "decente", hasta quienes poseen más casas en otros puntos de la metrópoli, los resultados del censo que levantó el Ayuntamiento en la zona obligaron a la aplicación de un estudio socioeconómico que defina cuánto y cuándo pueden comenzar a pagar por su nuevo domicilio los reubicados de Arroyo Seco.
 
Erik Tapia, jefe de la Coordinación de Administración en Tlajomulco, y encargado del operativo, expone que "ayer estábamos haciendo algunas preguntas a vecinos de aquí, y por raro que parezca, había una casa en donde el ingreso familiar era de cerca de 30 mil pesos. Fácilmente pueden pagar una renta, e incluso ser susceptibles de crédito en cualquier institución bancaria".
 
Las dos caras de la moneda pueden apreciarse en ese espacio de apenas 500 metros de extensión, pues mientras hay quien decide vivir ahí sólo para vivir de su renta y ahorrarse el pago de luz y agua, otras personas "nos dijeron que sí se reubicaban, pero que les diéramos una despensa primero, porque no tenían para comer".  
 
Tlajomulco ha acordado entre 30 y 40 viviendas abandonadas para entregarle a los habitantes de Arroyo Seco, donde a su vez se han contabilizado cerca de 60 construcciones, aunque 25 de ellas no habitadas. Por esto, el funcionario deduce que todos los ciudadanos tendrán acceso a una nueva residencia, en zonas menos peligrosas, aunque sí estarán obligados a hacer un pago por ellas.
 
Y para evitar que en el futuro nuevamente llegue alguien a "vender" terrenos en ese espacio, y esto dé origen a nuevas construcciones, el municipio analiza la construcción de una serie de "represas" que contengan el agua y se impida que, eventualmente, más gente se acerque con el fin de construir, además que ayudaría a limpiar el azolve que, por años, se ha tirado en la zona.
 
El funcionario aclara que una acción de este tipo, que no termina en el desalojo, sino al derribar las viviendas e impedir más asentamientos, ha llegado a un desenlace planeado desde la administración de Enrique Alfaro, y que no obedece a situaciones coyunturales de otros municipios. Esto en respuesta a la duda que surge sobre la fecha en que Tlajomulco arrancó el operativo, y su proximidad con la de las inundaciones en Zapopan, cercanas a diversos cuerpos de agua en el Sur de la ciudad.
 
"La agenda en Tlajomulco es marcada por las necesidades de Tlajomulco", aclara.
 
Hasta este jueves, Tlajomulco calcula haber demolido más de la mitad de las fincas, aunque espera durar dos días más en la conclusión de actividades y la limpieza de la zona.

Alternativas de vivienda, la clave en el problema de Arroyo Seco

El municipio de Tlajomulco decidió ir y desalojar a las personas que viven en la zona de riesgo de Arroyo Seco. Zapopan, que también tiene territorio en esta área, lo hará a mediano plazo y mientras tanto se notifica a los habitantes. Al final, ambas son estrategias de cada Ayuntamiento, según su contexto, pero no surtirán efecto suficiente si no hay alternativas de vivienda para quienes sean desalojados, explica el investigador del Colegio de Jalisco, Roberto Arias de la Mora.

Si no hay opción consolidada de otra vivienda, simplemente no se desalojarán las zonas, por mucho peligro que haya, porque las personas no tienen a dónde ir, explica el especialista en políticas públicas. Deben ser hogares de acuerdo a las necesidades de cada familia y con los servicios básicos garantizados. Ésa es la solución de fondo, y la estrategia para retirar a los ciudadanos será justificada en cada contexto de los municipios.

La medida de Tlajomulco pondera la seguridad. Aunque las personas estén inconformes, se garantiza su integridad. Sin embargo, la estrategia de Zapopan abre corresponsabilidad con los ciudadanos y los hace partícipe del problema, en tanto que se les notifica y da opción de tomar su propia decisión.

El actuar de cada autoridad depende a su contexto y prioridades. En Tlajomulco el problema de urbanización es mayor y tienen otra experiencia para tratar esos temas, distinta a la de Zapopan, donde mucha de la población se concentra es áreas desarrolladas, explica el académico.
 
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA / ALEJANDRA PEDROZA