Derechos Humanos emite hoy su postura sobre despistolización

GUADALAJARA, JALISCO (15/FEB/2011).- La Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco ( CEDHJ) informó a través de su Departamento de Comunicación Social que hoy emitirá una opinión sobre el tema de despistolización, una propuesta del alcalde de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval.

Por cuestiones de agenda, el ombudsman del Estado no pudo ofrecer entrevista para fijar su postura; sin embargo hoy, al dar a conocer la quinta recomendación de 2011, abrirá un espacio para abordar el tema.

Por su parte, el director ejecutivo del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), Francisco Macías Medina, afirma que se debe dejar de pensar en un concepto de seguridad pública para evolucionar a uno de seguridad ciudadana. Es decir, darle menos importancia al endurecimiento de penas o a una mayor presencia policial, y en su lugar garantizar varios derechos humanos que incrementan la calidad de vida de las personas.

Específicamente al referirse a la iniciativa de despistolización, Macías Medina opinó lo siguiente: “Bajo esa clave, la propuesta requiere de un complemento social, que implica la aplicación de política pública desarrollada en favor de las personas más que en la seguridad del Estado o el orden público. En ese aspecto los agentes de la seguridad deben de responder más a las necesidades de comunidades, colonias, barrios y municipios”.

Señaló que la urgencia por encontrar soluciones al problema de la violencia en el Estado es precisamente lo que impide ver alternativas más sanas y más efectivas.

Pidió que se reconstruyan las estructuras de autoridad, lo que implica que el propio Estado otorgue capacidades a los ciudadanos para definir la agenda de seguridad, su democratización y redefinición de las instituciones, así como mecanismos de contraloría social, la depuración de las instituciones de seguridad y de procuración de justicia.

El director del Cepad destacó que la intervención policial debe aplicarse sin hacer a un lado los derechos humanos, es decir, con pleno respeto a la presunción de inocencia de las personas y con una causa manifiesta y justificada para la intervención, no bajo la idea de “revisiones de rutina” o de “sospecha”.

Finalmente, Francisco Macías exigió el abandono de políticas de alto costo y de bajo impacto, sobre todo las que tienen fines represivos, creadas bajo una lógica falsa de que la seguridad es incompatible con el respeto a los derechos humanos.