Carece Villa Panamericana de autorización ambiental

GUADALAJARA, JALISCO.- A dos meses de que arranque la construcción de los edificios deportivos que conformarán la Villa Panamericana en el Parque Morelos, el Ayuntamiento de Guadalajara carece del permiso en materia ambiental que debe otorgar la Secretaría estatal de Medio Ambiente (Semades).

El municipio tapatío no ha ingresado a la dependencia el documento de Manifestación de Impacto Ambiental, que determinará los daños y beneficios que traerá la obra, pese a que el plan maestro del proyecto Alameda establece que debe ser sometido a la jurisdicción estatal de la Semades.

Martha Ruth del Toro Gaytán, titular de la dependencia estatal, confirmó su desconocimiento en torno al desarrollo, con el argumento de que no ha llegado a la secretaría ningún documento, y mucho menos los pormenores de las obras que se realizarán en la zona del Parque Morelos.

“Aunque es una obra en sitio urbano, de cualquier manera se traduce en impacto, hasta la alteración de la vialidad, puede serlo la biota, si es que habrá alguna modificación de la misma, algún derribo de arbolado, lo que es el sembrado, vamos, del proyecto, valorar qué impactos podría producir al ambiente en general.
“No lo conozco (...) una manifestación de impacto o el estudio sobre la misma, te lleva a valorar los impactos negativos, pero también los positivos”.

La funcionaria adelantó que algunos de los impactos que podría ocasionar la Villa Panamericana son saturación de vialidades, mayor descarga de aguas residuales sin tratamiento al drenaje, tala de árboles, así como el cambio de hábitat de aves y el daño social.

En el documento de Impacto Ambiental que deberá entregar el Ayuntamiento de Guadalajara se evaluarán tres aspectos: social, económico y el componente ambiental, detalló del Toro Gaytán.

“Estos tres aspectos deben valorarse, siempre hay confrontación con estudios urbanos y en este caso, Semades, como primer rango de evaluación, es el ordenamiento ecológico del territorio, ver si es o no compatible con los usos que se encuentran determinados en el mismo, y vas bajando a todas las legislaciones aplicables hasta determinar si hay o no compatibilidad”.

Además de esta autorización ambiental, para sustentar la viabilidad del proyecto, al municipio tapatío aún le falta el estudio de mecánica de suelos de las fincas que serán derribadas para levantar los edificios del complejo deportivo.